Jeon jungkook era un carismático y energético omega de 23 años, estaba en su último año de la universidad. Vivía con su mejor amigo y hermano del alma Park Jimin.
Ambos omegas y amigos desde que prácticamente habían nacido, habían dejado su ciudad natal en Busan para ir a estudiar a la capital. Durante esos años, ambos habían salido, estudiado y conocido mucha gente.
Gracias a la Luna, la sociedad ya no era tan cerrada con el rol de los omegas. Ahora podían hacer una vida libre, tener trabajos y vivir como ellos quisieran.
Mucho tenía que ver con que hacía unos años atrás, las elecciones las había ganado un omega, el presidente Kim. Desde entonces la nación se había convertido en un modelo a seguir en los derechos de los omegas.
La figura pública del presidente era impecable, siempre acompañado de su simpático marido alfa y sus dos hijos. El mayor, Kim Seokjin, omega de 28 años, quien se encargaba del manejo interno de la compañía de sus padres. Y Kim Taehyung de 26 años, alfa dominante, encargado del manejo contractual e inversiones de la misma compañía.
Jungkook admiraba profundamente al presidente Kim, gracias a que él había demostrado que los omegas podía hacer cualquier trabajo, había podido conseguir trabajar de lo que amaba, como fotógrafo de medio tiempo. Mientras terminaba sus estudios en administración.
Jungkook se había presentado como omega justo después que su mejor amigo también lo hiciera, Park Jimin. Ambos iban juntos a la escuela y para el caso a cualquier lado.
Jungkook tenía apenas dieciocho años recién cumplidos cuando conoció a su alfa destinado. El sujeto, recién llegado a la escuela, era alto y musculoso, encantador para todos. Había varios omegas reunidos alrededor de él hablando con sus formas dulces y delicadas.
Las feromonas del alfa volvieron loco al omega y sin pensarlo el joven Jungkook se había acercado, con sus mejillas coloreadas de un rosa intenso, su pelo algo ondulado y largo tapaba con su flojillo algo crecido, sus ojos redondos de Bambi.
-Hola - dijo algo tímido Jungkook - ahmmm yo... siento tus feromonas
-Dioses yo también - dijo el alfa mirándolo de arriba abajo - pero que eres?
-Pe-perdón?
-Hueles a omega pero te ves tosco... rudo... por que el usas esos botines gigantes? - dijo el alfa poniéndose de pie y parándose delante de Jungkook - y por qué eres tan alto?
-Yo... yo... soy así - murmuró Jungkook mirándose los pies.
-Pues deberías verte más como omega u menos como... esto - dijo el alfa señalándolo por completo.
-YAY! Estúpido alfa! Quien te crees? - chilló Jimin indignado por la forma en la que habían tratado a su amigo.
-Ves? Aunque un poco neurótico... así se ve un omega. Adorable - dijo el alfa con una media sonrisa a Jimin - por qué no eres tú mi omega mejor?
-Idiota - dijo Jimin tomando de la muñeca a Jungkook y sacándolo de allí.
El omega se dejó arrastrar. El realmente quería conocer a su alfa, pero no así... le había resultado un poco difícil entenderlo.
-Oye tú! Baja de peso y vístete mejor y considérate salir contigo - gritó el alfa mientras los amigos salían del aula.
Jimin sacó al parque a su amigo, lo llevó como a un niño pequeño lejos de allí. Podía sentir como las feromonas de Jungkook se apagaban y cambiaban a tristes.
-No... no llores - dijo Jimin abrazándolo - es un idiota.
-Es mi idiota - dijo Jungkook - es mi alfa Mimi. Mi lobo... lo siente. Y quiere que lo reconozca.
-Ay no... Dioses - dijo Jimin - por eso le hablaste?
-Si... y me odia - dijo Jungkook llorando desconsolado.
Las cosas entre Jungkook y el alfa solo se pusieron peor en los días siguientes. Cada vez que lo veía al omega le decía cosas como "oye músculos, ve a cargar bolsas al puerto" "te vez como mula de trabajo con esos músculos" cada insulto, cada palabra mellaba la autoestima de Jungkook hasta el punto que un día ya no quiso salir de su cama.
-Kookie? - dijo suavemente Jimin entrando a su habitación.
-Vete - dijo Jungkook tapándose con sus mantas.
-No! Mírame - dijo Jimin tironeando de las mantas.
-Mimi... por favor déjame solo - dijo Jungkook
-Que estás haciendo? Me llamaron tus padres que no quieres comer Kookie - dijo Jimin sentándose junto a su amigo - están preocupados. Estamos preocupados!
-No tengo hambre - dijo Jungkook mirando a su amigo - no me siento bien Mimi.
Se veía delgado, casi consumido, con ojeras marcadas y párpados hinchados de tanto llorar. Se volvió a acurrucar en su cama.
Jimin intentó que se levante y bañe o al menos coma algo, fracasando rotundamente. Jungkook parecía sin vida, sus ojos habitualmente brillantes estaban apagado.
El lunes siguiente Jungkook reunió lo que le quedaba de fuerzas y fue a la escuela decidido a entrenar a Jon, su alfa.
La ropa le quedaba más grande de lo habitual, estaba demacrado y delgado. Algo tambaleante entró al aula algo tarde, así que todos se voltearon a verlo.
-Kookie? - dijo Jimin levantándose.
Jungkook agachó la cabeza y caminó hasta pararse frente a Jon.
-Somos destinados... por qué no puedes aceptarme? - dijo Jungkook.
-Maldito - dijo el alfa levantándose de golpe - jamás voy a aceptarte. Te rechazo Jeon Jungkook a ti y a tu alfa.
El dolor más grande que jamás había sentido atravesó el corazón del omega, haciéndolo perder el equilibro y caer hacia adelante.
El alfa se levantó y salió corriendo del aula mientras Jungkook se agarraba el pecho intentando respirar. Jimin corrió a él, lo ayudó a levantarse y abrazó un buen rato, mientras los compañeros de aula lo ayudaban a sentarse y llamaban a sus padres.
Jungkook solo sentía dolor y más dolor, su lobo aullaba de dolor, desesperado por el lazo roto.
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Jungkook no recordaba mucho de lo que pasó ese día, luego de ser rechazado por su destinado. Había quedado en estado de shock, y así lo encontraron sus padres, con silenciosas lágrimas rodando por sus mejillas pero con la vista perdida.
El omega tardo varias semanas en comenzar a recomponerse, bajó mucho de peso y los primeros días ni siquiera hablaba. El tercer día terminó internado con un cuadro de deshidratación, y luego de mucho apoyo de sus padres y su amigo principalmente, aunque también acompañado con el equipo interdisciplinario en la internación, de a poco tanto lobo como humano, comenzaron a mejorar.
Pero como cualquier herida grande, la cicatriz que dejó en el omega, era palpable. El aroma de Jungkook nunca volvió a ser el mismo. En un aroma cítrico fresco y para nada dulce. Nunca supieron qué pasó con el alfa, ya que luego de ese día no volvieron a verlo en la escuela.
Cuando la noticia de qué el alfa destinado de Jungkook lo había estado maltratando de esa forma, y posteriormente lo había rechazado, se esparció por la escuela, sus compañeros se acercaron mucho al joven omega y de a poco, acompañado y haciendo terapia, logró crecer y superarse.
Ahora, el omega vivía la vida que había elegido vivir, ya no pensaba en un futuro típico para un omega. Estudiaba para obtener un título y trabajar algunos años en alguna buena empresa, que le permitieron ahorrar lo suficiente para emprender un largo viaje por el mundo, tomando fotos y viviendo de eso. Ese era ahora su sueño.
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Hola manada!
Un día volví! Jeje
Vamos a ver donde nos lleva esta historia.
Tengo apenas dos capítulos escritos, y voy a ir escribiendo a medida que la historia se va publicando.
Así que aunque no tenga muchos seguidores, si se animan, quiero hacer algo medio interactivo.
Es decir, voy a tener en cuenta sus comentarios y opiniones o ideas para ir construyendo la historia, espero que se enganchen!!!
Los leo en comentarios!
Y bienvenidos nuevamente!