Pasos para arruinar una boda

Amanda

—¿Estas lista?

Termino de colocarme la chaqueta y asiento. Caminamos en silencio hasta el elevador, no necesariamente tenso, pero puedo sentir la mirada de Cris sobre mí. Suspiro.

—¿Qué pasa?

Desvía sus ojos hacia el número del ascensor, haciendo una mueca. Así como él me conoce a mí, también puedo leer sus gestos y sé que está preocupado e inseguro, sin saber bien como abordar cualquiera sea el tema.

—¿Te gustó mi regalo?

Bufo y lo empujo con una mano, para salir delante de él cuando las puertas se abren.

—Me gusto mucho, gracias por el cómic, pero no me desvies el tema, eso no es de lo que quieres hablar.

—¿Eres así de odiosa siempre?—dice con una sonrisa, intentando relajar el ambiente, lo cuál funciona—Es que, has estado algo desanimada, y lo entiendo, estás en todo tu derecho, pero ¿No crees que deberíamos ir a algún otro lado? 

—Ya he ido a otras fiestas por los pedidos, no tengo porque tomar—aprieto los dientes mientras subimos al auto—. Puedo controlarme a mí misma.

—Okey, okey, lo siento, solo me preocupo, eres mi mejor amiga y la verdad...—termima de prender el auto y abrocharse el cinturón antes de suspirar, apoyando la cabeza en el respaldo y tomar una de mis manos, su rostro en una expresión triste—. Tu hermano también era mi mejor amigo y lo extraño.

Aprieto el agarre—. Supongo que podemos extrañarlo juntos en vez de en soledad.

Él me sonríe y me da un abrazo, aunque es más un apretón de hombros con uno de sus brazos. Arranca el auto finalmente y una canción en la radio comienza a sonar, noto como los dos no estamos en nuestro mejor momento cuando solo tarareamos en vez de gritar la letra.

—¿Le has contado a Elisa sobre Álex?—me deslizo en el asiento, lanzando una gran queja—. Suponga que eso es un no.

—Mañana le contaré—me da de reojo una mirada incrédula—. Lo digo en serio, no quiero que este a ciegas y sé pregunté después que me pasa o si es su culpa. Además, esta entusiasmada por la fiesta y no quiero arruinarle la emoción. Sobretodo cuando desde esta noche vivirá con nosotros. Se lo merece.

—De verdad la quieres.

Tiro mi cabeza hacia atrás—. Demasiado.

✨✨✨

Elisa se ve preciosa. Siempre lo es, pero está vez se ve distinta, lleva una blusa que deja sus hombros al descubierto, las mangas iniciando debajo de ellos, dejando la tela suelta hasta las muñecas, donde se ajusta, diría que se ve algo inocente, pero el pantalón de cuero ajustado dice todo lo contrario. Casi no lleva maquillaje a excepción de unos brillos en sus párpados y gloss en sus labios. Trago saliva.

Cuando su amiga nos invita a entrar a su casa, olvido un poco los modales y me dirijo directo donde Elisa, tomando sus mejillas para dejarle un beso que retira un poco el labial. Ella abre los ojos sorprendida, sonrojada hasta las orejas y mirando detrás de mí, seguro donde Cris y su amiga están. Su expresión se siente como un rayo de sol en un día lluvioso.

—Hola. Estas hermosa.

—Dios, Amanda, vas a hacer que muera un día de estos—susurra y toma mi mano para acercarnos a la chica que nos mira con una expresión de puro shock, su mandíbula está abierta tanto como sus ojos que van de Elisa a mí—. Ariana, está es mi novia.