?SINOPSIS? (+21)
Hay algo en Aemma O'Hara, la enigmática y carismática fundadora de la agencia O'Hara, que la hace difícil de resistir: Es poderosa, segura de sí misma, seductora nata y una amante fenomenal. Tiene dinero, fama, éxito... Sin embargo...
Tu mente es primitiva para algunas cosas, no todo es sexo en la vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los sonidos empezaron a hacerse lejanos y lo único que escuchaba eran aquellas palabras vibrando en su oído.
Frank esperaba cualquier cosa, lo que fuese, pero no aquello. Eso no.
La primera vez que la vio, era una adolescente de catorce años, muy agraciada y atlética, aunque bastante tímida. Pasaba gran parte de su tiempo leyendo libros y por eso siempre se apartaba. Recordaba haberla conocido aquel verano en que su padre, Brand, planeó una semana en compañía de la familia de Jacob Daniel Larson compuesta por su esposa Marie Sara Adams y sus dos hijas: Danielle y su hermana menor.
Esta última, era una nena traviesa y bastante parlanchina, lo que contrastaba con Danielle. Y fue eso lo que llamó la atención de Frank, el único hijo de los Nolan.
Intentó acercarse a ella de las mil maneras, pero Danys, cómo le decían, era esquiva. De todas formas, él no se rindió y durante un año le envío flores y poemas de amor.
Nada funcionó porque la adolescente estaba profundamente enamorada de Carl, un compañero de la secundaria dos años mayor que ella y que le correspondía. Carl era tan diferente a Frank en muchos aspectos. Por empezar, era una de las estrellas de básquetbol de su escuela, por lo que tenía una beca completa en esa Institución a pesar de ser de clase media y aunque no tenía excelentes notas, tenía todo aprobado sin mucho problema. Su carácter era despreocupado y bromista, aunque estas bromas muchas veces lo metían en problemas con otras personas.
Y sí, así fue en el cumpleaños dieciséis de Danielle cuando Frank y Carl se conocieron, y el odio fue mutuo. Frank no podía soportar haber perdido a la chica, por la que se esmeró tanto en manos de un idiota de clase media y con menos inteligencia que él. Por eso, planeó un par de situaciones en dónde, al final de todo, él se terminó casando con Danielle.
Pero, en esos momentos, Frank trataba de descifrar alguna señal en aquellos ojos miel que le dieran a entender que aquello que oyó había sido una broma.
Parpadeó varias veces a la vez que se iba alejando muy lento del rostro de Aemma y de su cuerpo.
—¿A mi esposa? ¿Quieres a mi esposa?
Aemma asintió en un leve movimiento de cabeza sin dejar de mirarlo a los ojos. Podía ver como el rostro del hombre se había tornado rojo de pronto, como si estuviera enfadado o sintiera vergüenza.
—Sí, eso dije, Frank.
Frank estaba sorprendido, sin lugar a dudas. Él había ido con otras intenciones, como un buen cazador, y ahora, su presa lo había descolocado en una jugada magistral. Debía darle crédito, esa mujer era astuta y directa. Y eso, lejos de hacerlo desistir, lo excitaba aún más.
—Danielle no es lesbiana.
—¿Por qué debería importarme eso? —cuestionó Aemma, ladeando la cabeza.