Cuando Jiyeon fue escaleras arriba para buscar a Jungkook, yo saqué mi teléfono de mi bolsillo y empecé a arreglarme el cabello, mirándome con la cámara frontal de éste, me detuve cuando sentí los pasos de Jungkook acercarse, devolviendo el teléfono a mi bolsillo. Cuando volví a mirar arriba, vi a Jungkook usando... ¿Usando un fedora?
Me mordí el labio y volteé, tratando de no hacer tan notorio que quería reír. Escuché un suspiro caer de los labios de Jungkook.- No te gusta el fedora, ¿cierto?-Preguntó, llevando su mano a su cabello.
Aunque no sea un gran fan de los fedora, a Jungkook le quedaba bastante bien. Lo que pasa es que me sorprende que use uno.-No, no.-Dije poniendo el fedora de vuelta en su cabeza.- No esperaba que usaras uno de esos, pero a ti se te ve... Sexy.-Dije, guiñándole un ojo.
Pude ver cómo se sonrojaba, cuando pasa él normalmente esconde su cara, pero esta vez no lo hizo.-Vamos esta noche iremos a ese nuevo restaurante. ¿Cómo se llamaba? ¿The Mayowell? Ah, sí, ese.-Dije tomando su mano y caminando al coche.
El viaje fue silencioso, yo no hablé y tampoco lo hizo Jungkook. Sé que tal vez Jungkook se haya sentido incómodo durante el camino, pero tenía que asegurarme de que todo fuera perfecto, así que tenía que repetirlo una y otra vez en mi cabeza.
-Por fin.-Dije mientras entrábamos al estacionamiento del restaurante. Al parar el motor del coche, corrí a la puerta de Jungkook y la abrí, haciendo una reverencia, en respuesta Jungkook hizo una pequeña inclinación, como en las películas.
Al entrar, noté que este era el mejor restaurante en el que alguna vez había estado. Nos dirigimos a una mesa y nos sentamos, en espera del camarero, luego Jungkook dijo.-Voy al baño.-Dijo mientras iba con paso rápido hacia los baños. Yo empecé a arreglarme el cabello en el reflejo de la ventana junto a nosotros, y me detuve al escuchar una voz familiar.
-Hola, soy Jimin. Y seré su camarero esta tarde.