—Dejé de encubrir crímenes hace tiempo —le cortó Castiel de una— Pídele ayuda a Bella, ella es perfecta en eso de ocultar delitos y producirlos —Castiel bloqueó el teléfono y se levantó dispuesto a irse. Sin embargo, Dean lo tomó del brazo, y una sensación tibia lo hizo detenerse— ¿Dean?
El rubio le ofrecía una linda sonrisa.
—No sé que imagen tienes de mi, hombre. Pero te aseguro que no soy ese tipo de personas que se las pasa desenterrando cuerpos en los cementerios cuando nadie ve —rió ante su analogía— Y si necesito un compañero de crimen, está Benny.
Castiel sintió una pequeña puntada de hostilidad al escuchar eso último. Claro, era más que lógico. Dean nunca lo iba a ver como alguien más que un compañero de clases. Ni siquiera eran amigos.
—Quiero que me ayudes a descifrar un código que puede determinar el rumbo de mi vida y del universo —le dijo con seriedad— De esto depende que conozca la verdad de todo.
¿Qué era todo? Porque todo puede ser muchas cosas.
Castiel parecía intrigado, así que aceptó la propuesta del rubio. Él después de su afirmativa, le enseñó un papel que tenía un montón de números separados por guiones; a simple vista parecía ser esos códigos que aparecen en las computadoras cuando aprietas las teclas mágicas —como solía referirse Castiel—, pero después palideció al ver de lo que se trataba.
Por supuesto. ¿Cómo lo iba a olvidar?
Ese era su nombre.
¿Y Dean se le ocurría pedirle ayuda justamente a él? Que irónica era la vida, al igual de descarada.
— ¿Y bien? ¿Sabes que son todos estos números? —le insistió Dean a Castiel. El pelinegro debió haber tenido una expresión demasiado épica en el rostro en ese momento— Vamos Cas, no mires el papel como si este te fuera a apuñalar con una navaja.
Castiel reaccionó inmediatamente. Entonces miró a Dean; tenía que reflexionar acerca de su estúpido impulso de hacer las cosas al momento.
—No Dean. No sé que es eso. ¿De dónde lo sacaste?
Dean pareció pensarlo un poco.
—Me lo dio alguien —respondió— Alguien que pienso que no es de este planeta.
Castiel tragó con fuerza para no reír.
—Pero veo que no puedo salir por la vía fácil. Así que investigaré e investigaré. —guardó el papel. Luego se produjo un silencio incómodo y Castiel asintió a la nada, como si eso fuera la señal de que debería irse.
Dean lo dejó marchar.
***
Castiel estaba sentado debajo de un árbol cuando finalizaron las clases. Pensó que sería muy cliché leer a la naturaleza; pero como que estaba haciendo algo mal. No sabía que era, pero sabía que la estaba cagando.
—Cassy —lo llamó alguien con voz melosa. Como si quisiera dar a conocer su presencia— ¿Ahora quieres salir en Tumblr? Te hace falta el libro y el café.
¡Ah! Eso era. Debía leer un libro en físico, no en el teléfono... Pequeños detalles.
— ¿Qué haces por aquí, Gabriel? Pensé que te ibas a quedar hasta tarde, otra vez, para buscar los dulces de la cafetería que sobraron... otra vez —Gabriel rió y se sentó al lado de Castiel, debajo de la sombra que daba el árbol del parque— ¿Te descubrieron?
Gabriel negó y sacó del bolsillo tres barras de chocolate mientras los envoltorios iba a botarlos en la papelera más cercana (dile no a la contaminación ambiental).
—Ten —le lanzó una barra— Ahora hablemos un rato. Sé que ahora que estás con el idiota de Winchester, las malas costumbres se te están pegando y ya ni hablas conmigo.
Castiel enrojeció. ¿Cómo se había dado cuenta?
—No es lo que tú crees —le aclaró— Él es... bueno, creo que es mi amigo.
Gabriel soltó una sonora carcajada. ¿Amigo del Winchester? Les faltaba el cuarto para romper la tensión sexual que tenían.
—Cassy, no sé que clase de ciego me crees. Pero te puedo asegurar que ni de ciego ni de tonto tengo ni un pelo —y se acarició su abundante y sedosa cabellera— Le pedí al Winchester menor su secreto para la suavidad Pantene de mi cabello a cambio de un diez permanente en mi materia cuando le de clases; y mira, si que noté la diferencia.
¡Con razón!
Ya decía Castiel que había un nuevo Dios entre nosotros. De seguro Sam y Gabriel hacían un club para el cuidado del cabello y sería mucho más exitoso que aquél club trivial de lectura; en donde ni siquiera tocaban ni un libro. Era como si solamente se llenaran de orgullo por pertenecer a algo que ahora estaba de moda.
—Hay algo que tengo que reconocer. Y es que a pesar de todo, esos niños tienen buenos genes —Castiel observó una vez más a Gabriel. No sabía cómo lo hacía, pero siempre lograba dejarle un desastre mental cada vez que hablaba— Pero no lo digo por el mayor, que es un dolor en el culo junto a su amigo de acento extraño...
Oh no.
Primero Lucifer, ahora Gabriel... ¿Es que acaso toda la familia estaba destinada a caer por el encanto de los Winchester?
— ¿Tú también? Joder no —Castiel se cubrió el rostro con las manos en un inequívoco gesto de rendición y frustración— ¿Qué acaso quieres seguir los pasos de tu sobrino? Él está a menos distancia de una habitación en la prisión que tú de comerte ese chocolate.
Gabriel, en vez de hacerle caso a las palabras de Castiel, sonrió con ese aire retador y se llevó la barra de chocolate a la boca para darle una merecida mordida.
—Lo denunciaré como abusador infantil para quedarme con Sammy —le guiñó un ojo a su sobrino más pequeño— Tal vez él sea la cabeza de la familia ahora; pero yo soy mayor que él y créeme que no dejaré pasar a ese lindo niño.
— ¡Gabriel! ¡¿Te estás escuchando?! Estás hablando de un niño de catorce años que fue abusado por mi hermano, no de la exnovia que tuviste en la universidad. ¿Qué acaso no puedes comportarte como el adulto racional que necesita está disfuncional familia? —Castiel se alteró... sólo un poquito.
—Tiene catorce, ¿y a quien carajos le importa, Cassy? La edad es sólo un número.
—Y la cárcel es sólo una habitación, asqueroso pervertido.
Gabriel se rió con ganas ante la mirada de desaprobación de Castiel.
—Hagamos esto —le ofreció después de un minuto de silencio hostil— Tú quieres al insoportable de Dean, y yo quiero al chiquito de Sam. Si colaboras conmigo, yo te quito a Balthazar de encima y te pongo a Dean.
Castiel se quedó mudo.
—Trato hecho. Pero si la policía te atrapa, no te ayudé otra vez —le señaló acusador— Procura no hacer nada... que pueda relacionarte con el crimen.
Gabriel rió bastante y entonces Castiel cayó en cuenta de que echó todo a perder cuando aceptó el trato. Pero tratos son tratos.
La tarde finalizaba con Gabriel y Castiel sentados debajo de la sombra del árbol del parque, observando el atardecer mientras planeaban estrategias para seducir a los Winchester sin que se los llevara la ley.
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Así como cuando hasta Gabriel le tienes ganas a Sam y es capaz de traicionar a Lucifer para quedarse con el niño JAJAJAJAAhora, hablemos de algo importante. La atracción aquí hacía niños es ficticia; esto no fomenta a la pederastia ni el abuso hacía menores de edad.
Pero arriba el Sabriel (?

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Un Destiel en 抖阴社区
FanfictionDean está acostumbrado al constante sonido de su teléfono por las notificaciones incesantes que provienen de el. Parecía que todos los días se las pasaría leyendo, escribiendo, votando y comentando en los fanfics de esa plataforma; o así fue hasta q...