Cuando terminé de recuperarme del agotador entrenamiento con Himejima, decidí ir a la residencia de Obanai. Quería verlo después de todo lo que había pasado, contarle que había superado la última prueba y, en el fondo, simplemente estar con él.
El sol ya se estaba ocultando cuando llegué. Caminé por los pasillos silenciosos hasta la puerta de su dojo y, sin pensarlo mucho, la abrí.
Lo que vi dentro me dejó completamente perpleja.
Había varios cazadores atados de pies y manos, algunos retorciéndose en el suelo y otros completamente inmóviles, como si hubieran aceptado su destino. Sus expresiones eran de puro terror.
—¿Qué...? —parpadeé varias veces, tratando de asimilar la escena.
Pero eso no era todo.
En el centro del dojo, Tanjiro estaba en plena pelea contra Obanai.
El joven de la frente marcada se movía con rapidez, su espada trazando cortes certeros, pero Obanai los esquivaba con una facilidad irritante, como si estuviera jugando con él.
Tanjiro tenía el ceño fruncido, completamente concentrado, pero la diferencia de nivel entre ellos era más que evidente.
—¿Eso es todo lo que tienes, Kamado? —la voz de Obanai sonaba fría, desafiante—. Si no mejoras, no sobrevivirás.
Tanjiro apretó los dientes y se lanzó de nuevo al ataque.
Fue en ese momento que notó mi presencia.
—¡Natsume-san! —exclamó con alegría, esquivando por poco el contraataque de Obanai—.
En cuanto tuvo la oportunidad, corrió hacia mí con una gran sonrisa y, sin previo aviso, me envolvió en un abrazo fuerte y efusivo.
—¡Me alegra verte! ¿Cómo te ha ido en el entrenamiento?
No pude evitar sonreír ante su calidez.
—Lo superé —respondí con orgullo.
Tanjiro se apartó un poco, manteniendo sus manos en mis hombros.
—¡Eso es increíble! Sabía que lo lograrías.
Antes de que pudiera responder, sentí una presencia intensa a mi lado.
—Kamado... —la voz de Obanai sonó peligrosamente baja.
Me giré y vi su expresión oscura, sus ojos bicolores clavados en nosotros con una intensidad aterradora.
Tanjiro pareció darse cuenta de la atmósfera y soltó mis hombros de inmediato, rascándose la nuca con nerviosismo.
—Ehm... no fue nada raro, ¡solo un saludo amistoso!
Obanai no dijo nada al principio, pero su serpiente, Kaburamaru, siseó de manera inquietante alrededor de su cuello.
Entonces, con una calma perturbadora, el pilar serpiente miró fijamente a Tanjiro y dijo:
—Tu entrenamiento acaba de volverse mucho más difícil.
Tanjiro palideció.
—E-espera, Obanai-san, creo que esto es un malentendido...
—Tienes razón —Obanai inclinó levemente la cabeza—. No va a ser solo difícil... Va a ser infernal.
Los cazadores atados en el suelo gimieron de terror, como si hubieran recordado algo horrible.
Yo solo suspiré, cruzándome de brazos. Definitivamente, Obanai estaba celoso.
Tanjiro tragó saliva con evidente nerviosismo. Miró a los cazadores atados y luego a mí, como si buscara ayuda.
EST?S LEYENDO
La maldición de quererte | ????? ??????
FanfictionEn un mundo asolado por demonios, Natsume lucha por la justicia sin saber que el destino la unirá a Obanai Iguro. Entre batallas, sacrificios y sentimientos ocultos, ambos descubrirán que algunas promesas trascienden el tiempo. ?FICCI?N?
