<< Los gemelos llegan a Gravesfield. Amity toma una decisión respecto a su imagen >>
El jueves previo al fin de semana del partido, Amity estaba llegando de la escuela, cuando a lo lejos distinguió el auto último modelo que debía pertenecer a Edric.
Emira tenía uno parecido, pero en otro color.
Al parecer los gemelos ya habían llegado a la casa de su Abue.
Y en efecto, en cuanto Amity abrió la puerta dos pares de brazos casi la derriban en un fuerte abrazo.
—¡Mittens! — gritaron los gemelos mientras Amity se ahogaba un poco entre tanto afecto.
Su Abue solo reía de la acción de sus nietos.
Sus nietos no solían frecuentarla.
Tener a Amity viviendo con ella fue un segundo respiro, le gustaba lo buena chica que estaba resultando ser y lo mucho que se estaba esforzando en ser ella misma.
Y justo ahora se sentía inmensamente feliz de que los gemelos también estuvieran aquí, aunque fuera solo por un fin de semana.
Amity se limitó a abrazar igual de fuerte a sus hermanos, los había extrañado mucho.
—¿Cuándo llegaron? — preguntó una vez que los tres se soltaron del abrazo.
—En la mañana de hecho, pero teníamos que bajar algunas cosas y desayunamos aquí también— respondió Em.
—Y cuéntanos... ¿pasó algo interesante en la escuela hoy, hermanita? — dijo Ed con tono mordaz.
—Realmente no, los entrenamientos siguen siendo duros y ya empezaron a darnos temas para los exámenes de la semana que viene— comentó ella.
—Hablaba de Luz— le replicó Edric directamente.
Amity se sonrojó —ah sí... sobre eso, nada aún, hemos estado ocupadas— se encogió de hombros.
—¿Ni siquiera has pensado en algún plan para invitarla a salir? — le preguntó Emira un poco incrédula, sabía que la chica le gustaba mucho a su hermana.
—No, estas semanas son importantes y debemos estar concentradas, puedo decírselo después— replicó Amity.
—¿Tus hermanos saben sobre tu enamoramiento? — le preguntó su Abue, viendo orgullosa en cierta medida a su nieta menor.
—Sí, nos lo contó apenas hace un par de días— le contesto Ed.
—Además, ¿cuándo se destiñeron?, pensé que la apuesta nos obligaba a tenerlo hasta que se cayera naturalmente— dijo Amity buscando cambiar la conversación.
Y al parecer funcionó.
—¡Oh vamos Mittens!, ¿quién lo iba a supervisar? — preguntó Ed sarcásticamente.
—Lo mantuvimos un par de meses, pero se empezaba a ver transparente, así que optamos por quitárnoslo— explicó Em —aunque a ti se te veía bien—.
—También lo valió cuando mamá nos vio por primera vez con ese tono de cabello— comenzó a reír Edric recordando la mirada horrorizada de Odalia Blight al ver a sus tres hijos con el mismo cabello verde.
Amity quedó pensativa por un momento, sus raíces habían crecido y pronto una idea se formó en el fondo de su mente.
—Bueno, es genial tenerlos de vuelta— comenzó Amity, —pero necesito apurarme con algunas tareas— dijo mientras subía a su habitación.
Los gemelos y su abuela se despidieron de ella.
Una vez en su cuarto buscó los tonos de tinte de cabello que se imaginaba para sí misma.
Después de una exhaustiva búsqueda, encontró el que creía perfecto.
Salió de su habitación en busca de Emira, mientras recorría el pasillo de la planta superior pudo distinguir la oscuridad del exterior por una ventana.
¿Se había tardado tanto como para que oscureciera?
Bajó las escaleras y encontró a Edric concentrado en algún videojuego en la sala, se dirigió al comedor donde su Abue y Em estaban platicando animadamente.
Al ver a Amity entrar Emira la llamó a su lado.
—Mira Mittens, son fotos de papá— dijo señalando un álbum sobre la mesa.
Amity se acercó con curiosidad, y en efecto un pequeño Alador Blight se veía en aquellas imágenes, la mayoría tomadas en la misma casa donde estaban ahora.
Su Abue les explicó el contexto de la mayoría de las imágenes.
La familia Blight no era ostentosa, de ninguna forma, por lo menos en la generación de sus abuelos, la fortuna se consolidó cuando sus padres levantaron Industrias Blight.
Muchas cosas habían cambiado desde entonces, muchos elementos de la casa de su Abue se modernizaron cuando su padre insistió en que debían remodelar la casa para que sus abuelos vivieran con mayor comodidad.
Su abuelo murió poco antes de que Amity naciera, sólo lo había conocido a través de algunas imágenes y algunos recuerdos que sus padres y su Abue le solían contar.
Parando por un momento su tren de pensamientos habló con Emira.
—Em, ¿crees que podamos conseguir este color? — le preguntó esperanzada.
Em miró cuidadosamente las referencias que su hermana le mostraba en su celular.
En cuanto entendió la idea de Amity le dio una expresión sorprendida.
—¿De verdad lo piensas teñir de este tono? — preguntó emocionada, Amity asintió en su dirección, —es genial Mittens, supongo que mañana puedo hacer algunas visitas a centros comerciales para buscarlo, aunque primero tenemos que quitar lo que queda del verde— le explicó a Amity.
Su Abue se posó tras las chicas y observó la pantalla del celular de Amity, una sonrisa se extendió por su rostro, —te verás muy guapa con ese color Mittens—.
Amity por su parte se sonrojó un poco y murmuró un bajo 'gracias'.
—¿Qué es todo ese alboroto? — preguntó Edric, quien no se había enterado de gran cosa mientras entraba al comedor.
Em le señaló a su gemelo las referencias que le había mostrado Amity, Ed las observó atentamente y coloco sus dedos formando un cuadro directo a su hermana menor desde la distancia.
—Sí, definitivamente es tu estilo— concluyó él.
Amity se sintió feliz estar con su Abue, de que sus hermanos estuvieran aquí para apoyar sus decisiones, una vez más se sentía libre, sin la presión de sus padres.
Después de cenar todos se fueron a sus respectivas habitaciones a dormir.
. . .
Al siguiente día, al salir de la escuela se encontró con el auto de Edric estacionado cerca de la entrada.
Se acercó para asegurarse y, de hecho, también estaban Emira y su Abue, quienes al reconocerla la llamaron para que subiera.
—¿Qué hacen aquí? — preguntó ella mientras montaba en la parte trasera del vehículo.
—Bueno la Abue nos dijo que pasáramos a buscarte— comenzó Ed a explicar.
—Y también, fuimos a conseguir tu tinte— dijo Em mostrando una bolsa pequeña que debía contener los productos.
—Entonces, vamos— dijo Amity con determinación.
Una vez llegando a casa entre todos se organizaron para darle un cambio de look a Amity.
Por su parte la menor Blight no había comentado nada de estos planes a sus amigos, sería una sorpresa total para el siguiente día.
La final se acercaba inminentemente y ella se sentía lista para partir cráneos, de la manera más literal.
<< Uh, ¿historia de fondo de los Blight?
Este capítulo es bastante tranquilo, jajaja, supongo que debemos decir adiós a la Amity de cabello verde.
Nos vemos en la siguiente actualización ;) >>