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Su vida fue algo difícil.
Pero agradecia tener a su hermana mayor, Rosa,una chica apasionada con la ciencia y la naturaleza. Y aunque él no terminaba de entender los gustos de su hermana mayor, él la acepta tal y como era, porque eran hermanos. Igual que ella a él.
La razón de su vida difícil no solamente fue la escuela, ya que todos le ponen un listón alto al ver los logros de su hermana mayor, también fue por su tono de piel, ¿realmente era necesario burlarse de alguien por ser algo que no pidió ser?
Pero quiso ignorarlo, después de todo, Rosa le dijo que era normal, que esta sociedad siempre sería así. Pero no solo era la gente, también era él… O bueno, en esos tiempos ella.
“The Rocker Girl”, era su apodo en videojuegos que su familia le regalaron en navidades o sus cumpleaños, a diferencia de Rosa, él en esos tiempos fue más fanatico de los videojuegos y la tecnología. Y era su aspiración para la adultez.
Pero no logró encajar, no sabía muy bien por qué, no entendía a los demás y mucho menos a sí mismo. Estaba cansándose de sentirse así siempre.
Intentó varias cosas para “encajar”, perforaciones, sustancias ilícitas, cambiar de amigos, etc. Pero todo se sintió igual de vacío, no lograba ver la luz después de ese túnel oscuro.
Los comentarios hacia su físico le afectaba más de lo que deseaba. Pensaba que quizás era su cuerpo, así que dejó de comer para ver si de alguna forma conseguía verse bien a sí mismo en el espejo.
Grave error.
Incluso después de varios desmayos, vómitos y ser ingresado en el hospital para perder más de 20 kilos, para que cuando se volviera a ver en un espejo, nada para él habría cambiado. Seguía siendo todo igual de vacío e incomprendido.
Pero creo que el hospital le abrió los ojos, había adelgazado tanto que su busto casi había desaparecido, y se había vuelto tan débil que parte de su cabello se había caído y lo habían rapado para que cuando este creciera volviera todas las puntas estuvieran iguales.
Esa misma noche, se levantó para ir al baño, y encontró su nueva imagen frente al espejo… No parecía ella, su cuerpo aunque era más delgado ahora, se habían borrado cosas como sus muslos o mejillas rellenitas, igual que su pecho que había encogido. El pelo largo recogido en dos moños había desaparecido, ahora había un rapado.
No se parecía a ella, se parecía… A él.
Estaba arrepentido de sus errores, pero creí que gracias a ellos consiguió averiguar que le ocurría, y por contraste, saber quien era.
Brock, estaba por fin… Completo. El proceso o la salida del closet fue difícil, pero al menos su hermana lo acepto tal y como le dijo, a sus padres les costó más procesarlo, pero después de todo, Brock, sin importar su género, era uno de los seres más querido por sus dos padres, así que no pudieron decirles que no.
Pero el daño ya estaba causado, de forma social sí.
Había hecho tantas cosas que enumerarlas sería difícil.
Así que junto a su hermana se marcharon al Starr Park, Rosa para seguir sus estudios y Brock para iniciar una nueva vida desde inicio.
No contaba que era trans, porque después de tratamientos de hormonas, cirugía y un cambio de vestuario total, dejó todo su pasado atrás, solamente conociendo de esto Rosa, Shelly y Colt, estos dos últimos ya que se extrañaron que la primera vez que vieron el informe de Brock lo ponían como alguien “mujer” y que luego al verlo en persona la información dada no encajaba con la persona.
Rosa les tuvo que explicar la situación y pedirles que no dijeran nada, a lo que ellos aceptaron, ya que realmente Brock era un buen tipo amable.
Rosa le alquiló un piso a Brock para que pudiera vivir, ya que posiblemente ella estaría tan ocupada con sus estudios y trabajo que apenas podría convivir.
Eso entristeció un poco al chico, pero lo entendía, era el sueño de ella y él lo respetaría.
Empezó a trabajar en un arcade junto a otros compañeros para entretenerse y poder ganar dinero sin necesidad de pedirle siempre a su hermana.
Y gracias a este trabajo, lo conoció.
Bo, un padre adoptivo de dos niños, Leon y Nita, era quizás alguien muy estricto o espiritual, pero un buen hombre. Se conocieron cuando Nita se perdió y al encontrar un sitio lleno de luces se dirigió ahí, Brock la vio sola y se extrañó, ya que un menor solo era peligroso, menos más que ellos estaban en el Starr Park.
Acompañó a Nita a buscar a su familia y ahí conocería cara a cara a Bo.
El porqué se siguieron viendo era raro, bueno no, ya que su otro hijo, Leon, solía escaparse del bosque a robar dulces, y aunque al principio lo había en CandyLand, cuando se enteró que en arcade había un tipo llamado Rico que vendía chicles y más se empezó a acercar a robar, haciendo que Brock empezará a tener sus dos ojos clavados en los dos niños.
Quizás por eso empezó a acercarse tanto a Bo, era un hombre tranquilo y sereno, que también muy despistado, por eso para él era fácil perder a los pequeños de vista y se avergonzaba con Brock ya que este los terminaba cuidando cuándo Bo se despistaba de los niños.
En forma de disculpa, empezó a traerle frutas o alimentos naturales para pagar sus servicios de niñera, hasta a veces eran los dos niños que traían las cosas a Brock y luego se quedaban con él.
Bueno, se terminaron haciendo bastante cercanos, Bo le hacía pequeños detalles a Brock y Brock cuidaba a sus hijos cuando él no podía.
Por eso de vez en cuando se pasaban con la confianza, Bo llegaba a entrar de forma misteriosa al piso de Brock para pedirle algún favor sobre sus hijos, que le ayudará a curar alguna herida, preguntas sobre cocina, etc. Asustando al de tez oscura en el proceso, ya que entraba de forma silenciosa y misteriosa.
Quizás fue por culpa de esas confianzas cuando Brock realmente se arrepintió de darlas.
Terminaba de ducharse y salir de esta, tenía toalla atada a su cadera, fue a su cuarto y recogió algo de ropa seca del tendedero.
Sintió una corriente de aire golpear su rostro, así que de forma inconsciente cerró los ojos, los volvió abrir notando como todo seguía igual, así que solamente volvió a doblar ropa.
─ Ejem… ─ Se escuchó unos quejidos falsos detrás del chico, que se tiró de forma brusca asustado, y lanzando lo primero que tenía en su mano, una pinza del tendedero.
El nativo tomó la pinza en el aire sin inmutarse, pero notando unas cicatrices en el pecho ajeno.
Bajo su brazo aún con la pinza de la ropa en la mano. ─ ¿Qué es eso de tu pecho? ─ Le preguntó usando esa misma mano para señalar al dueño del piso.
Aún estaba desorientado por el susto, y se vio a sí mismo, notando que estaba sin ropa y solo una toalla. Y que también sus cicatrices se veían.
Tomó una almohada de su cama y se la lanzó a la cara al nativo, que aunque este no la esquivó, tampoco reaccionó.
En cambio el ajeno tomó las sábanas de su cama para taparse. ─ ¡Vete de aquí! ¿¡No te enseñaron a tocar antes de entrar!? ─ Le gritó notablemente enfadado y señalándole la salida de su habitación.
El de pelo largo solamente acató órdenes y se fue de la habitación, ahora el de tez oscura a solas pudo cambiarse en comodidad y evitando la mirada clavada sobre su nuca.
A veces Bo daba miedo o era muy raro, y aún que le divertía al inicio, él también tenía sus límites.
Salió de su habitación con una camiseta blanca ancha y unos pantalones deportivos negros cortos.
Vio al nativo que sostenía aún la almohada que Brock le había lanzado a la cara y también la pinza del tendedero en su otra mano, sentado en el sofá mirando a la nada.
Carraspeo su garganta para ganarse la mirada del nativo, que se clavó en él de golpe, ¿ya se mencionó que Bo daba miedo muchas veces?
Este se levantó del sofá y empezó a hablar. ─ Lo siento, no sabía que te gustaba eso de andar con poca ropa. ─ Le mencionó sin pena, pero si fue algo fuerte para el chico moderno.
Se rió suavemente para calmar sus nervios. ─ Realmente no… Solamente terminaba de salir de la ducha. ─ Explicó con más tranquilidad notando aún la mirada ajena clavada en él, aunque más en su pecho.
Eso le era incómodo.
Como siempre, Bo no tenía pelos en la lengua, y abrió la pregunta que tanto se esperaba. ─ ¿Cuáles eran esas cicatrices de tu pecho? Nunca había visto algo así. ─ Le preguntó interesado en saber más del pasado del chico.
El dueño del apartamento aún nervioso por donde estaba la mirada del nativo, no sabía si realmente decirle la verdad o una mentira, pero sabía que si mentía sería descubierto.
Bo no era tonto, sabía mucho de la medicina, naturaleza ,plantas y en general cosas naturales de los seres vivos.
Tomó aire, sabía que Bo tenía unos años más que él, y quizás sea de mente vieja y dura.
Realmente le aterraba eso.
Soltó él aire de sus pulmones para tranquilizarse. ─ Yo… soy trans… ─ Le dijo finalmente, notando como la mirada de su pecho subía a su rostro.
Se notó él silencio incómodo, pero él nativo volvió a hablar. ─ Pensé que eras americano. ─ Le respondió algo extrañado.
Brock en serio no podía creerse que Bo no sabía sobre estos temas, y explicarselo sentía que sería… Difícil.
Trago saliva. ─ ¡No! Bueno, si soy americano… ─ Pensaba en las palabras indicadas. ─ Pero… Yo no nací hombre… ¿Sabes a lo que me refiero? ─ Le comenté para ver qué decía.
Él nativo asintió. ─ Espera, pero… Luces como un hombre, ¿qué estás intentando decir? ─ Si Bo no fuera como el doble de su tamaño lo golpearía.
Se quejó con un sonido que salió de su boca de forma inconsciente. ─ La gente… Bueno, algunos creen que no soy un hombre por no… Tener… Bueno, eso. ─ Y señaló al cuerpo entero de Bo.
Este aún seguía confundido. ─ ¿Por qué? ─ Aún qué empezaba a entender el tema, no termina de entender las explicaciones de Brock.
Este volvió a suspirar. ─ No lo sé… Parece qué no les gustaría que sea feliz… ─ Le comentó con algo de humor.
El nativo asintió, ya entendía mejor la situación de Brock. ─ Vale, ¿mañana podrías quedarte con Nita y Leon? ─ Y ahí va, otra vez Bo siendo Bo.
Brock agradece qué no actuara de forma agresiva o parecido, sabía que Bo podía tener pensamiento algo antiguos o pasados de tiempo, pero realmente se tomó bien esta confesión.
Hablaron de sus tiempos y cuánto se quedaría los niños con Brock, a lo que este aceptó, no tenía muchas cosas que hacer en general.
Cuando Bo estaba apuntó de irse, se tiró a ver a Brock por última vez. ─ Brock, lo que me has dicho se ser “trans”, no terminó de entenderte mucho, pero no me importa si tienes más cicatrices como las de tu pecho, o lo que tengas entre tus piernas. ─ Le explicó con un tono de neutralidad y después sonrió. ─ Para mi eres un chico, y estoy seguro que para el resto también. ─ Y finalmente se fue sin mirar atrás.
El americano lo veía desde la entrada de los pisos, sonrojado y apenado.
Quería mucho a Bo, incluso si solamente fuera la niñera de éste, le servía. Bo era un buen tipo, un tipo genial.
Quizás una pareja ideal. Aún que los choques culturales seguían ahí.
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No supe hacer bien una salida del closet Trans cuando te aceptan, no se, a mi no me aceptaron. XDXDXD
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