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07: Deseo.

O eso creías.

Dejaste de ir al hospital desde que dejaste algo de comer para el rubio y lloraste observando las nubes en silencio junto a Mikey, sólo pudiste suponer que eras lo que menos quería ver Draken en su momento de recuperación, y si era así ¿Por qué demonios está sentado frente a ti junto a Emma?

Irte de allí parecía la mejor opción, sólo querías una malteada de tu sabor favorito y ver los autos y personas pasar mientras disfrutabas tu bebida y escuchabas tus canciones favoritas, pero justo hoy, justo ahora tenías que tener a ambos frente a ti, juntos... Juntos.

—¡[t/n], qué bueno verte! ¿Cómo estás? —Saludó alegremente tu mejor amiga llegando a tu mesa, Draken llegaba hacia ustedes siguiéndole el paso.

—Hola Emma-chan, estoy bien estoy bien ¿Y tú cómo has estado? —Sonreíste observando como tu mejor amiga tomaba asiento frente a ti, mientras que el rubio se sentaba a su lado.

—He estado bien, ¿Qué te trae hoy por tu cafetería favorita?

—Lo de siempre, una malteada y a casa. —Respondiste en un tono bromista, pues Emma te decía que socializar a veces estaba bien, pero para ti no era necesario, no eres de socializar mucho.

—Entiendo, entiendo ¡Tengo muchas cosas que contarte, pero muero de hambre! —Rió la rubia frente a ti, levantándose de la mesa— Draken-kun ¿Quieres algo?

—Una hamburguesa estará bien. —Respondió el masculino, sacando el dinero de su bolsillo entregándolo en las finas manos de Emma, aunque Draken quisiera ser caballero con ella, la fémina insistía en querer tomar la iniciativa.

Suspiraste profundamente pidiendo que el tiempo fuera más rápido para que tu nombre sea pronunciado con el número de tu recibo para recibir tu malteada e irte, porque el silencio por parte tuya y parte de Draken hacía todo más incómodo.

De verdad no podías odiar a Emma, tiene un corazón noble y hermoso, además que es totalmente linda y su voz es dulce y melosa; siempre ha deseado lo mejor para ti y son mejores amigas desde niñas y desmoronar esa amistad por un amor que era más que obvio no sería correspondido no sería correcto, tampoco lógico y dolería mucho perder a tu mejor amiga.

No deseas ser ella, tampoco deseas actuar como ella, pero sí deseabas anteriormente que Draken te mirara de la manera en que la miraba, ahora sólo querías olvidar. Olvidar el momento en que tus ojos [c/o] chocaron con sus ojos negros tan bonitos, tan serios, olvidar su tatuaje de dragón, olvidar su voz, olvidar que Ryuguji Ken es tu primer amor y que amarlo dolía.

—[t/n]...

Alzaste la mirada, Draken te llamaba; observaste sus labios pronunciar tu nombre,  cómo cada consonante y vocal tomaba forma en su grave y fuerte voz. Deseabas ser correspondida, deseabas que te amara, que pronunciara tu nombre en los más tumultos misterios pero todo eso estaba empezando a quedarse atrás, eso estabas empezando a creer.

—¿Dime? —Fue lo mucho que pudiste musitar considerando la cantidad de cosas que estabas pensando en ese momento.

—Gracias, por el bento; te lo devolveré después, estuvo buena tu comida.

Y esa llama que creías apagada en tu corazón, tan tenue y pequeña aún bailaba dentro de ti, sólo por un cumplido simple, pero que para ti fue ganarte la entrada al cielo.