?Un Beso No Te Traerá De Vuelta ? LS

XII

Ni siquiera notó que habían entrado.

Las palabras de Niall comenzaron a hacer eco en su cabeza. Tenía razón al decir que Louis no podría sobrellevar ambas cosas él solo. Necesitaba ayuda, y a pesar de haber dicho hace un rato que él podría ayudarle... Realmente no creía que fuera posible.

¿Cómo le ayudaría a su ex a cuidar a su hija? ¿Cómo podría volverse tan de repente esa clase de amigo para Louis?... ¿Qué pensaría Gavin de eso? 

—Papi está dormido —. Delilah susurró en su oído, formando una especie de barrera con su mano.

—Lo está —. Susurró de vuelta —¿Te parece si tomamos tu maleta y jugamos a las muñecas en mi habitación? —. Le propuso con un tono animado.

La niña asintió repetidas veces, sonriendo con emoción.

Él se encargó de ir por la maleta de la menor, intentando hacer el menor ruido posible. Delilah le esperaba afuera, jugando en el corredor. Tomó la maleta con mucha precaución y la cargó en sus brazos, sin embargo, no pudo llegar a la puerta sin detenerse a observar a quien dormía en la cama.

Su pecho dolía de forma sutil, mientras los recuerdos de todas esas mañanas y noches en las que lo primero y último que veía era a aquel hombre, golpeaban su memoria.

No recordaba la última vez que le había visto así, ya no podía hacerlo por más que lo intentara, pues se había gastado esos recuerdos al constantemente traerlos de vuelta cada noche por dos años, dejándolos distorsionados e inciertos.

Salió de la habitación antes de que cualquier cosa pasara, antes de que su corazón se llenara de más dudas.

—¿Qué hacías allí? —.

La voz de Niall llena de enfado lo hizo alzar la mirada cuando cerró la puerta detrás de si mismo.
—Entré por ropa para bañarla —. Soltó con simpleza, sintiéndose repentinamente atrapado, como si hubiera cometido un crimen.

—Dámela, yo la bañaré —. Tendió sus brazos pidiéndole la maleta.

Harry la sujetó un poco más fuerte.
—No, ya le he dicho que vamos a jugar —.

—Como si te importara —. Se burló e intentó quitarle la maleta, frunciendo el ceño cuando el rizado se apartó —¿Qué haces? —.

—He dicho que me haré cargo yo —.

—No, dame la maleta —.

—Ya lo he hecho ante- —.

—Ese no es el punto, dame la jodida maleta, Harry —. Soltó con molestia, su mandíbula estaba apretada mientras le miraba.

—¿Entonces cuál es? No hay nada de malo- —.

—¡¿Qué no ves lo que estás haciendo?! ¡¿Qué no te das cuenta que Louis te quiere sacar de su vida y tú haciendo esto sólo le vas a poner el camino más difícil?! Sí, tú ya lo superaste, ya hiciste tu vida, pero él no. Él sigue intentando, así que deja de ser un jodido egoísta y déjalos en paz —. Tomó la maleta, y Harry se la cedió sin decir nada —Vamos, Del —. Le tendió la mano, esperando a que la niña la tomara.

Delilah dejó de correr por el pasillo y negó, quedándose al lado del ojiverde.
—Quiero jugar con Harry —.

—Oh, puedes jugar a las muñecas conmigo —. Le sonrió y meneó su mano.

—No, no me gusta como juegas a las muñecas, tío Niall —.

—Entonces... ¿Qué te parece si vamos a... comer galletas? —. Su tono animado se centró en las últimas dos palabras.