A Lover From Hell ? MINSUNG

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Minho pasó toda la noche velando el sueño de Jisung. Su prioridad ahora era protegerlo por lo que necesitaba quedarse en el mundo humano; y para ello debía encontrar a Hyunjin.

Cuando los rayos del sol empezaban a hacerse notar a través de la ventana, Minho se levantó de la cama, con más convicción que nunca en hacer que su plan funcionara.

Jisung se despertó al instante que no sintió al demonio junto a él.

-¿A dónde vas?- le preguntó, aún adormilado.

-Voy a hacer todo lo posible para quedarme contigo- le respondió, el rubio ladeó la cabeza confundido, Minho le sonrió -Regresaré pronto.

El demonio caminó hacia la puerta, pero Jisung lo detuvo, tomándolo de la mano.

-No te vayas, por favor.

Minho volteó a verlo. Se veía tan vulnerable y triste, quería quedarse con él, sin embargo, eso también le daba más razones para luchar.

-Voy a volver- el peliplateado sostuvo las manos de Jisung entre las suyas, después depositó un beso en la frente del contrario -Te lo prometo.

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Luego de llamar a los amigos de Jisung para informarles lo sucedido y fueran con él, además de dejar a Changbin cuidándolos, Minho empezó a recorrer la ciudad de arriba a abajo, buscando a su primo.

La verdad es que no tenía ni la más remota idea de dónde encontrarlo, aún así, no sé rendiría, iba a dar con él.

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Inspeccionó cada casa y departamento de la ciudad sin obtener resultado.

Fue a los barrios más remotos, incluso a los de mala muerte, y nada.

Parecía que Hyunjin sabía que lo buscaba y se estaba escondiendo de él.

La derrota comenzaba a querer apoderarse de él, así que, sin muchas expectativas, llegó a uno de los pocos lugares que faltaban por registrar y fue entonces que lo vio.

El dueño de una cabellera roja caminaba con una canasta llena de fruta y otros alimentos.

A pesar de estar impresionado, Minho lo siguió de inmediato, un poco alejado, lo suficiente para no perderlo de vista.

Hyunjin con tranquilidad iba de un lado a otro por un pequeño mercado, a veces saludaba alegremente a personas que parecían conocerlo y compraba una que otra cosa.

Si Minho no lo conociera, pensaría que Hyunjin es tan sólo un humano común y corriente y no el hijo de Satán.

El pelirrojo terminó sus compras y se dirigió a su hogar, una pequeña casa rústica con un jardín lleno de flores.

Cuando su primo desapareció al interior de su casa, Minho se acercó a ésta y tocó la puerta.

Al abrirse, el rostro de Hyunjin se mostró atónito por ver a Minho.

-¿Qué haces aquí?- preguntó el pelirrojo.

-Necesito hablar contigo, ¿puedo pasar?

Hyunjin lo dejó entrar, Minho examinó la casa, no era la gran cosa, mas, le transmitía una gran calidez, se sentía como un verdadero hogar.

-Bien, ¿de qué quieres hablar?

Ambos demonios tomaron asiento en el sofá. Minho todavía creía irreal la situación, tenía a Hyunjin frente suyo, y a pesar de que debería estar furioso con él por todo lo que le estaba haciendo pasar, algo no se lo permitía.

-Pues...

-Jin, ¿compraste lo que te encargué?- una tercera persona lo interrumpió, y se acercó hasta ellos -Oh, lo siento, no sabía que tenías visitas- se disculpó al ver a Minho.

El peliplateado miró al chico frente a él, era de baja estatura y complexión delgada, tenía una cabellera castaña y rizada, y una sonrisa amable, además desprendía un aura de bondad absoluta.

Un ángel.

Y no cualquiera, ese chico era aquel Serafín con el que Hyunjin fue exiliado.

-Soy Jeongin- se presentó el ángel -Es un gusto poder conocer al único familiar de Hyunjin que no me odia. O al menos eso espero.

El mencionado soltó una carcajada, Minho pareció confuso de que el serafín lo conociera, pero comprendió que Hyunjin debió contarle todo sobre él y los demás.

-Bueno, los dejo seguir conversando- el castaño se despidió, abandonando la habitación.

-Ahora sí, dime, ¿qué es lo que ibas a decirme?- retomó la plática Hyunjin.

-Yo...- Minho estaba dudando sobre lo que iba a responder a continuación, y cayó en cuenta de que no tenía por qué, esto era a lo que venía, lo que tanto había querido hacer -Vine por ti, Hyunjin.

-¿Qué?- el pelirrojo no entendía.

-Voy a llevarte de regreso al Infierno y vas a tomar tu puesto como rey, porque yo no pienso vivir miserablemente por culpa de tus errores- enunció Minho con seriedad.

-Yo no pienso volver a ese lugar nunca- dijo el contrario con voz severa.

-Pero-

-¡No!- rugió molesto Hyunjin -No puedo ni quiero regresar, no me interesa ser rey, nada me importa si Jeongin no está conmigo- Minho quedó perplejo al escucharlo, no sabía que el serafín fuera tan valioso para su primo -Que me exiliaran fue lo mejor que pudo haber pasado, aquí nadie nos juzga por amarnos, nadie nos dice que estamos mal, aquí no soy un traidor ni una vergüenza por amar a alguien distinto, aquí soy feliz. Así que, ¿por qué iría de vuelta a un lugar donde no puedo estar con el único ser que amo y que me importa?- la voz del pelirrojo se fue apagando -Pero, tú no lo entenderías.

Minho sí lo entendía, porque él también tenía a alguien a quien quería proteger.

Ahora que conocía la historia completa, se sentía mal por todo lo que Hyunjin tuvo que pasar, y el no iba a arruinar la vida que a su primo le costó tanto conseguir.

-Lo siento, olvida lo que dije- Minho se levantó del sofá y se dirigió a la puerta -Espero que tú y Jeongin sean felices toda la eternidad.

Dicho aquello, Minho abandonó la casa de su primo, dejándolo confundido.

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Minho vagó sin rumbo un rato, debatiendo internamente lo qué debía hacer.

Hyunjin y Jeongin sufrieron el exilio y rechazo de los suyos a cambio de poder estar juntos.

En otra situación, Minho habría considerado aquello como un sin sentido; ahora que tenía a Jisung, admiraba a su primo por su valentía.

Ahora Minho estaba al tanto de lo que era lo necesario y justo hacer, y lo realizaría en nombre de Satán.

-Kevin, dile a mi padre y al Consejo que tengan todo listo, porque su nuevo rey será coronado mañana mismo.

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Gracias por leer Sunflowers 🌻🌈