抖阴社区

                                    

  - ¿Estás bien? Estás pálido.

  - No he comido en bastante tiempo.

  - ¡Bueno, come!

  - Eso iba a hacer antes de que armaras este melodrama.

Fué a tomar el waffle que había dejado y lo devoró con avidez. Después de comer dos o tres alzó la mirada hacia Joan, quién ahora estaba en la mesa-laboratorio tomando una taza de café.

  - Gracias.

Joan alzó los ojos sorprendida.

  - Espero que tengas razón respecto a John y a Mary perdonándome.

  - Lo harán.

  - Bueno -dijo encogiéndose de hombros- debería confiar en ti. Sabes más que yo respecto a estas cosas. Pareces manejar todo con mucha naturalidad. Supongo que me ayudará que vayas conmigo.

El detective notó que ella lo miraba de una manera extraña.

  - ¿Qué? -dijo tomando un sorbo de té.

  - Siento como si quisiera abrazarte.

  - Como mi amiga, sabes que eso sería precipitado.

  - No tuviste ningún problema con eso ayer, bueno... sí tuviste un problema, ese abrazo fué incómodo.
Pero lo hiciste de todas formas.

  - Pero ahora estoy sobrio. Y procuraré no volver a tomar. Entorpece los sentidos y los pensamientos.-dijo encaminándose al cuarto de baño.

Joan lo siguió hasta la sala y dijo sonriendo:

  - Sí, entorpece los sentidos pero creo que mas bien libera los pensamientos y los sentimientos.

Sherlock la miró fugazmente y un poco avergonzado al recordar lo que había sucedido la noche anterior.

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Sólo dos veces tocó el timbre. A los segundos Mary abrió la puerta:

  - Pensé que ya no vendrías. -sonrió con tranquilidad- Pasen.

Sherlock y Joan pasaron.
Dentro estaba John sentado. En cuanto todos entraron se pusó de pie, firme, sin dejar ese leve resquicio de militar. Holmes no vaciló:

  - Lo siento. Sé que cometí un error y prometo que no volverá a suceder. Jamás permitiré que lleguen de nuevo a ella, ni a ustedes.

John asintió. Se veía más relajado. Pero eso no detuvo la avalancha de advertencias, palabras de desesperación, alivio y, al final, compañerismo. Sherlock lo escuchaba en silencio, comprendiendo que su amigo tenía razón en haberse molestado. Le dio la razón y prometió de nuevo que pondría su vida antes que dejar que algún peligro llegará a ellos de nuevo.

  - ¿Puedo verla? -dijo el detective con incertidumbre.

  - Por supuesto que puedes. Eres su tío.

Ambos amigos pasaron a la habitación de Lili, donde la pequeña dormía pacíficamente.
Joan miró la escena desde la puerta de la habitación y al sentir que su teléfono vibraba lo sacó y contestó la llamada en la sala.

  - ¿Hola?

  - Necesito que vengas.

La inconfundible voz de Irene Adler.

  - ¿Qué sucede?

  - Es urgente Joan. Ven, por favor. Te esperaré en la parte trasera del Green House Pub.

Cortó y dejó a la doctora sumida en la incertidumbre.
Justo en ese momento Mary aparecía en la sala de estar.

  - Mary, tengo que marcharme. ¿Podrías decirle a Sherlock que continúe el caso? Me le uniré dentro de unas horas.

  - Claro, que te vaya bien.

  - Gracias, y dale un beso a Lili de mi parte.

  - ¿No vas a dejarle uno a Sherlock?
Joan se quedó estupefacta.

  - ¿Dejarle el qué?

Mary sonrió sabiendo que no había necesidad de esa pregunta. La doctora sonrió y sacudió la cabeza de un lado a otro.

  - Mary.

Con una última sonrisa se despidieron y Joan se dirigió al misterioso encuentro con la señorita Adler.

Llegó pronto y fué sin dudarlo a la solitaria parte trasera del pub. Se asomó y al no encontrar a nadie un idea fugaz le sacudió la confianza.

  - Oh no... -murmuró y de inmediato una capucha fué colocada en su cabeza.

Alguien hizo el intento de alzarla del suelo pero ella pateleó, lanzó un puñetazo que dió directo en el ojo de uno de los desconocidos.
El que estaba detrás de ella la sujetó en una especie de sofocante abrazo, ella impulsó su cabeza hacia atrás dando de lleno en la nariz del atacante y arrancándole un quejido de dolor. El golpe incluso aturdió un poco a Joan y tampoco ayudaba el hecho de que aún llevara la capucha encima.
Intentó quitársela a toda velocidad pero un puñetazo la tiró al suelo.

No no no no...

Hizo intento de levantarse y un último golpe la devolvió al frío pavimento mientras escuchaba a lo lejos el taconear de un par de zapatos.

You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora