抖阴社区

CAPITULO 23 + ANUNCIO

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-Vamos- dijo e hizo unos sellos para bajar la barrera que ocultaba la casa.

El resto solo los miró irse mientras la barrera subía de nuevo.

-Te alegra volver a ver a tu amiga ¿No?- Preguntó el azabache.

-Si... Aunque no se lo digas, se supone que sigo molesta con ella- dijo e infló su cachete.

Madara sólo dió una suave risa, podía parecer raro, pero ahora estaba en una extraña pero linda etapa de abuelo, aquellos niños le llenaban de orgullo y a la vez lo hacían sentir tan amado, sobre todo Himawari, con quién hizo un lazo abuelo-nieta (aunque no fuese su abuelo).

-¿Que quieres comer hoy?- Preguntó el mayor.

-Ramen.

-Tu y tu madre solo piensan en eso ¿No?.

-Algo así, pero no te preocupes, te ayudaré a prepararlo, aún te odio pero ya menos que hace dos años- dijo y se adelantó.

-Kami, estos niños ya no me tienen respeto- pensó el azabache.

-Vayamos entonces por tus cosas para el ramen- dijo y retomó el camino a su lado.

Sarada, a comparación de Himawari, no le tenía respeto, lo detestaba por alejarla de su familia, así fuera por el bien del mundo.

-¿Traes dinero suficiente?, No quiero pasar la vergüenza del mes pasado- habló la menor.

-Tranquila, el mes pasado gastamos más solo porque fue una ocasión especial.

Un mes atrás, había sido el cumpleaños número catorce de los mellizos, y Madara decidió lucirse y hacerles un banquete, sin embargo, su emoción fue tanta que cuando pagó las provisiones, notó que no llevaba el dinero suficiente para pagarlo todo y tuvieron que dejar demasiadas cosas, entre ellas la ropa, pues se negaba a dejar las cosas para el cumpleaños de los menores.

A lo lejos divisaron el mercado y se pusieron sus sombreros, las cinco naciones los buscaban y si los reconocían podía armarse un alboroto, y ya llamaban demaciado la atención con sus atuendos, pues son los de la antigua organización Akatsuki.
Se dividieron la lista, Sarada iría por la carne, mientras Madara compraba la verdura y la fruta, también algunas frituras pues ahora había una Akimichi con ellos y quizá la comida no les duraría el mes.

-¿Seguro que no la a visto?- escuchó una voz muy familiar para ella.

-No, lo lamento, pero si llegamos a verla te lo haremos saber- dijo un hombre.

La azabache giró el rostro y se encontró con un atractivo castaño de aproximadamente dieciséis años, iba repartiendo folletos y preguntando si habían visto a aquella persona.

-Disculpe, señorita- dijo y tocó dos veces su hombro- ¿La a visto?.

Sarada abrió enormemente los ojos, era ella, debió sospecharlo.
Simplemente negó, pero el chico no se fue.

-¿Segura?- Preguntó y asintió- Que lastima, yo quería volverla a ver, y darle muchos besos... Realmente la extraño, y sé que sus padres también... Si pudieras siquiera mirarme...

La azabache alzó la cabeza y miró al castaño, un escalofrío le recorrió el cuerpo.

-Quizá ella también quiera volverte a ver, pero aún no puede volver, necesita salvar a su familia, pero debe prepararse para eliminar la amenaza- dijo y se acercó a los labios del mayor- pero lo de los besos lo podemos solucionar.

El castaño le tomó la mano y cerró el espacio entre sus labios.

-¡Quita tus manos de ella!- escucharon una voz a sus espaldas.

Inmediatamente se separaron, Sarada con un enorme sonrojo y el castaño con temor.

-¡¿Quién te crees que eres para besarla?!- preguntó el mayor.

-Callate, no hables- le susurró la menor- ya llamaste demaciado la atención, nos meterás en problemas, solo... Vuelve y compra el resto de las provisiones, yo iré a buscar la carne que falta.

-Bien, pero él se queda aquí- dijo y tomó del hombro al castaño.

La azabache solo rodó los ojos y fue por la carne.

-Ven acá, ¿Que pretendes con ella?- Preguntó.

-Me gusta, señor, en realidad llevo mucho tiempo enamorado de ella, lo cual podría parecer estúpido, porque apenas tuve una noche para conocerla, y aún así me pareció la chica más linda que haya conocido.

-¿Cuál es tu nombre?.

-Lian.

-Bien, Lian, te recomiendo irte, los niños no van a regresar a su hogar, hasta dentro de cuatro años- dijo y comenzó a caminar.

-¿Por qué no los deja volver?.

-No es asunto tuyo.

En la oficina todos gritaban, estresando al Uzumaki, quien trataba de tranquilizar a su bebé.

-¡Que se vayan a la mierda! ¡Primero te sacan y ahora nos ruegan porque vuelvas!.

-¡Ni creas que te dejaremos ir, Naruto! ¡Que se metan sus tratos por el...

-¡Cállense ya!- exclamó el rubio- ¡Todos ustedes, salgan de mi oficina! ¡Ahora!.

Todos se congelaron, Naruto les había gritado, entonces notaron al pequeño azabache que lloraba en los brazos de su madre.
Entre disculpas y reverencias, todos salieron de la oficina del Uzukage.

-Dame al niño, yo me encargo- dijo el azabache y cargó a su bebé- ¿Qué harás respecto a la carta?.

Esa misma mañana les había llegado una carta de parte de Konoha, el nuevo hokage, un tal Ken Homura, les pedía que los visitaran para firmar un tratado de paz, o que por lo menos, los ninjas que habían despertado, regresarán permanentemente a la aldea, cosa que ninguno de los compañeros del rubio aceptaron, armando un escándalo cuando el ojicielo amamantaba a su pequeño Menma.

-No lo sé Sasuke, no me gusta que de pronto, le pongan atención a todo lo que hacemos, y que nos quieran de vuelta, algo debe estar pasando.

-Deben está bajos económicamente, por lo que sé, las demás aldeas rompieron su tratado de paz con Konoha en cuanto se enteraron que pedían tu exilio.

El rubio solo suspiró y giró su silla hacia la enorme ventana a sus espaldas.

-Necesito descansar, Sasu, los ojos me pesan.

-Vamos a casa cariño- dijo y estiró su mano en dirección al rubio.

-¿Cómo crees que estén los niños?.

-Estoy seguro que están bien, Inojin ya hubiese hablado con Ino acerca de ello.

-Tienes razón- dijo y miró al pelipiña que estaba afuera de su oficina- te quedas a cargo, tengo sueño y hambre, regreso en dos días.

Desde que habían realzado la aldea, Naruto no tenía mucho papeleo y podía darse descansos de hasta tres semanas, y solía pasearse por la aldea como lo hacía el tercer hokage.

-Por cierto, Naruto- habló el pelipiña- Gaara y Lee vendrán a la aldea en una semana.

El rubio asintió con entusiasmo, tenía tiempo sin ver a esos dos.

-¡Perfecto!- exclamó- supongo que se quedarán con ustedes.

El pelipiña asintió y el rubio le sonrió para luego seguir su camino.

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¡Hola!

Otro bloqueo, lo siento, intenté con todo pero nada me ayudaba a pensar, incluso siento que lo que escribí está medio culero, pero bueno.

Por cierto, quería saber si quieren que haga las votaciones para el próximo fic en el siguiente capítulo, o si subo la segunda temporada de =DIMENSIONES=. Ya en el siguiente capítulo les explicaría de que va la segunda temporada.

Bueno, eso es todo.
Espero les haya gustado :)

HIJOS DE LO PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora