You can't solve me (SherlockBBC/Joan WatsonCBS)

Capítulo 54

La doctora sonreía. Y lo miraba como quien tiene plena confianza en alguien.

¿Cómo iba a decirle que no?

Así que antes de tocar su pieza original el detective se acercó al micrófono y viendo a la pareja en medio del salón de baile dijo:

  - Puede que diga a menudo que no creo en el matrimonio, pero resulta dificil afirmarlo al ver lo bien que se complementan. El matrimonio al final es como un... compañerismo. - de pronto, involuntariamente buscó a Joan con la mirada. Nadie lo notó excepto sus amigos. Al darse cuenta de lo que había hecho se puso un tanto nervioso. - Es sobre... está conformado por... dos personas que se complementan. Felicidades.

Colocó el violín bajo su mentón y comenzó a tocar la melodía que había compuesto para el vals.
Pero no podía quitarse del pensamiento lo que había dicho. Aún después de darse cuenta de que buscó el rostro de Joan entre la multitud, había continuado la alusión al "compañerismo" y las personas que se complementaban.

Y pensó en ella.

A pesar de que sus pensamientos estuvieran inquietos y de que su gripe lo hiciera sentir fatal, la melodía que tocó fué perfecta. Eso, mezclado con el baile de la pareja de recién casados había creado un ambiente mágico que era imposible de ignorar.
Al terminar la pieza musical la gente prorrumpió en una avalancha de aplausos. Para el músico y para la pareja.

Molly y Brad miraron a Sherlock con una sonrisa de profundo agradecimiento y él sonrió de vuelta.
Feliz.

La música movida empezó a sonar, la gente se esparcía en la pista de baile, reían, bailaban y bebían.
Un sentimiento extraño invadió a Sherlock.
Cierta melancolía.
Estaba feliz por Molly, realmente feliz, pero mientras evadía a la gente y se dirigía a la puerta de salida una realidad un tanto triste le asaltó.

Divisó a lo lejos a Joan. Hablaba con un hombre de traje negro y cabello cano.

  - ¿Quién es ese hombre? -preguntó en voz alta al advertir que su amigo se colocaba a su lado.

  - Mm... no lo sé. Es la primera vez que lo veo.

  - Bueno, ciertamente no es un buen partirdo. Alcohólico, casado y posesivo.

  - Bien, entonces ¿por qué no vas y la salvas de ese tipo?

  - Ella no necesita ser salvada. -John lo miró mientras él contemplaba a la doctora con seriedad.- Seguramente ya sabe todo lo que te he dicho. Conociéndola incluso puede que tenga intenciones de darle un par de consejos. Ella es más que capaz de cuidarse sola.

Aquella última frase no había sonado como reproche ni mucho menos. Había en su voz la admiración de un colega a otro.
Era el reconocimiento de que ella era una mujer fuerte, inteligente y capaz.

  - Me siento fatal. Buenas noches John, salúdame a Mary y a Lili.

  - Buenas noches Sherlock.

El doctor Watson sabía que había una sombra que cubría al detective en su oscuridad. Le hubiera insistido en que se quedara un rato más, no quería que se repitiera la misma partida de Holmes, de la misma manera en la que se fué de su boda años atrás, pero se veía que estaba afectado por la gripe. Además de que sabía que no importaba cuanto insistiera, él no se quedaría.
Sólo le quedaba esperar que Joan lo rescatara. Que rescatara a su mejor amigo de una vida llena de soledad.

Afuera el viento era frío como de costumbre.
Sherlock salió envuelto en su abrigo negro y se detuvo un momento en el umbral de la puerta admirando al cielo extrañamente despejado que dejaba ver las brillantes estrellas. Y dijo en voz queda mientras el vaho salia de su boca: