<< Empezar de cero >>
Amity era nueva en este lugar. Gravesfield no era su primera opción si le preguntabas dónde quería vivir, pero en este momento no tenía opciones.
Sus padres la habían mandado a vivir y terminar aquí la secundaria. Ahora viviría con su abuela paterna, quien muy gustosamente la aceptó en casa, después de todo, tenía mucho tiempo sin ver a la familia de su hijo Alador.
Los gemelos se encontraban en este momento disfrutando de su vida universitaria como solo ellos podían hacerlo, mientras Amity se sentía un poco miserable por estar sola y tener que empezar de cero.
Y esa era la cuestión, si los padres de la chica Blight no hubiesen perdido tanto en acciones de su empresa durante los últimos meses, podría haber continuado su vida normal.
Desafortunadamente eso paso, así que sus padres tuvieron que vender muchas cosas, recortar personal y disminuir otros gastos para no perder Industrias Blight.
Entre estos recortes se encontró la escuela de Amity, la gran mansión donde vivía junto con su familia y un 30% en las acciones de la empresa, vendidas a algún magnate o político, Amity no lo sabía y honestamente no le importaba.
Claramente los gemelos tenían prioridad porque apenas habían entrado a la universidad, así que a ellos no les afectó el recorte de la forma que le afectó a Amity, pero discutir no valía la pena.
Ahora sus padres vivían en un departamento, aunque de lujo, pero estaban más ocupados de lo normal, por lo que su mejor solución sobre su hija menor era mandarla con la madre de Alador, quien vivía sola en el pequeño pueblo de Connecticut y quien se alegró de tener a su nieta en casa durante el tiempo que fuera necesario.
No malinterpretes a Amity, amaba a su abuela, pero en su antigua ciudad tenía una rutina ya establecida.
Y si bien no era la más cercana de sus amigos, no tenía la necesidad de socializar más de lo que ella misma se permitía, además de que ya había forjado una buena reputación basada en sus excelentes calificaciones. Vamos, tenía incluso su propio despacho en la biblioteca pública, y prontamente entraría a trabajar ahí oficialmente. Todo ahora desvanecido por una situación que no estaba en sus manos.
Tampoco falta mencionar que nadie le pidió su opinión sobre este cambio, sus padres llegaron y le dieron la noticia, sin replicas y tendría que seguir cumpliendo con sus calificaciones e inscribir cursos avanzados en las materias que lo requirieran.
Ahora mismo se encontraba recostada en su nueva habitación, la luz de la luna se filtraba por la ventana entreabierta.
Si algo debía admitir es que el lugar era bastante pacifico, no se escuchaban aquellos ruidos de ciudad a los que ella estaba acostumbrada, sólo un pacífico silencio, el cual le permitía perderse en sus pensamientos.
Estuvo así unos cuantos minutos antes de que sonara el pomo de la puerta y su abuela asomara la cabeza dentro de la habitación.
—Mittens, ¿ya estas durmiendo? —habló despacio buscando no despertarla en caso de que en verdad durmiera.
—Hola Abue... no, no realmente— respondió ella levantándose un poco para verla.
—¿Estás nerviosa por lo de mañana?— le preguntó entrando completamente a la habitación —deberías descansar, sé que puede parecer difícil, pero te acostumbrarás, tómatelo con calma— finalizó acercándose y ofreciendo un abrazo a Amity, quien se acercó y correspondió el gesto.
—Lo sé Abue, pero aun así es difícil, es empezar de nuevo...— dejó su idea en el aire, mientras se retiraba lentamente del abrazo y se acomodaba en su cama dispuesta a dormir.
—Bueno, podrías aprovechar para hacer eso, empezar de nuevo no es malo, puedes cambiar algunas cosas que quisieras cambiar antes, puedes intentar cosas diferentes sin cuestionamientos y puedes hacer amigos nuevos— finalizó su abuela con una sonrisa, Amity veía claramente el rostro de su padre en las facciones de su Abue, pero de pronto la golpeó aquella declaración.
Tenía razón, quizá no era tan malo el cambio.
Teniendo este pensamiento en mente, se despidió de su abuela y trato de dormir lo más posible, al final, su primer día de clases sería importante.
. . .
Todo iba bastante bien, ya habían pasado dos horas desde que iniciaron las clases y Amity se dio cuenta de que se estaba adaptando rápido al ritmo de enseñanza de sus profesores, por lo menos sus clases no serían un problema para ella.
Se encontraba frente a su casillero, buscando los útiles para la siguiente clase.
La mañana era agradable, el clima se sentía fresco, pero no lo suficiente para ser frío.
En cuanto obtuvo su libreta la guardo en la mochila y se dispuso a buscar el siguiente salón.
—Mmmm... salón C-3...— murmuró un poco para sí misma, hasta el momento sus clases habían sido en la misma ala este, pero al parecer se tendría que mover al otro lado de la escuela, sin estar del todo segura de sí su idea era la correcta.
Estaba tan ensimismada, que no se percató de que había alguien más mirando su horario de clases justo detrás de ella.
—¡Oh! Es la clase de la profesora Clawthorne— dijo cerca de ella una voz de mujer.
Amity se impidió gritar, aunque lo deseaba, y sólo cubrió con una mano su acelerado corazón.
—Yo... lo siento, no quise asustarte— dijo la chica frente a ella ofreciendo la disculpa, era un poco más baja, llevaba gafas y un atuendo en el que predominaba el verde. —Es sólo que vi que eras nueva aquí, así que probablemente no conoces la ubicación de todos los salones—, a continuación, ofreció una mano a modo de saludo, —soy Willow Park, gusto en conocerte.
Amity rápidamente se recompuso y devolvió el saludo —mi nombre es Amity Blight, encantada de conocerte también... y sí, me pegaste un susto, pero está bien, estoy bien—, devolvió Amity su brazo a su costado —entonces, ¿me podrías mostrar dónde se encuentra este salón?
—Seguro, de hecho, esa clase también la tomo, así que justo voy para allá, sígueme— le explicó mientras daba media vuelta y comenzaba a caminar.
Amity la siguió, Willow parecía una buena opción para empezar una amistad.
Willow le habló de los demás profesores con los que aún no había tenido clase, sobre varios alumnos y de cuáles de ellos debía cuidarse, además de recomendaciones para comer en la cafetería.
Amity agradecía cada pedazo de información obtenida, de esta manera sería mucho más fácil adaptarse, definitivamente se haría amiga de esta chica.
. . .
Estaban tomando su descanso en la cafetería cuando se acercó un chico que se veía menor a ellas, saludó a Willow animadamente y ella la presentó.
—Gus, mira esta es la chica nueva, Amity este es Gus, mi mejor amigo—, señaló ella entre ambos.
—Mucho gusto Amity, y bienvenida a Hexside. Sé que no lo parece, pero es una gran escuela— dijo él con orgullo.
—Mucho gusto Gus, y gracias por la bienvenida— sonrió Amity de vuelta.
—Y, ¿qué te parece este lugar hasta ahora?— preguntó Willow distraídamente mientras tomaba su bebida.
—Bueno, creo que no está mal, todo ha estado bastante tranquilo y...— la idea quedó en el aire en cuanto escucharon el alboroto entrar por las puertas de la cafetería.
Eran el grupo del que Willow le había hablado, aquellos que era mejor mantener alejados, su líder era Boscha, estrella del equipo de rugby de la escuela, junto a su sequito de chicas populares, Skara, Bo y Cat, pero había otra chica que caminaba junto a ellas, y destacaba porque tenía un estilo completamente diferente, piel canela y un gorro que cubría unos rizos rebeldes.
Sin embargo, disminuyeron la atención sobre ellas una vez que se sentaron en una mesa.
—Si bueno, en general, ha estado bien— finalizó Amity su oración regresando la atención a las personas frente a ella.
—Bien, entonces apurémonos para llegar pronto a la siguiente clase— dijo Willow con una sonrisa.
Ese día había sido sorprendentemente ligero para Amity, quien pensó que no lograría hacer ni un amigo en toda la semana.
Regresaba caminando a casa de su abuela realmente satisfecha consigo misma.
<< Y listo, ahí tenemos el primer capítulo. Se que la premisa puede ser común, pero créanme que llevaré esto a otros caminos.
Nos vemos en el siguiente capítulo. >>