Tras una larga ducha, de sacar sus pertenencias de la maleta y vestirse, se encaminaron a conocer las ciudades de Alemania, su primer paradero fue Berlín, Katsuki confiaba hacia donde lo llevaba su peliverde pues éste se veía bastante seguro de los lugares a los que se dirigían.
Conocieron la Puerta de Brandeburgo, el muro de Berlín como también buenos restaurantes a la redonda, luego se dirigieron a la ciudad Múnich para visitar los museos y parques famosos del lugar, por último, en la noche se dirigieron de regreso a Berlín a visitar el KaDeWe (Kaufhaus des Westens) y hacer algunas compras a pedido de Katsuki, quien sentía que su vestimenta no iba acorde con el lugar.
-Izuku, ¿Qué te parece este?- Le mostró un atuendo primaveral de telas ligeras que le asentaba bien a su rubio por tener la piel blanquecina.
-Te queda precioso- El rubio se adentró nuevamente al cambiador y salió minutos después con otro atuendo.
-¿Y éste?- Izuku lo observó de pies a cabeza.
-También te queda magnífico- Izuku estaba encantado, viendo a su rubio escoger ropa con una sonrisa, emocionado. Pero pronto, Katsuki detuvo sus movimientos y se acercó a Izuku, el peliverde pudo notar la inseguridad en su actuar.
-¿No te estás aburriendo de solo verme cambiar de atuendo?- Izuku negó y dejó una sutil caricia en la mejilla de su amado.
-Si estoy con Kacchan, el día jamás puede ser aburrido, me encanta verte posar para mí y probar cada uno de los atuendos que me hacen querer follarte aquí mismo..- Katsuki frunció el ceño ante lo último, la rojez apoderándose de su rostro.-El tiempo con Kacchan es sin duda lo más valioso para mí.
-Mmm, adulador...-Murmuró, se acercó de forma peligrosa a Izuku y le robó un beso en los labios, con prisa se puso de pie de nueva cuenta.-Entonces voy a probarme otra cosa..- El petrificado Izuku se quedó estático en su lugar, mientras algo se endurecía bajo sus pantalones, sin duda esta noche no soltaría a Katsuki.
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Tras la sesión nocturna que tuvo con su amado rubio, se levantó en dirección al baño para hacer una llamada, no quería despertar a Katsuki que se encontraba profundamente dormido.
Al ver la pantalla de su teléfono silenciado, debajo de la hora observó nuevamente las llamadas perdidas de Ochako, eran alrededor de 30, al igual que el día anterior, soltó un suspiro de exasperación, pensando si realmente esa chica no tendría otras cosas que hacer que solo estar llamándolo. Ignorando ese hecho, buscó entre sus contactos a un número en específico para luego marcar y quedar a la espera de la respuesta, solo necesitó algunos segundos para que la otra persona atendiera al teléfono.
-Iida, buenos días para ti, ¿Cómo están las cosas?- La diferencia de horario para ellos era de 8 horas, por lo que, mientras en Alemania eran las 3 de la madrugada, en Japón eran las 11 Am.
-Oh, ¡Buenos días Midoriya!- El peliverde tuvo que alejar el teléfono de su oreja ante ese grito, se carcajeó en silencio.-Ya hemos citado a la familia de Uraraka, dentro de dos horas ellos ya deben estar llegando, preparé el equipo en caso de ser necesario, todos los papeles están apilados y listos para ser entregados.- Contestó, a Izuku no le sorprendía tal resumen, su amigo era muy minucioso con las cosas, le gustaba que todo fuera lo más perfecto posible.