El sol de la tarde atravesaba los ventanales del instituto, iluminando tenuemente los pasillos ya vacíos. Gi-Hun caminaba nervioso junto a In-Ho, sin saber exactamente qué esperar. Su corazón latía con fuerza mientras sus pasos resonaban en el silencio del lugar. Finalmente, In-Ho se detuvo frente a un grupo de casilleros y, sin previo aviso, se giró hacia Gi-Hun, acercándose tanto que el chico quedó acorralado contra las frías puertas metálicas.—¿Por qué ya no me hablas? —preguntó In-Ho con una voz firme pero cargada de algo que Gi-Hun no supo interpretar del todo. Sus ojos estaban fijos en él, intensos, casi demandantes.
Gi-Hun sintió cómo el calor subía a su rostro. Tragó saliva antes de responder, sus palabras saliendo con cierta inseguridad.
—Creí que no importaría si dejaba de hablarte... —admitió, desviando la mirada—. Sentía que estaba forzándote a que hablaras conmigo.In-Ho frunció el ceño, como si las palabras de Gi-Hun lo molestaran profundamente. Gi-Hun, sintiéndose pequeño bajo la intensidad de su mirada, continuó hablando, aunque su voz se quebraba con cada palabra.
—No quiero que hables conmigo por lástima... por haberme rechazado.
Dicho esto, Gi-Hun bajó la cabeza, mirando sus propias manos con tristeza. Las palabras parecían costarle, pero In-Ho no lo dejó quedarse en ese lugar de inseguridad. Con una delicadeza que contrastaba con su postura, tomó el mentón de Gi-Hun entre sus dedos y lo obligó a alzar la vista.
—¿Crees que hago esto ahora por obligación? ¿Por pena? —preguntó In-Ho, su voz más baja pero con un peso que llenó el espacio entre ellos.
Gi-Hun abrió la boca para responder, pero las palabras no salieron. Estaba demasiado nervioso, demasiado atrapado en los ojos de In-Ho. Fue entonces cuando In-Ho dejó que su mirada bajara, deteniéndose en los labios de Gi-Hun. Había algo en su pecho, algo nuevo, que lo impulsaba hacia adelante, aunque no terminaba de entenderlo.
—¿Te gusta Jun-Ho ahora? —preguntó, esta vez con un deje de celos que Gi-Hun no pudo pasar por alto.
Gi-Hun negó rápidamente, sus ojos abriéndose como platos. Su voz salió en un susurro, tan baja que casi fue un pensamiento en voz alta.
—Aún me gustas tú... pero no es mutu-No alcanzó a terminar la frase. Los labios de In-Ho cubrieron los suyos en un beso inesperado, suave pero lleno de una emoción contenida durante días. El tiempo pareció detenerse en ese instante. Gi-Hun sintió su rostro arder mientras sus manos se aferraban al uniforme de In-Ho, tratando de procesar lo que estaba sucediendo.
Cuando se separaron, In-Ho sonrió, sus ojos brillando con algo que Gi-Hun no había visto antes.
—Es mutuo, Gi-Hun.Las palabras resonaron en la cabeza de Gi-Hun, llevándolo a sonreír ampliamente, de oreja a oreja. Sin embargo, esa sonrisa pronto dio paso a lágrimas que comenzaron a correr por sus mejillas. Al verlo, In-Ho frunció el ceño, preocupado.
—¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? —preguntó con un tono ansioso, acercándose un poco más.
Gi-Hun negó rápidamente, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano mientras reía entre sollozos.
—Es que... estoy feliz, eso es todo.Antes de que In-Ho pudiera decir algo más, Gi-Hun lo rodeó con sus brazos en un abrazo fuerte, aferrándose a él como si temiera que ese momento fuera a desvanecerse. In-Ho, sorprendido al principio, sonrió y correspondió el abrazo, dejando que su barbilla descansara sobre el cabello de Gi-Hun.
Por primera vez en mucho tiempo, ambos sintieron que estaban exactamente donde debían estar.

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I'm not gay - Gi-Hun and In-Ho (457)
FanfictionEl atardecer te?ía el instituto mientras Gi-Hun reunía el valor para confesarle a In-Ho lo que llevaba semanas guardando en el pecho. Encontró a su compa?ero en la azotea, donde el viento acariciaba suavemente sus cabellos y el horizonte se pintaba...