Aquellos ojos y esa sonrisa, están en mi cabeza, ese chico de la cafetería, está en mi cabeza como una sinfonía.
Me quedo viendo al techo por un momento mientras sigo acostado, es miércoles, el reloj marca las 9:30 a.m
Por alguna razón Peter ha decidido que hoy la cafetería no abrirá, así que aprovecho para levantarme más tarde.
Tomo una ducha caliente, y por alguna razón, el recuerdo de aquel chico, va y viene a mi cabeza.
Me pregunto si algún día lo volveré a ver.
Me pone un poco triste pensar que no.Cuando he terminado, me visto, el clima parece frío, está nublado, así que busco algo cómodo y adaptado al clima.
Desayuno algo rápidamente, y decido llevar un poco de café a la escuela.
Me preparo un café negro, y lo llevo en uno de los vasos con el logo del Coffee place, Peter suele regalarnos a Megan y a mí un paquete de esos vasos cada mes.
Me coloco los audífonos, tomo la mochila, y llevo el café en la mano y así salgo a la escuela.
Esta vez decido irme en autobús.
Todo el camino, voy pegado a la ventana, espero que el café se enfríe un poco, comienza a sonar "Tattooed heart" de Ariana Grande, una de mis canciones favoritas.
Me es imposible no acordarme del chico apuesto, nunca he entendido cómo es posible que alguien te deje impresionado con sólo verlo. Y sé que me gustaría verlo, otra vez.
Antes de bajar, cambio de canción y guardo el celular en la bolsa de mi chamarra.
Me cuelgo la mochila en los hombros y bajo en la parada correspondiente.Camino un par de cuadras, hasta llegar a la escuela.
En realidad sería más cómo un "campus" el cual es grande, esta dividido en dos áreas de estudio, medicina y artes.
Cuando entro al campus, comienzo a caminar hacía mi edificio, siento el celular sonar, y cuando intento sacarlo, me doy cuenta que el cierre de la bolsa esta atorado.
—Demonios,—Digo mientras sigo caminando y agarro el café con la mano izquierda.
Me distraigo intentando sacar el celular de la bolsa de la chamarra, pero no puedo.
Camino mientras sigo intentando desatorar el cierre, hasta que siento que me estrello con alguien.
—Lo siento, lo siento, ¿Estas bien? ¿Te quemaste?,—Digo mientras me sonrojo, y muero de la pena.
Y entonces, me llevo una grata sorpresa, me he estrellado con el chico de la cafetería, mis mejillas se ponen coloradas al darme cuenta que estúpidamente he derramado mi café en su sudadera.
—Lo lamento en serio, es que, mi cierre se atoro y me estaban llamando y no podía sacar el celular.
—Tranquilo, tranquilo, por suerte no estaba tan caliente,—Me dice mientras con sus manos se aleja la sudadera del cuerpo.
—Lo lamento mucho, enserio, no me di cuenta que alguien venía delante de mí y el cierre se atoro y perdón,—Me cubro el rostro con las manos, de verdad muero de pena.
—No pasa nada, esto suele pasar, tranquilo. Por cierto, ¿No te conozco de algún lado?,—Me sonríe y me es inevitable no ponerme aún más nervioso y siento que estoy más colorado que antes.
—Emm si, bueno, no, bueno si, bueno algo así,—Comienzo a balbucear,—Bueno sí, hace días te atendí en el Coffee place a tí y a una chica que te acompañaba.
—Con razón siento que ya te he había visto antes,—Me sonríe y se quita la sudadera.
—En serio lo lamento, estoy muy muy apenado, lamento haber arruinado tu sudadera, chico apu...—Hago una pausa antes de terminar y decirle "Chico apuesto"
—¿Chico qué?,—Me pregunta dudoso.
—Chico, sólo chico,—En serio muero de la pena, ¿Qué pensará si le dijera que lo apodé "el chico apuesto"?
—Ammm, esta..bien?,—Suelta una risita,—Y no te preocupes, es sólo un poco de café, se lava y listo. Por cierto, me llamo Bruno,—Estira su mano. Dudosamente y colorado aún, estrecho mi mano con la suya.
—Soy, Christian, un gusto,—Estrechamos nuestras manos y por un segundo, me pierdo en sus ojos, le doy una breve sonrisa y luego lo suelto.
—Bueno, Christian, no te preocupes. Ahora me debo de ir, necesito buscar unas cosas, así que, te veo después.
—Si, sí claro, y de nuevo, perdón,—Bruno me regala una última sonrisa y después se va.
Volteo a ver cómo se aleja poco a poco.
Me quedo de pie, mientras una sonrisa invade mi rostro.
Lo que acaba de suceder es un magnífico error.

EST?S LEYENDO
Un magnífico error
Teen FictionNo podemos forzar a alguien a que se quede con nosotros, no podemos obligar a otra persona a que nos ame. Lo único que podemos hacer es darle un pedazo de nosotros y esperar que haga lo mismo, sin rompernos en mil pedazos, pero sin importar que pase...