Johnmark ? Be My Boyfriend

XI

—Bueno, no creo que el decirles que nos dejamos llevar por la emoción de volvernos a ver y nos besamos sea exactamente la “verdad” —remarcó con comillas.

—Es un intento de “verdad” —dijo en tono de pregunta pero a la vez sonriendo.

La habitación quedó en silencio durante unos segundos que parecieron horas para ambos.

Era difícil estar en la misma habitación junto a la persona que querías y no poder hacer nada al respecto.

—Me tengo que machar por hoy —dijo  rompiendo el silencio—. Mañana te buscaré para la decisión final.

Esperó el tiempo suficiente para que Mark hablara y dijera alguna otra cosa que lo retuviera unos minutos más pero simplemente el castaño se quedó en silencio sentado en el borde de su cama observándolo con sus grandes ojos castaños esperando impacientemente hasta que se marchara.

No se iba a marchar sin nada a cambio, pensó Johnny y por eso se acercó hasta él, se inclinó y besó sus labios con apenas un roce para después presionar un poco más sus labios en los de él. Ese día lo había visto besando a Kun varias veces y siempre que se separaban él lo veía con una sonrisa dibujada en su rostro. Una sonrisa que unos años atrás le había pertenecido a él.

Sin decirle nada se marchó de la habitación de Mark y al salir de la casa, en la puerta se topó con la madre de Mark quien le sonrió amablemente y lo invitó a cenar pero se negó, estaba claro que ni Mark ni él estaban de humor para fingir frente a su familia que todo estaba bien.

.

—Hijo —dijo la madre de Mark tocando la puerta de su habitación—. ¿Todo está bien? Hace unos minutos me encontré con Johnny, no se veía bien.

El castaño levantó la cabeza de su almohada, había planeado ignorar a su madre fingiendo que estaba dormido pero necesitaba hablar con alguien que lo comprendiera y quien mejor que la
mejor mamá del mundo. Se puso de pie y abrió la puerta para dejarla entrar, de nuevo se sentó en la orilla de la cama y la madre entendió que su hijo no estaba muy bien emocionalmente.

—Dime que pasó —le dijo en un tono de voz tan tierno y maternal que sintió las lágrimas picándole los ojos.

—Que les mentí —confesó Mark. Estiró su mano por la cama y tomó una de las
almohadas para apretarla contra su pecho.

—¿A quiénes?

—A ustedes y a todos —suspiró—. ¿Podemos salir a dar una vuelta mientras hablamos?

Ella le sonrió a su hijo y asintió.

Caminaron por la calle unos minutos mientras Mark le contaba sobre todo en relación a Johnny, le contó que nunca fueron novios que sólo mintieron, le contó cómo es que se fue
enamorando de él y el hecho de que Ten también lo sabía. Todo, absolutamente todo.

La madre escuchó atentamente sin decirle nada, su vista permaneció todo el tiempo hacia el frente observando la calle iluminada por las lámparas del lugar. Cuando Mark terminó de hablar ya estaban de vuelta en su casa, caminaron hasta el patio trasero y se sentaron sobre el césped medio húmedo.

—Me parece casi imposible creer que ustedes no se gustaban —dijo finalmente —. Parecían tan enamorados desde el primer momento en que los vimos juntos.

—Creo que en el tiempo que pasábamos juntos nos fuimos gustando y eso —se encogió de hombros y lanzó un suspiro que ni él mismo entendía, lo único que entendía era lo que sentía aunque aun no estuviera en orden—. Creí que ya no lo quería —dijo finalmente—, creí que lo había olvidado y que la próxima vez que nos encontráramos podría sonreírle sinceramente sin fingir o volver al pasado. Pero sólo sé que cuando lo vi me di cuenta de que nada había cambiado, sin embargo, quiero tanto a Kun que me siento tan mal. Sólo un estúpido estaría tan confundido como yo.