Giyuu Tomioka ama a Sanemi Shinazugawa, pero este siempre lo trata mal y lo humilla, esto hace que el pilar del agua contraiga hanahaki, la enfermedad del amor no correspondido. ?l sabe que está muy grave y que pronto dejará este mundo, así que deci...
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Habían pasado dos días desde que Giyuu había regresado a su hogar; Sanemi se quedó con él desde entonces, durmiendo en la segunda habitación de la finca.
Esperaban el momento correcto para poder aclarar su asunto, sabiendo ya que eran correspondidos por el otro y se habían dicho que se amaban, pero ambos necesitaban decir más.
—Necesitamos hablar, ¿podemos hacerlo ahora? —preguntó el dueño de la finca dando un sorbo a su té.
Los dos estaban sentados en el patio trasero, sobre la madera y bajo el techo.
Sanemi dejó salir un suspiro y giró a verlo.
—Sí.
Tomioka comenzó a meditar, ambos estaban callados sin saber cómo empezar o sin decidir quién empezaría.
Giyuu, después de un rato cavilando, exhaló con suavidad y se aclaró la garganta.
—Sé que no somos buenos con las palabras y por ello todo no fue dicho. Yo te confesé lo que sentía ese día que creí iba a morir en tus brazos y pensé en decir más palabras, pero ahora... solo pienso en unas pocas, como si no hiciera falta decir un discurso para expresar todo esto. —Giyuu se acomodó para quedar frente a él—. Sanemi, yo empecé a sentir cosas por ti desde hace mucho tiempo, no sé, hace unos tres años atrás, pero al principio fue una atracción y luego cambió a cariño. No enfermé en ese entonces porque no pensaba en tener una relación, solo me gustabas y me conformaba verte.
Sanemi se sorprendió de lo que escuchaba, pues en su caso su enamoramiento no fue desde un tiempo tan alejado.
—Vi muchas cosas en ti que me gustaron, debo admitir que un tiempo estuve muy empeñado en observarte y... ay, debes recordar aquella vez que me descubriste y me reprochaste, lo siento. —En ese instante Giyuu se tapó la cara avergonzado por el recuerdo que vino a su mente—. Yo te seguí por el bosque y cerca de tu finca te giraste y me reprochaste y yo so-solo pude poner la primera excusa que se me vino a la mente y te regalé un dulce que Tokito me había dado y yo te dije que era una ofrenda de paz y amistad.
Sanemi rebobinó el pasado, claramente recordaba eso porque definitivamente esa ocasión fue la que detonó a algo más.
—Desde ese día fui más cuidadoso, solo que mientras más buscaba alejarme para no ser descubierto de nuevo fui sintiendo que necesitaba más, verte, y el no poder hacerlo me hizo pensarte más y... luego el mirarte sonriéndole a esas chicas, aunque fuera por amabilidad, agh me hizo sentir algo que no me gustó y luego no dejaba de imaginarte con alguien más y desde allí comencé a sentirme mal. Luego en unas interacciones tú te comportaste bien conmigo y eso hizo que mi malestar parara y creí que podía tener oportunidad contigo, pero... luego tú...
Sin que Giyuu lo dijera él sabía de lo que hablaba. Sí. Luego de tratarlo bien hizo todo lo contrario, lo humilló, ofendió y se alejó de nuevo. Él claramente sabía de eso.
