El rostro de Sherlock pasó del aburrimiento a la sorpresa.
Pareció congelado.
Todos guardaban silencio llenos de curiosidad, hasta que Joan decidió hablar al ver que Holmes no tenía intención de abrir la boca.- En una de tus tardes de experimentos hablaste sobre Charles Queen. Un científico sin el reconocimiento apropiado con imaginación digna de respeto. Uno de los individuos que más has admirado, pero no tenías su más relevante obra a tu criterio. Averigüé que vive ahora en Nueva Zelanda y un amigo allá me hizo el favor de contactarlo. Hablé con él por teléfono y estaba más que dispuesto a regalarte una copia del libro con sus notas personales incluídas. - él empezó a ojear el libro con delicadeza mientras todos lo miraban asombrados.- Incluso me dijo que estaría gustoso en hablar contigo. -Sherlock la miró sin poder decir palabra.- Pero hay más. -continuó Joan poniéndose de pie y mostrando lo que tenía oculto detrás de la espalda. -Sé que no eres fanático de las fotos familiares, pero creo que sería lindo que tuvieras una. Con todas las personas importantes para tí. Puedes guardarla en tu habitación si tienes miedo a que los espías o asesinos entren y la vean en la sala.
Le entregó una fotografía tomada el día del cumpleaños de Lili, enmarcada en un marco color blanco con relieves estilo barroco.
Muy elegante.
Estilo Sherlock.Todos aparecían sonrientes y felices. John, Mary, Lili, la señora Hudson, Greg, Molly y Brad.
- Faltas tú. -dijo él casi sin pensarlo.
Todos contuvieron sus reacciones.
Mary se mordió el labio, Molly estuvo a punto de derramar una lágrima, Greg casi escupe su bebida, John no pudo evitar el derechazo de Lili, la señora Hudson casi le rompe los huesos de la mano al señor Franklin, Brad se acomodó las gafas con distracción y Loren y el señor Franklin se quedaron tratando de pretender que todo aquello era normal.Joan habló, tomada por sorpresa:
- Bueno... alguien tenía que tomar la foto.
Holmes sonrió.
Sí.
Sonrió.
Sin disimularlo, sin una pizca de falsedad, él sonrió.- Gracias Joan. -dijo mirándola sin dejar de sonreír.- Es perfecto.
El detective miró al resto con curiosidad y todos trataron de volver a la normalidad sin éxito. Él reaccionó y se puso de pie.
- Bien, yo no les traje nada, pero admito que me siento en la obligación de darles algo y ya que una exposición de los tipos de golpes más letales no son propios de la época -dijo con una pisca de sarcasmo que hizo sonreír a todos- una presentación de mi nueva composición musical deberá bastar. La señora Hudson siempre parece disfrutarlo asi que asumo que será suficiente... espero.
Tomó su violín y sin necesidad de ver las partituras empezó a tocar una melodía que parecía expresar todo aquello que aguardaba en las profundidades de su inalcanzable corazón.
Sus dedos se movían con destreza y delicadeza.
Todos escucharon embelesados.
Joan escuchaba y lo veía admirada, apoyada en la mesa de trabajo, desde donde veía su elegante espalda y, a veces, su pálido perfil.
Holmes tocó la última nota y todos empezaron a aplaudir y a darle merecidos cumplidos.
Él se inclinó en una breve reverencia luego retrocedió unos pasos y se dirigió a Joan:- Podría enseñarte si quisieras.
- Quieres convertirme en una versión femenina de ti. -dijo ella riendo.
- Ya has cambiado suficiente por mi causa no podría hacer eso. El regalo que me has dado... es demasiado, sólo siento que podría devolverte el favor.
- Sherlock, los regalos de navidad no son favores. Sólo son eso, regalos. Y... ¿a qué te refieres con que he cambiado?
- Nada en realidad. -dijo él dirigiéndose a la cocina y claramente evadiendo el tema.
Joan lo sigió lo tomó por el brazo suavemente y el se giró.
- ¿He cambiado? -preguntó ella sin poder ocultar la leve angustia en su voz.
- Si. Pero es un buen cambio. Te estás convirtiendo en una detective. Una excelente detective.
- Gracias. ¡Vaya! -dijo la doctora sonriendo- La navidad sí que te ha cambiado a tí.
- ¿Que? ¿De que hablas? Yo no cambié. Nunca cambiaría por una simple época de injustificable festividad y consumismo.
- Debajo de toda esa indiferencia y frialdad, en realidad eres amable Sherlock. Y no hay nada de malo con ser amable. -antes de que el detective pudiera protestar, ella le tomó de la muñeca y lo llevó a la sala.- No intentes huír, todavía no ha terminado la noche buena.
Me sientí emocional. Eso es lo que tiene la navidad, y sí, son principios de mayo pero en esta historia es navidad. Así que feliz navidad jaja.
Espero que les haya gustado ❤

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You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)
FanfictionJoan Watson deja New York y se muda a Londres en busca de un cambio en su vida mientras se reencuentra por fin con su amiga Molly Hooper. Acontecimientos fuera de su alcance la obligan a mudarse al 221 B de Baker Street junto al peculiar detective S...
Capítulo 39
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