Una sorpresa para Max
Montecarlo, Mónaco
Max
Me encuentro sentado en el sofá, absorto en la pantalla de mi laptop mientras intento ponerme al día con unos correos, mi concentración es interrumpida por el ladrido de Bobby y el sonido de risas infantiles.
Levanto la mirada y la veo, veo a Emma con su cabello negro desordenado y una sonrisa traviesa en el rostro, saltando de arriba y abajo como si el sofá fuera su propio trampolín.
— Princesa ¿Qué hemos dicho sobre los saltos en el sofá?
— Solo un rato—Sigue saltando, desvió mi mirada cuando siento el peso de Jimmy a mi lado, viendo a la mini malcriada con aburrimiento.
—Emma, ten cuidado, no quiero que te lastimes —Le advierto, mi tono se mezcla con preocupación.
—Papá, no te preocupes, no me voy a caer —Responde con confianza, sin detener su juego.
Una parte de mí quiere intervenir, decirle que se baje del sofá antes de que algo malo suceda, pero otra parte reconoce la alegría en sus ojos, la pura emoción, su risa llenan la habitación y, por un momento, me encuentro sonriendo sin siquiera darme cuenta.
Me es imposible negarle las cosas a mi pequeña pero soy consciente que los saltos de Emma, no son del agrado de Charlie.
Así que antes que ella vuelva debo detener a mi pequeña primogénita.
— Princesa—Insisto, tratando de mantener un tono firme mientras dejo la laptop a un lado.
—Pero papá, estoy bien, mira —Exclama, realizando un salto especialmente alto que hace que mi corazón se acelere momentáneamente.
Mi instinto paterno lucha contra mi deseo de dejarla disfrutar de su juego. Sé que debería ser más estricto, imponer reglas pero no puedo, esa niña ya es consciente que la palabra no, en mi vocabulario para ella es casi imposible.
Ella se aprovecha y yo le dejo, no puedo mentir a eso.
Suspirando, me pongo de pie, acercándome al sofá donde Emma continúa su espectáculo.
— Sabes que si mamá te ve saltando en el sofá, nos va a regañar a los dos. Y créeme, no quiero que eso pase —Le digo con tono serio pero comprensivo.
—Pero papá, ¿por qué mamá no le gusta que haga esto? Tú me dejas saltar—Argumenta, con esos ojos azules brillando con sinceridad.
Respiro hondo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarle la situación.
—Lo entiendo, cariño, pero mamá es quien establece las reglas en casa porque quiere protegerte. No queremos que te lastimes, ¿verdad? —Le explico con calma, buscando que comprenda la razón detrás de las reglas.
Emma me mira con atención, su expresión reflejando su deseo de entender. Sin embargo, su determinación parece inquebrantable.
—Pero papá, si me caigo, tú estarás aquí para ayudarme, ¿verdad? Siempre me levantas cuando me caigo —Dice con seguridad.
Una punzada de emoción me atraviesa al escuchar sus palabras, recordándome el inmenso amor que siento por ella.
—Claro que sí, princesa. Siempre estaré aquí para ti, para ayudarte y protegerte en todo momento —Le aseguro con ternura, acariciando suavemente su mejilla— tú eres mi mundo, al igual que tu mamá—Pero aún así, no puedo evitar advertirle con seriedad—pero prefiero no tener que verte llorar si te caes del sofá. Es mejor prevenir que lamentar, ¿quieres que papá se ponga triste?
— No quiero eso—Responde ella con sinceridad, deteniendo su juego de saltar. Un suspiro involuntario escapa de mis labios.
En ese preciso momento, se escucha la puerta principal abrirse, y la figura de la malcriada se hace presente, Bobby se acerca rápidamente a ella emocionado por verla, aunque haya salido por un par de horas.
La observo detenidamente mientras entra, lleva puesto un enterizo blanco que resalta sus curvas, la malcriada solo mejora cada día y yo me siento afortunado de ser su hombre.
Antes de que pueda decir nada, Emma suelta un grito emocionado al ver a su mamá, interrumpiendo cualquier pensamiento subido de tono que provoca al ver a la malcriada.
Emma corre hacia la puerta con un grito de alegría, sus pequeños pies golpeando el suelo con entusiasmo. Charlie la recibe con los brazos abiertos, su rostro iluminado por una sonrisa radiante.
—Mamá —Exclama Emma, lanzándose a sus brazos.
Charlie la abraza con ternura, sus ojos se encuentran con los míos y me regala una sonrisa cómplice que me hace enamorarme más.
—Con cuidado mi amor. ¿Cómo ha sido tu día con tu papá?
—Ha sido genial, mamá. Estuve saltando en el sofá y papá me dejo —Responde mi hija emocionada, sin poder contener su entusiasmo.
Tengo que enseñarle a que guarde nuestros secretos, pienso.
Charlie me mira con una ceja levantada, una mezcla de diversión y reproche en su expresión.
—¿Saltando en el sofá, Maxi? —Dice en tono de broma, aunque puedo percibir una leve advertencia en su voz.
Me encojo ligeramente de hombros, sintiéndome como un niño atrapado con las manos en la masa.
—Solo estaba jugando un poco, malcriada. Pero ya le expliqué a Emma por qué no es una buena idea —Respondo, tratando de justificarme mientras me acerco a ellas.
Charlie asiente con una sonrisa comprensiva, pasando un brazo alrededor de mi cintura en un gesto de afecto, dejo un beso en sus labios.
—Bueno, creo que es hora de que dejes Emma de saltar en el sofá y te vayas a arreglar tus juguetes, que asumo que aún no lo has hecho ¿verdad?
Emma asiente ante las palabras de su madre, aunque con una mueca de decepción por tener que abandonar su juego. Con gestos rápidos, se desliza de los brazos de Charlie.
—Mamá, ¿mi tío Charles vendrá a verme hoy? Quiero ir a ver a Noah y Jules —Pregunta, ansiosa por reunirse con sus primos.
Charlie la mira con ternura, pasando una mano por su cabello.
—No, cariño, tu tío Charles no vendrá, lo hará el tío Arthur.
Emma asiente emocionada, sus ojos brillando con anticipación.
—Si—Exclama, dando saltitos de emoción, dirigiéndose a su habitación. Bobby la sigue rápidamente.
—¿Y tú, Max? ¿Ya has recogido tus juguetes? —Me giro para ver a mi novia, levanta una ceja de manera divertida.
Me río entre dientes, reconociendo mi falta de diligencia en ese aspecto.
—Tocará ponerse al día, supongo —Respondo con una sonrisa, antes de darle un rápido beso en los labios.
Ella se ríe, veo sus ojos me transmiten muchas cosas. Voy a decirle algo cuando en un instante , me encuentro envuelto en un beso apasionado que hace que mi corazón lata con fuerza.
Sorprendido pero encantado, correspondo al beso con la misma intensidad, dejándome llevar por la pasión que fluye entre nosotros. Nuestros labios se encuentran en un baile íntimo y ardiente.
Solo espero que Emma no aparezca, esa pequeña mini malcriada suele ser una inoportuna en momentos así con su mamá.
La amo mucho, dios sabe que esa niña es mi debilidad pero también quiero mi momentos con su madre.
Cuando finalmente nos separamos, estoy sin aliento, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Charlie me mira con una sonrisa traviesa, sus ojos brillando con complicidad.
—Cuando se vaya Emma, tengo algo para ti —Me susurra, su voz cargada de sensualidad.
Asiento con una sonrisa, sintiendo una nueva oleada de calor, creo que me toma mucho de mi, no arrastrarla hacia ese sofá y arrancarle la ropa.
Ya es más que evidente que hace años, no podemos hacer eso, ahora somo padres de una pequeña revoltosa.
Después de que Emma se fue, me adentre a mi cuarto con el simulador y prendi un rato stream con mis amigos, mientras Charlie se quedaba en el salón principal editando unas fotos, cuando termine y la fui a buscar no la encontré en el salón.
Decido dirigirme a nuestra habitación, con la esperanza de que este allí y si no es ese lugar, puede ser el jardín trasero.
Al entrar en la habitación, me encuentro con la sorpresa de que está vacía. Una sensación de confusión se apodera de mí mientras escudriño el lugar, es entonces cuando mis ojos caen sobre la cama y noto una pequeña caja adornada con un lazo azul, colocada cuidadosamente en el centro.
Me acerco con curiosidad y tomo la caja en mis manos, sintiendo el peso ligero en mis palmas. El lazo azul parece una invitación tentadora ,desato el nudo con cuidado. La tapa se levanta con un ligero crujido, revelando su contenido.
Mis ojos se posan sobre un montón de papeles cuidadosamente dispuestos sobre el contenido real. Con manos temblorosas, aparto los papeles con cuidado, revelando lo que está debajo.
Mi corazón se detiene por un momento al ver lo que yace dentro de la caja, un gorrito y unos diminutos zapatos de bebé.
Una oleada de emociones contradictorias me invade de inmediato, dejándome aturdido y sin aliento.
Sé lo que esto significa.
Sé lo que Charlie está tratando de decirme con este regalo.
Me siento en el borde de la cama, sosteniendo los objetos en mis manos mientras las lágrimas amenazan con emerger, sintiendo las mismas emociones cuando me entere la primera vez de una noticia así.
La malcriada esta embarazada, otra vez.
Voy a ser papá por segunda vez.
—¿Te gustó la sorpresa, Max? —Alzó la mirada para verla, tiene una sonrisa radiante en su rostro. Sus palabras confirman lo que ya sé, pero la emoción de escucharlas de sus labios es abrumadora.
Mi respuesta es una sonrisa amplia y sincera, una mezcla de felicidad que ilumina mi rostro.
Me levanto de un salto y me acerco a ella, dejando los objetos en la caja mientras la abrazo con fuerza, incapaz de contener la emoción que bulle dentro de mí.
— Es una gran sorpresa, de las mejores que me puedes dar en la vida—Exclamo, apenas pudiendo contener la emoción en mi voz.
Sin pensarlo dos veces, la beso apasionadamente, dejando que todo el amor y la gratitud que siento por ella.
Me sumerjo en el beso, profundizando el momento, dejando que el mundo a nuestro alrededor desaparezca mientras me pierdo en el aroma dulce de mi malcriada y en la calidez de su cuerpo contra el mío.
Me doy cuenta una vez más de cuánto la amo, con una intensidad que nunca disminuirá, sin importar los años que pasen.
Charlie Leclerc es el amor de mi vida, estoy eternamente agradecido por la familia que hemos construido juntos, por Emma y por este nuevo bebé que viene en camino.
Me separo lentamente mis labios de los de Charlie, mirándola profundamente a los ojos.
— ¿Cuándo te enteraste de que estabas embarazada? —Pregunto, mi voz llena de curiosidad y emoción.
Ella sonríe con dulzura, como si recordara el momento con cariño.
—Hace unos días empecé a sospechar. Tuve náuseas mientras le preparaba sus pancakes a Emma— Se rié un poco—hoy, cuando salí con Kate, fui a retirar los análisis y ahí confirmé lo que ya sospechaba —Me cuenta con una expresión tierna en su rostro.
—Esto es increíble, es maravilloso—Exclamo, abrazándola con fuerza—estoy tan feliz de ser nuevamente padre, no podría pedir nada más. Te amo, gracias, gracias malcriada.
Charlie me mira con ternura, sus ojos brillando.
—Estoy muy feliz. Maxi, vamos a tener otro hijo—Me dice con una sonrisa radiante.
— Te amo, te amo—Le lleno la cara de besos.
—Yo también te amo, mucho Maxi. Estoy tan agradecida de que seas el padre de nuestros hijos— Eso me saca una gran sonrisa— por cierto, ya no insistas más. Dos es suficiente para nosotros. Ya no quiero tener más bebés.
Asiento con una sonrisa, entendiendo y respetando su decisión.
—Estoy de acuerdo. Dos es perfecto para nosotros— La vuelvo a besar.
—Estaba pensando en cómo decirle a Emma que va a tener un hermanito o hermanita. Sabes que ella es una niña muy mimada, y creo que debemos hacerlo con cuidado.
Asiento en comprensión, sabiendo que es importante abordar este tema delicadamente con nuestra hija.
—No te preocupes, malcriada. Emma es una niña muy amorosa, un poco caprichosa— Charlie levanta una ceja, porque sabe que en parte es así, porque sabe que siempre le cumplo lo deseos a mi mini yo—estoy seguro de que lo tomará bien y estará emocionada de tener un hermano o hermana —Le aseguro.
—¿Qué te gustaría que fuera esta vez?— Enrolla sus brazos alrededor de mi cuello, aprieto mi agarre en su cintura.
No puedo evitar sonreír ante la idea de tener un hijo varón esta vez. Después de todo, ya tengo a mi princesa, ahora me encantaría tener un príncipe a quien cuidar y proteger.
—Me gustaría tener un niño, esta vez. Ya tenemos a nuestra princesa, ahora quiero un príncipe —Respondo con una sonrisa, emocionado ante la posibilidad de tener un hijo varón.
— A mi también, quiero un mini Max pero tampoco me quejaría con otra niña. ¿Te lo imaginas?
—No sé si podría soportar otra niña, sería más celoso que nunca —Bromeo, con una sonrisa cómplice hacia Charlie.
— Ya eres un celoso, yo solo te diré Maxi que Emma en algún punto crecerá y tendrá un novio—Cierro los ojos y niego de la cabeza, de solo pensarlo me da algo.
— No empieces, nena. Eso no me hace feliz.
—Te preparo para el futuro.
—Pues ese futuro, me frustra.
Horas después, Emma ha regresado a casa y la encuentro jugando con Charlie en su habitación. Observo la escena con una mezcla de ternura y nerviosismo, sabiendo que este es el momento perfecto para compartir la emocionante noticia sobre su hermano o hermana en camino.
Respiro hondo, reuniendo valor, es hora de darle a Emma la maravillosa noticia que pronto tendrá un compañero de juegos.
— Papi—Emma se da cuenta de mi presencia—¿juegas con nosotras?
— Claro, mi amor.
Me siento en el suelo, ella me pasa un carrito, sonrió mi pequeña tiene un amor por los autos, eso me hace feliz. Miro a la malcriada, ella me sonríe, sabe que es un buen momento para hablar con la pequeña.
—¿Sabes, princesa? —Le digo con voz suave, mientras arrastro el auto—Es muy divertido tener un hermanito con quien jugar. ¿Te gustaría tener uno?
— No— Contesta rápidamente, alzo la mirada hacia ella, sigue en lo suyo. Veo a la malcriada, quién tiene una sonrisa divertida en sus labios.
— ¿Porqué no cariño?—Le pregunta su mamá.
—No me gusta compartir mis cosas, además yo quiero la atención de ustedes sobre mi— Esto no será sencillo, por sus palabras.
Miro a mi chica para que me ayude, porque las palabras de mi pequeña, me han dejado sin habla.
—Tener un hermano o hermana es lindo, Emma. Podrían jugar juntos, cuidarlo, sería tu mejor amigo, siempre estarían juntos—Le dice con ternura, animándola a considerar la posibilidad.
Emma parece reflexionar sobre las palabras de mamá.
— ¿Así como los bebés del tío Charles y la tía Kate? Ellos están siempre juntos.
— Exacto cariño— Le paso otro carrito.
— Si, mi amor. También serías como Salvatore, quien va tener una hermanita— Añade Charlie.
—Bueno, supongo que no sería tan malo tener un hermanito —Responde tímidamente, con una sonrisa juguetona en el rostro— pero solo será de nosotros ¿cierto? No quiero compartirlo.
Reprimo una sonrisa ante eso.
—Bebé, eres igual a tu papá de posesiva—Charlie no puede evitar reírse.
—Mamá, ¿ya tienes a mi hermanito en tu barriga? —pregunta Emma, con los ojos llenos de curiosidad y emoción.
Charlie sonríe y acaricia suavemente su vientre.
—Sí, cariño. Tu hermanito o hermanita está creciendo aquí dentro.
— Ya lo quiero conocer.
—Igual que yo, mini malcriada—Me acercó y dejo un beso en su cabello.
Estoy increíblemente feliz de ser nuevamente papá, no puedo esperar para ver a Emma convertirse en una hermana mayor. Sé que será maravilloso verla cuidar y compartir momentos con su hermanito o hermanita.
Y ver a Charlie con su pancita otra vez.
No hay palabras para describir la emoción y la ternura que siento al pensar en ello.
Estoy agradecido por mi familia, no podía pedir nada más.
Solo hay algo más que me falta para que todo sea completo y eso es poner un anillo en la mano de la malcriada.
Hola aquí con un extra de mis primogénitos, no podía dejar pasar este día, este momento, hoy hace un año publique esta historia, una historia que lo hice por diversión de intentar otra vez escribir algo y esta vez si terminarlo.
Amo esta historia, me hace feliz el cariño que le dieron a ellos💙✨
Gracias.
Instagram 📲 winchester21.98