- Estoy seguro de que cuando eliges tus citas deben ser hombres que de verdad valgan la pena. Tú no juzgas enteremente en base a tus sentimientos o prejucios, nisiquiera juzgas tan metódicamente como yo lo hago. Utilizas... -entrecerró los ojos y se acercó un poco más a ella- una especie de intuición. No se si yo sería capaz de hacerlo. Tal vez se te da mejor a ti y tal vez sea eso lo que nos hace una pareja compatible a la hora de resolver casos.
Sonrió levemente y Joan no pudo no imitarlo.
De pronto Sherlock frunció ligeramente el ceño y miró la muñeca de ella.- Te manchaste de tinta cuando buscabas los periódicos. -dijo tomando con delicadeza la mano de ella y levantando la manga de su abrigo.
El contanco le provocó a Joan cierto escalofrio y miró como Holmes tomaba una servilleta, la humedecía en su vaso con agua y la acercaba a su mano, limpiando la mancha lentamente y con suavidad, como si tuviera miedo a lastimarla de alguna manera.
Despues de haber limpiado todo rastro de tinta Sherlock pasó su pulgar con suavidad por el lugar donde había estado la mancha.
Aquello era casi como una caricia y Joan retiró la mano con incomodidad. Un silencio extraño se condensó en el ambiente.
De pronto el detective sonrió triunfante y mientras se ponía de pie y regresaba a su asiento al lado de John dijo:- Listo. ¿Viste? -miró al boquiabierto doctor- Sus pupilas se dilataron un poco, su pulso se aceleró ligeramente y escuchó atentamente todo lo que dije.
- Cállate Sherlock. -respondió el rubio mirando de reojo a Joan.
- ¿Qué? ¿Acaso no lo viste John? Ella lo creyó.
- Sherlock, cállate.
- No fué precisamente apasionado, lo sé, pero ¿que más podía hacer? ¿Besarla? -Holmes resopló burlon, como si aquello fuera ridículo.
Joan se puso de pie de inmediato. Quería golpearlo.
Hacer que se callara de una vez.
Pero si lo hacia... delataría algo de lo que ni ella estaba segura.
¿Por qué se sentía enojada y... triste?
Tal vez sí lo sabía.
Una sucesión de sentimientos pasaron por su mente. Sí. Por su mente.
Estaba identificando lo que sentía.
Aquello que había sido raro paso a ser tierno para terminar de ser algo horrible y grosero.
A pesar de lo mal que se sentía dijo:- No te hubiera dejado hacerlo. Me voy a dormir. Espero que el sofá sea cómodo si es que te apetece dormir hoy, buenas noches John.
- Buenas noches. -respondió el aludido un poco estupefacto.
Mala idea. Pésima idea John. -Se reprendió a sí mismo.
Ambos la vieron marcharse y luego de unos segundos John preguntó:
- ¿Sofá?
- Al parecer solo queda una habitación sin problemas de tuberias y esa es en la que nos han alojado a ella y a mi. Solo tiene una cama y lo que parece ser un sofá aunque honestamente parece mas una máquina de tortura.- se levantó casi de un salto con el ceño fruncido- Voy a dar un paseo para aclarar la mente. No me esperes.
- No iba a hacerlo.
El rubio se limpió las manos y se encaminó al mostrador mientras Sherlock se marchaba.
Miró a Gary cruzar y le llamó. Éste acudió:- ¿Si?
- ¿Asi que no hay mas habitaciones disponibles?
Gary sonrió.
- Por supuesto que las hay. Pero pensé que debería darle un empujoncito a esos dos para que decifren al fin que tipo de relación existe entre ellos.
John asintió pensativo, luego hizo un gesto de acuerdo y dijo:
- Lo hecho, hecho está. Veamos que pasa.

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You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)
FanfictionJoan Watson deja New York y se muda a Londres en busca de un cambio en su vida mientras se reencuentra por fin con su amiga Molly Hooper. Acontecimientos fuera de su alcance la obligan a mudarse al 221 B de Baker Street junto al peculiar detective S...
Capítulo 34
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