El baile de graduación era en mes y medio, justo dos semanas antes de que Seungmin volviera a Corea. Felix sabía que era su primer baile escolar ya que se lo había confesado hacía unos días en una conversación que habían tenido respecto a eso y quería hacer algo romántico para invitarlo ya que quería que fuese especial, pero sobretodo inolvidable para su lindo novio.
Aún no se decidía por cual idea era la mejor, aunque sus amigos ya le habían dicho sus opiniones, todas le parecían muy simples para su adorable novio, que si le pedían su humilde opinión, era lo más puro y bello que había pisado la tierra. Por lo tanto, esto tenía que estar a su nivel. No podía ser un simple papel, o preguntarle antes de entrar a clases, o esas tontas cosas clichés que hacen las demás personas.
Christian había aprobado algunas ideas y se había ofrecido a patrocinar algunas, hasta le había dado opciones para mejorar algunas y le había dicho que la mejor era una en la que ambos se sintieran cómodos y disfrutaran mucho pero Felix seguía haciéndose un ocho pensando y pensando.
Sus manos sudaban mientras caminaba por los pasillos de la escuela de la mano de su novio, Seungmin se daba cuenta de eso pero no se atrevía a preguntar el por qué. Su nerviosismo también lo ponía nervioso de alguna manera.
-¿Estás bien? ¿Estás enfermo?- decidió preguntarle cuando estaban acomodándose en los asientos de siempre. Felix solo negó con su cabeza -¿No, qué, cielo? ¿Estás molesto y no quieres hablar? Dime algo, me estoy empezando a preocupar- Seungmin buscaba en sus recuerdos algo que pudiese haber hecho enojar al rubio, pero nada llegaba, habían estado bien antes de salir de la casa. No entendía nada.
Felix estaba tan ansioso decidiendose, que sentía que si hablaba iba a tartamudear y eso le daba tanta vergüenza.
-Estoy bien- logró decir finalmente. Seungmin frunció el ceño.
-Entonces estás enojado conmigo- asintió, dándole una sonrisa sarcástica - y ahora, ¿qué hice? No entiendo porqué te comportas así conmigo, Lee.
Oh, no. Seungmin solo lo llamaba Lee cuando de verdad estaba molesto con él. Quiso golpearse por ser un imbécil con su novio ya que él no tenía la culpa de nada.
-No es nada, amor. Solo estoy un poco distraído. Eso es todo- murmuró Felix mirando como Seungmin ablandaba el gesto en su cara. Tomó su mano -por favor, no te enojes conmigo. Sabes que te amo mucho, mi Minnie bonito- dijo en un tono algo meloso y besó repetidas veces las mejillas del pelirrojo. Seungmin suspiró.
-Solo no seas un imbécil el resto del día- lo besó en los labios. Era un beso lento y cariñoso, hasta que fueron interrumpidos por su profesor, el cuál había llegado al salón segundos antes.
-Así que tenemos nueva parejita en el aula- habló el viejo con sorna en su voz- díganme, ¿quién es el hombre de la relación?- algunos pocos compañeros se rieron y los demás murmuraban cosas. Ambos chicos se miraron indignados -¿No piensan hablar? Vamos, solo digan quien se la mete a quien. Sus compañeros están intrigados por saber el dato- las mandíbulas de ambos se tensaron y Seungmin sintió como Felix tomaba aire para contestarle a su maestro.
-Por favor, no le digas nada- Seungmin susurró a su oído -me siento igual de molesto que tú, pero podría perder mi beca si le decimos algo- Seungmin tenía una expresión de preocupación en su rostro. No sabría como explicarle a sus padres que había perdido la beca por grosero, no lo perdonarían nunca. Felix asintió suspirando y tomó la mano de su novio por debajo de la mesa para darle seguridad.
-¿Podemos simplemente comenzar con la clase? No veo como todo esto es relevante para nuestro aprendizaje, señor Clark- la voz de Felix fue calmada, aunque el rubio estaba que se lanzaba a golpear al viejo morboso frente a ellos.
-Chicos, no sean así. Nos dejan con la intriga- comentó uno de sus compañeros de hasta adelante del salón y las risas se escucharon un poco más fuertes, Seungmin estaba que lloraba del enojo. Sentía tanta impotencia. Si no tuviese esa estúpida beca, estaría respondiedole a esos imbéciles como se lo merecían.
-Bien, si no quieren responder, no podemos obligarlos. Tenemos que respetar su privacidad- habló el docente dándose vuelta para comenzar a buscar sus apuntes para la clase. La pareja se mordió la lengua para no soltar unos cuantos insultos al mayor, y con un nudo en la garganta, prestaron atención a la clase.
Seungmin tenía ganas de llorar, pero no podía hacerlo en frente de sus compañeros, no les daría otra razón para burlarse de él. ¿Cómo era posible que dejaran a ese fósil seguir dando clases? Y, ¿cómo lo dejaban humillar a las personas de esa manera sin recibir su merecido? No entendía nada.
Felix apretaba la mano de su novio en un intento por calmar su enojo. Dios, quería responderle a ese vejestorio y humillarlo así como lo hizo con ellos.
Las horas pasaron y ya iban en el auto de Felix de camino a su casa. Ninguno decía nada, no lo hicieron en todo el día. Iban escuchando las canciones que sonaban en la radio, cada quien en su mundo.
Cuando llegaron, Seungmin corrió a encerrarse en su habitación, había retenido su llanto todo el día y ya no aguantaba más. Apenas su cuerpo cayó boca abajo en la cama, sus lágrimas recorrieron sus mejillas y sus sollozos fueron incontenibles. Escuchó los toques de Felix en la puerta, pero no respondió. Quería estar solo.
Felix quería hacer sentir mejor a su novio, no era justo que llorara por culpa de un viejo homofóbico. No quería seguir escuchándolo llorar y no poder hacer nada, pero entendió que el chico quería estar solo, y simplemente caminó hacia su habitación arrastrando los pies.
Una idea cruzó por su cabeza y llamó a su mejor amigo lo más rápido de pudo. No dejaría que un imbécil dañara el día de su hermoso novio, así que le daría una linda sorpresa.
-Traelo para el atardecer, tendremos todo listo para esa hora. Mitchel te dará una señal y te guiará cuando sea hora. Tranquilo, seremos discretos- le respondió Christian y colgó la llamada.
Era apenas la 1pm así que tenía tiempo para prepararse mentalmente. Aunque fuese su novio, aún le daban un poco de nervios ese tipo de cosas.
Bajó las escaleras rumbo a la cocina. Había dejado de escuchar a Seungmin, así que supuso que se había quedado dormido. Decidió hacer el almuerzo de ambos y darle tiempo a que descansara un poco.
Mientras sacaba las cosas de la alacena, iba repasando mentalmente lo que le quería decir al chico. Preparaba la comida con mucho cariño y probandola cada tanto para cerciorarse de que tenía buen sabor.
Dieron al rededor de las 2:30pm y Felix ya estaba terminando de emplatar todo de manera bonita para el pelirrojo, había durado un buen rato decidiendo como hacerlo y viendo tutoriales en Internet. Dejó todo acomodado en la mesa y subió a despertar a su amado. Tocó la puerta de su habitación suavemente.
Un somnoliento Seungmin le abrió la puerta segundos después, tallando sus ojos y dándole una pequeña sonrisa perezosa. El pelirrojo estiró sus brazos hacia su novio pidiendo que lo abrazara y así hizo Felix. Lo abrazó y Seungmin escondió su cara en su cuello.
-¿Descansaste?- preguntó el rubio en tono suave a su novio, acariciando su espalda. El menor asintió -¿te sientes mejor?- volvió a preguntar el rubio y su novio volvió a asentir.
-Ven, vamos a dormir un rato- el pelirrojo tomó las manos del mayor y lo guió hasta la cama.
-¿No tienes hambre Minnie? Te hice el almuerzo- Seungmin volteó a mirar al contrario con sus ojitos brillantes.
-¿En serio lo hiciste?- preguntó con emoción.
-Claro que sí. Todo para que mi lindo novio esté bien- Felix tomó sus mejillas y dio un corto beso en sus labios -además, tengo una pequeña sorpresa para ti, ¿quieres ir a la playa cuando terminemos de comer?
-¿Qué estás tramando?- preguntó con una sonrisa en sus labios, envolviendo el cuello de su novio con sus brazos.
-Nada, nada- tomó la cintura de Seungmin y lo acercó más a su cuerpo -solo quiero consentirte -Seungmin entrecerró sus ojos, mirándolo con desconfianza, para luego asentir con una sonrisa en sus labios.
-Bien, me dejaré consentir- asintió y besó a su novio.
-La comida va a enfriarse- murmuró Felix en medio del beso, no queriendo separase.
-Vamos entonces- dijo Seungmin de la misma manera. Ambos rieron, finalmente separando sus labios -¿qué preparaste? Huele delicioso- inhaló profundo el pelirrojo mientras bajaba las escaleras de la mano de Felix.
-Te va a gustar, te conozco muy bien- se limitó a decir y Seungmin sonrió porque lo que decía el chico era verdad, a pesar de llevar muy poco tiempo de relación y de conocerse como tal, conocían al otro casi a la perfección, producto de pasar las 24 horas del día juntos.
Y no se cansaban, les encantaba estar con el otro. No tenían una rutina como tal, simplemente disfrutaban de la compañía del otro mientras hacían cualquier cosa que se les ocurriera. Felix había llevado a Seungmin a muchos lugares de la ciudad, muchos de ellos turísticos y otros no tanto. Sus lugares favoritos eran las cafeterías y la playa. Les encantaba tener citas en la playa, alejados de la gente. Muchas veces hacían picnics y dibujaban lo que les pareciese bonito y luego veían la puesta de sol en silencio, sintiéndose completos con la compañía del otro.
Sus redes sociales estaban llenas de fotos del contrario y fotos en pareja, fotos de sus citas e historias con canciones románticas y puestas de sol. Eran el lugar seguro del otro. Evitaban hablar del futuro porque no querían aceptar la realidad, y en cambio, se imaginaban uno en el que Seungmin no tuviese que regresar a Corea y vivieran una vida feliz en una casa junto a la playa.
Habían construido una confianza y respeto tan grande por el otro, a tal punto de no dudar ni siquiera sabiendo que iban a estar solos con Christian. Habían llegado a un acuerdo en el cual solo podían íntimar con el mayor si ambos estaban involucrados. Eran una pareja y se satisfacían completamente el uno al otro, así que no había necesidad de tener sexo con alguien más por fuera de la relación, pero a ambos les prendía mucho estar con Christian, así que él era la única excepción.
Seungmin también le daba algunas clases de coreano su novio, a petición de él, ya que él decía que si Seungmin hablaba su idioma natal sin problemas con él, el quería hacer lo mismo. Además de que le parecía interesante y le gustaba mucho como sonaba todo en la voz del menor.
Comieron en un ambiente agradable con Seungmin diciéndole que no era necesario hacer todo eso por el, pero para Felix lo era, era tan satisfactorio ver esa hermosa sonrisa en su rostro que lo haría las veces que fuera necesario.
-Gracias, cielo. Te quedó delicioso- dijo Seungmin besando la mejilla del rubio, haciendo que este se sonrojara. Felix asintió con una pequeña sonrisa.
Eran las 3:44pm así que alistaron las cosas necesarias y salieron rumbo a la playa. Se fueron caminando, podrían haberse ido en el auto de Felix y llegar en menos de 10 minutos, pero preferían caminar 20 minutos tomados de la mano y hablando de temas sin importancia.
Al llegar la playa estaba casi vacía, lo que les gustaba de esa playa es que no iba mucha gente, solo las familias que vivían cerca y algunos pocos turistas que querían disfrutar de la tranquilidad. Se acomodaron alejados del resto de la gente y procedieron a entrar al mar.
El agua fría contrastaba con el cálido ambiente de Sydney. Se fueron alejando de la orilla hasta que el agua les cubrió el pecho, las olas eran suaves y la brisa relajante.
Nadaron un rato, jugaron con una pelota que habían llevado y se relajaron sientendo como las olas chocaban con sus cuerpos. Se encontraban abrazados, los brazos de Seungmin alrededor del cuello del mayor y sus piernas en su cadera mientras que los brazos de Felix envolvían la cintura contraría y daban leves caricias en la zona.
A lo lejos, Felix vio como una silueta conocida se acercaba a ellos, era Mitchel. El sol aún estaba presente, pero ya casi era hora del atardecer.
Bien, ya era hora.
El chico supo que Felix lo había visto así que los esperó hasta que salieran del agua. Felix soltó un suspiro y miró a Seungmin qué tenía sus ojos cerrados en total relajación.
-¿Recuerdas que te dije que te tenía una sorpresa?- murmuró suave, no queriendo interrumpir la tranquilidad del otro.
-Ujum- emitió Seungmin abriendo sus ojos lentamente.
-Bien, ya es hora de dartela- mordió su labio con nerviosismo separando sus cuerpos. No es que le asustara el rechazo, claro que no, solo quería que todo saliera perfecto y fuese inolvidable para el coreano de sonrisa bonita.
-Vamos- Seungmin tomó su mano emocionado y lo llevó fuera del agua. No podía imaginarse qué sorpresa le tendría su novio y estaba ansioso por saber.