La Regla Frost ? ??

Finge que no te importa. De todos modos, tú tampoco le importas a él. 

CHRISTINE

Me despierta un fuerte golpe en mi cabeza.

—¡Ya la golpeaste! —escucho una voz masculina—. Estaré muy sorprendido si despierta sin secuelas, borrachín, ¡casi le sacaste la oreja!

—¿Por qué no lo hiciste tú, eh, señor perfecto? —regaña Sami.

—¡Porque no me dejaste! —reclama Oliver—. Casi me golpeaste cuando quise sacarla del auto.

—Eso es porque no tocarás a mi mejor amiga con tus grandes manos pervertidas.

—Nunca le haría daño a Christine, Sami, que te quede claro. Yo sólo quiero su seguridad.

—¿A dónde me... llevan? —pregunto interrumpiéndolos. Sami me sacó en brazos del auto de Oliver y me golpeó contra la puerta, de ahí el dolor en mi cabeza.

—A tu casa, pero si ya estás despierta podrías caminar porque no tengo súper fuerza —dice Sami dejándome en el suelo.

—Yo debo irme. Nos vemos mañana en la cafetería, Chris. Buenas noches, borrachín —Oliver se despide y me apresuro a agradecerle nuevamente. No sé qué habríamos hecho esta noche sin él.

—¡Adiós, guapo! —grita Sami agitando su mano cuando el auto desaparece en la esquina de la calle—. Está para chuparse los dedos. Por tipos como él a veces cuestiono mi heterosexualidad.

—Entremos, idiota.

Entramos en mi casa a hurtadillas, con cuidado de no despertar a nadie. Y cuando creo que nuestra aventura pasará desapercibida, la luz de la sala se enciende y en milésimas de segundos me preparo para enfrentar a mi furibunda madre. Sin embargo, es Valerie quien está de pie en el primer peldaño de la escalera, con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¡Val, cariño! Te ves preciosa esta noche con ese... pijama de oveja —exclama Sami en un mal intento de sonar casual—. ¿Qué tal todo? ¿Cómo te trata la vida?

—Quiero desollarme viva para no verte más —le responde mi hermana sin dejar de mirarme, aunque un fuerte rubor cubre sus mejillas, no es indiferente a los cumplidos de Sami—. Que sepas que tu aventura con la policía no pasó desapercibida, Christine. Lo vi todo desde la ventana de mi habitación. Minutos después de que se los llevaron a ustedes en la patrulla, la policía vino a buscar la jauría de perros que dejaste en nuestro patio trasero, pero como no tenían una orden, no los dejé entrar...

—De algo te ha servido ver maratones de CSI con mamá.

—...y no le diré nada a nuestra madre, porque tú no le dijiste que dejé sola a Hannah el viernes en la noche. Así que ya estamos a mano.

Se voltea y comienza a subir las escaleras.

—¿Qué te traes con Allen McLaren? —pregunto antes de que alcance a desaparecer en el pasillo de arriba.

—¡No te importa!

Sami y yo nos miramos y nos encogemos de hombros al mismo tiempo, luego subimos a mi habitación completamente agotados.

—Dormiré contigo hoy —dice entrando a mi baño.

Cuando sale, yo ya estoy sentada en la cama, bajo las tapas. Sami se sienta a mi lado y me dedica una sonrisa triste. Entonces, sólo entonces, mis ojos se llenan de lágrimas y me odio por reaccionar así.

—Júpiter me rechazó —murmuro mientras él me abraza—. Y... se siente peor de lo que imaginé. Me sentí tan valiente... tan segura de mí misma cuando me acerqué y no se alejó... Y luego todo se desmoronó. Ahora me siento avergonzada.