❝𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐄𝐲𝐞𝐬❞ ─➢❨𝑆𝑎...

By sfmkmii

161K 12.7K 5.2K

Sanemi juraba que Giyuu era la persona más narcisista que había conocido en toda su vida pero al ver esos ojo... More

ÍԻ徱
01.
02.
03.
04.
05.
06.
07.
08.
09.
Capítulo Especial - GenMui (Part. 1/2)
Capítulo Especial - GenMui (Part. 2/2)
10.
11.
12. Final
¡Ұ!
Extra (Especial 100k de Lectores)

13. Epílogo

5.6K 503 104
By sfmkmii

"Te conocí en otra vida
Tenías esa misma mirada en tus ojos
Te amo, no te hagas el sorprendido"

➛ Birds Of A Father - Billie Eilish

En la época actual, un chico de diecisiete años caminaba en la acera de la calle con la vista fija en su celular esperando impacientemente el mensaje de uno de sus amigos puesto que debían juntarse en un lugar y éste no le contestaba. El ojiazul frustrado soltaba suspiros pesados sin notar que las personas que transitaban a su lado lo observaban con curiosidad, finalmente guardó su celular y decidió ir a un parque cercano para deambular por ahí haciendo tiempo hasta que cierto chico de cabello salmón se dignara en contestarle.

Al llegar se sentó debajo de un árbol con cara de pocos amigos e intentó nuevamente marcar al dueño de su presente molestia.

─ Sabito desgraciado... Te mataré ─Maldijo al no recibir respuesta por milésima vez y no le quedó otra que distraerse con el movimiento a su alrededor.

Frente a él habían juegos infantiles donde los niños se divertían entusiasmados y extasiados en adrenalina por como correteaban por todos lados, luego desvío su mirada a una cancha cercana donde chicos de su edad practicaban diferentes deportes animadamente y por último su mirada vagó a un grupo en particular donde distintas caballeras resaltaban, la que más le llamó la atención fue una peliblanca pero no se centró mucho en ello y observó el cielo por un largo rato hasta que su móvil sonó indicando una llamada, emocionado pensando que su amigo por fin había recordado su existencia, fue su hermana la que habló por la línea.

─ Yuu-chan, ¿ya estás con tu amigo? Me preocupa que estés solo y ya pronto anochecera ─Habló la mujer en un tono preocupado.

─ Aún no, nee-san¹, Sabito no lee mis mensajes y tampoco contesta las llamadas, esperaré un rato más y si no da señales de vida volveré a casa ─Respondió con cierta decepción en su tono de voz escuchando la risa de la contraria por el altavoz de su celular.

─ Bien, sino nuestros padres se preocuparan y no quieres que mami te regañe ─Advirtió para luego despedirse y colgar.

Así pasaron aproximadamente veinte minutos sin siquiera moverse de dónde estaba y apreciando la vista con aburrimiento hasta que sin más remedio se levantó listo para irse, sacudió su ropa y ajusto su bolso listo para irse hasta que algo, o mejor dicho alguien, choco contra él en su espalda escuchando un golpe seco. Se volteó y vió a un niño de no más de doce o trece años en el suelo sobando su frente y apretando sus ojos como si quisiera evitar que sus lágrimas salieran, el pelinegro se agachó y extendió su mano con una suave sonrisa.

─ ¿Estás bien? ¿Te golpeaste muy fuerte? ─El niño abrió sus ojos apretando sus labios y aceptó la mano poniéndose de pie. Giyuu se encontraba curioso por la apariencia del menor puesto que al ver su cabeza rapada a los lados se preguntaba si era por genética o realmente un estilo que quería seguir sin más, aunque no divagó mucho en ello.

─ E-Estoy bien, gracias ─Aclaró con timidez e hizo una pequeña reverencia. Ahí el ojiazul recordó que lo había visto junto al otro grupo de personas e iba a hablar hasta que escucho una voz detrás suyo, que increíblemente le erizó la piel.

─ Genya ¿Te encuentras bien? Sumi dijo que habías chocado con alguien y que te caiste ¿Te hiciste daño? ─Se escuchaba preocupado y el niño rápidamente fue hacia él pero Giyuu por algún motivo no quería voltear, su mente le gritaba que no lo hiciera y su corazón dolía.

─ ¡Nii-chan! No pasó nada, solo no me di cuenta por dónde corría y caí, pero él me ayudó a levantarme ─Se escuchaba mucho más animado.

─ Me alivia escuchar eso, sin embargo debes tener cuidado por dónde corres ─Advirtió en un tono severo pero amable.─ Ya ve con los demás, pronto iremos a casa, mamá nos espera.

─ Hmm ─Hizó un sonido de afirmación y el pelinegro solo escucho las pisadas sobre el césped, más no la de la otra persona que aseguraba que seguía detrás suyo, se volteó con lentitud y ambos se vieron detenidamente.

Giyuu sentía que su corazón saldría de su pecho ante lo fuerte que latía, el chico frente a él lo dejó literalmente sin aliento. Se trataba de un joven de aproximadamente veinte años, albino, de cabellos alborotados y piel sumamente blanca, su apariencia era intimidante, ojos penetrantes, uno que otro piercing en el rostro, un tatuaje que no pasaba para nada desapercibido en su cuello y su ropa ancha que le daba todo el toque a que si valorabas un poco tu vida, lo mejor era ignorarlo.

El de ojos azules por algún motivo sintió unas repentinas ganas de llorar de forma desesperada y sus ojos se cristalizaron aún sin apartar la mirada del otro quien lo observaba con la misma seriedad. No fue hasta un par de minutos que el pelinegro se recompuso y habló de forma pausada.

─ Yo... Debo irme ─Sin dejar que el otro siquiera fuera capaz de responder, se alejó a pasos apresurados como si su vida dependiera de ello, ignorando el llamado del chico y dejando que sus lágrimas cayeran incontrolablemente por sus mejillas sin entender el porque de su reacción.

Pero una cosa podía asegurar, aquel peliblanco dejó un claro interés en él.

( . . . )

Sanemi se consideraba así mismo como alguien reservado y desinteresado por el ambiente que regularmente lo rodeaba. Desde pequeño su infancia fue algo difícil puesto que él, sus hermanos y su madre debían aguantar a su padre abusivo y diferentes situaciones que lo volvieron una persona desconfiada, no obstante, hace algunas semanas atrás se había mudado junto a su familia a un pueblo a las afueras de Tokio escapando de aquel hombre por su propio bien. Tampoco es como que haya dejado mucho en la gran ciudad, nunca le interesó hacer amigos por lo que jamás tuvo uno y su vida amorosa era inexistente, su único objetivo era esforzarse para así ayudar a su madre con la crianza de sus hermanos y los gastos del hogar.

Cómo ya tenía dieciocho, no le costó mucho encontrar trabajo en una cafetería de medio tiempo apenas se mudó y para su suerte había una buena universidad allí que lo había aceptado, por lo que ya teniendo sus planes resueltos se dedicó a disfrutar los últimos días libres que le quedaban con su familia antes de empezar una vida monótona y aburrida.

Todo estaba bien, juró que así lo era, pero increíblemente a los días de haber llegado a aquel pueblo, un chico en particular empezó a perturbar su mente y su corazón. Cuando lo vió, aunque su expresión no lo demostrará, quedó totalmente impactado, aquel cabello azabache largo, su piel blanca y delicada y esos ojos azules con un brillo sumamente particular no lo dejó siquiera respirar con normalidad en el momento, y cuando por fin había retomado conciencia, el chico ya se había alejado con suma rapidez a pesar de que intentó detenerlo por algún motivo que hasta él mismo desconocía, pero al observar el suelo notó que entre el césped había un brazalete que supuso era de aquel individuo por lo que la guardó esperando reencontrarse con él en algun otro momento.

Luego al pasar los días empezó con sus actividades cotidianas tratando de dividir su tiempo para estudiar y trabajar lo cual poco a poco lo agotaba aunque sabía que en un futuro no se arrepentiría. En la universidad guardó su espacio y decidió no querer socializar con nadie aún y en su trabajo también pensaba hacerlo si no fuera que la dueña era alguien realmente amigable, aquella chica pelirrosa de mechones verdes era una bomba de energía que contrastaba muy bien con su pareja el cual era muy reservado y casi siempre tenía mala cara, al principio era así con él pero al darse cuenta que compartían varias cosas en común su convivencia mejoró, lo que dejó encantada a la mujer, llegando a comentar entre risas:

"─ Me alegra saber que Oba-chan y tú se lleven bien, nos era muy difícil encontrar ayudantes por su mala actitud"

Y a pesar de todo su cansancio, tanto físico como mental, aquel chico de ojos azules no dejaba de rondar en sus pensamientos, tampoco encontraba respuesta a lo que sintió aquel día y eso lo perturbaba aún más.

( . . . )

Eran casi las cuatro de la tarde, mientras el peliblanco se encargaba de reponer los postres en sus respectivos lugares, la mujer atendía a los clientes que iban llegando y su novio se encargaba de hornear y ayudar al menor, todo esto mientras tenían una amena charla los tres.

─ ¿Así que vienes de Tokyo, Shinazugawa-kun²? Yo también viví allí hasta que cumplí los dieciocho y decidí mudarme, no quería estar lejos de Oba-chan ─Decía la pelirrosa sonriendo mientras terminaba de envolver un pastel.

─ Yo pensaba que ambos crecieron aquí... ─Dijo para sí mismo aunque la contraria alcanzó a escuchar.

─ Oh no, es una historia muy romántica a decir verdad ─Juntó sus manos acunando su rostro con un leve sonrojo en las mejillas.

─ Con Mitsuri-san nos conocimos en una excursión que tuvimos en común, nuestras escuelas pensaron que dejar a adolescentes alborotados solos en un bosque sin supervisión por dos días era una buena idea y pues... En una de esas escapadas para poder explorar el lugar la conocí... De una forma muy peculiar ─Interrumpió el pelinegro apartando su mirada y adentrándose a la cocina.

─ ¿Peculiar? ─Preguntó Sanemi con curiosidad y Mitsuri asintió.

─ Fue extraño, cuando nos vimos por primera vez... ¿Como explicarlo? Sentí que lo conocía desde hace mucho tiempo, y... Por algún motivo, empecé a llorar ─Respondió con cierta nostalgia en su voz.─ Mi corazón hacia ¡Bum, Bum! ¡Pensaba que se saldría! ─Explicó con emoción.─ Después de ese día mantuvimos contacto por correos electrónicos y llamadas telefónicas, algunas veces Oba-chan me visitaba y fue en una de esas ocasiones en las que nos confesamos, ¡Fue tan romántico! ─Cerró sus ojos con deleite, el peliblanco era capaz de ver brillos alrededor de ella.─ Y luego decidí mudarme, no fue fácil separarme de mi familia pero... Valió la pena ─Terminó de relatar con una suave sonrisa.

─ Su historia es muy conmovedora, Kanroji-san ─Habló el menor de los tres pensativo, al escuchar el como se sintió al ver a su pareja por primera vez no pudo evitar recordar en su reacción al conocer a aquel chico, si no lo olvidaba pronto se volvería loco.

─ ¿Verdad que sí? Es digna de una novela ─Murmuró entre risas y se volteó a verlo.─ ¿Me cubres con los clientes unos minutos, Shinazugawa-kun? Iré a ver qué tal van los muffins.

─ Por supuesto, déjemelo a mí ─Afirmó con seguridad y la pelirrosa acarició su cabeza de forma suave para así adentrarse de igual forma a la cocina.

Para su suerte, hoy la cafetería no era muy transcurrida, no tanto como los días anteriores por lo que aún no debía desgastarse socializando, pero aún así no perdió el tiempo y siguió organizando los diferentes dulces, tal y como Obanai le había enseñado. Al terminar empezó a ordenar la loza en los estantes hasta que la campanilla de la puerta de escucho indicando que una persona había entrado. Ordenó las últimas tazas y se acercó al mostrador mientras limpiaba sus manos.

─ Buenas tardes, ¿en qué lo puedo ayu-...? ─Se calló al instante al ver que quien estaba frente a él no era nada más ni nada menos que el chico que últimamente le robaba la calma en su mente.

Ambos se miraron sorprendidos por un par de minutos hasta que la pelirrosa apareció.

─ ¿Uuh? ¡Aah! ¡Yuu-chan! ¡Tanto tiempo! ─Exclamó con entusiasmo acercándose al mostrador, Sanemi no era capaz de apartar su mirada.

─ Kan-Kanroji-san, buenos días ─Hizo una reverencia aún consternado y junto sus manos en un acto de nerviosismo.─ Vine porque mis padres encargaron un pastel...

─ ¡Claro! Lo tengo listo, aunque honestamente pensaba que ellos lo iban a venir a recoger, es una grata sorpresa verte por aquí ─La mujer se acercó al pelinegro y acarició sus cabellos afectivamente, luego en un tono amable se dirigió a Sanemi.─ Shinazugawa-kun ¿Puedes pedirle el pastel que acabo de envolver a Oba-chan y traerlo, por favor? ─Sacando al chico de su trance, éste la observó de inmediato y asintió llendo a la cocina con rapidez mientras que su mente iba a mil por hora.

Al ya tener el dichoso pastel en sus manos se acercó hacia donde estaba la pelirrosa y se lo entregó sin decir ni una sola palabra, Mitsuri le agradeció y finalmente le pasó el postre al menor.

─ Aquí tienes Yuu-chan, mándale mis saludos a los señores Tomioka y a Tsutako-chan ¿Si? Esto va por parte de la casa como un presente para tu hermana ─Le guiño un ojo a lo que el pelinegro le sonrió levemente y repitió la reverencia.

─ Muchas gracias Kanroji-san, dele mis agradecimientos a Iguro-san también, por favor ─Tomó la caja con cuidado y le echó una última mirada a la mujer y al albino.─ Nos vemos.

─ ¡Vuelve pronto! ─Se despidió la muchacha mientras que él más joven salía apresurado de la cafetería.

Sanemi quien contempló toda esta escena en camara lenta recordó que él aún tenía consigo una pertenencia de aquel chico, por lo que rebuscó en su bolsillo confirmando que, efectivamente, allí estaba y con agilidad se sacó el delantal mientras salía del mostrador.

─ Kanroji-san, vuelvo enseguida ─Avisó en un tono exasperado corriendo hacia la puerta que daba la salida del local.

─ ¿Oh? ¿Pasa al-...? ─Pero cuando la mencionada volteó su mirada el peliblanco ya no se encontraba en el lugar.

Mientras tanto, Sanemi corría apresurado por las calles buscando con la mirada la silueta de aquella persona y cuando fue capaz de visualizarlo aceleró el paso sintiendo su pecho doler por el esfuerzo físico.

─ ¡Espera...! ¡Tú! ¡Chico de los ojos bonitos! ─Alzó la voz agitado acercándose. Giyuu por otra parte no sabía que aquel llamado era para él, por lo que había volteado por simple curiosidad, pero al ver al chico de la cafetería viniendo detrás suyo se puso nervioso al instante deteniendo su caminar.

Sanemi al querer frente a él se tomó su tiempo para poder recuperar el aire y se reincorporó mirándolo de forma complicado.

─ Veras... Mm... El otro día, cuando mi hermano choco contra tí se te cayó esto ─Sacó del bolsillo de su pantalón el brazalete del contrario y se lo mostró.─ Quise regresartelo pero te fuiste demasiado rápido y no podía alejarme mucho de mi familia...

─ Oh, muchas gracias ─Hizo una leve reverencia y viendo que no tenía como colocarse el accesorio el mismo ya que sus manos estaban ocupadas sosteniendo el pastel, abultó ligeramente sus labios de manera inconsciente, algo que le causó un poco de ternura al albino.

─ Deja te ayudo ─Pidió el mayor y le colocó con cuidado el brazalete en su muñeca procurando no invadir mucho el espacio personal del pelinegro, luego apartó sus manos y se quedaron callados un par de segundos en un silencio incómodo.─ Bueno... Supongo que me iré... ─Murmuró arrastrando sus palabras y se dió la vuelta con la intención de caminar de regreso a la cafetería con cierta pesadez hasta que la voz del ojiazul lo detuvo.

─ ¡Espera! Yo... ─Hizo una breve pausa apretando sus labios─ Yo quisiera saber cual es tu nombre.

El peliblanco lo volteó a ver curioso pero pronto su expresión cambió y le dedicó una pequeña sonrisa.

─ Me llamo Sanemi Shinazugawa ─Habló en un tono suave.─ ¿Y tú, chico de los ojos bonitos? ─Aquelló provocó que un leve color rosa se presentara en las mejillas del menor.

─ Soy Giyuu Tomioka ─Respondió apenado desviando la mirada.

─ Espero que nos volvamos a ver pronto, Yuu.

Giyuu no supo porqué, pero que aquel hombre se refieriera a él con tal apodo, le generó un calor inexplicable en su corazón.

Y Sanemi, al ver la hermosa sonrisa que se formó en el rostro del pelinegro, supo que estaba perdido.

Había caído rendido por aquel chico de ojos azules como el océano.

1- Nee-san: Significa "hermana mayor" pero es una forma de decirlo respetuosa para usarla con otras personas delante.

2- Kun: Este honorífico se utiliza generalmente para tratar a personas de sexo masculino de menor edad o categoría. Aunque también puede ser utilizado en el ámbito profesional para referirse a los empleados más jóvenes, por parte de un empleado de mayor categoría.




Holii, aquí dejando un epílogo decente para que vean que no soy tan mala persona kskdk. Espero hayan disfrutado el cap y quería saber también si es que desean algún extra de un shipp o una continuación de este mismo cap en un futuro, idk, así que me comentan que tal y esop.

Nos leemos luego! (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠✧⁠*⁠。

Continue Reading

You'll Also Like

11.5K 587 11
•┊𝗗𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗚𝗶𝘆𝘂𝘂 𝗧𝗼𝗺𝗶𝗼𝗸𝗮 𝗲𝗺𝗽𝗶𝗲𝘇𝗮 𝗮 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗦𝗮𝗻𝗲𝗺𝗶.┊• ━||━🍃🌊━||━ •𝗔𝘃𝗶𝘀𝗼¡! ...
66.3K 3.8K 15
📍¿La historia se repetirá otra vez?📍 ••|Y cuándo se creía que todo lo malo había pasado, y que el estar sin demonios era lo mejor de ese tiempo, lo...
66.7K 3.2K 10
Nueve momentos aleatorios de Genya y Sanemi siendo cero bravucones y cero temperamentales. °Sanemi Shinazugawa; Alfa/Activo ºGenya Shinazugawa; Omeg...
22.4K 2K 13
⌠🤍⌡ ―¡Estos mocosos me están volviendo loco!―⌠🤍⌡ 【🍃 •Finalizada• 🌊】 .:*☆*:.════ .:*☆*:. ════ .:*☆*:. ▷ 𝙰𝚌𝚕𝚊𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜 ◁ 🖍 Ship princ...
App - Unlock exclusive features