ADVERTENCIA.
La lectura de esta obra se encuentra dirigida a un público adulto, en consideración a la densidad temática que aborda, con la sugerencia de ser apreciada por audiencias de 21 años en adelante.
En un rincón de la bulliciosa ciudad, donde los rascacielos se alzan como guardianes de los sueños y las luces parpadean como estrellas urbanas, vive una joven excepcional.
Su nombre es Jayden Lane, y a sus veinte años recién cumplidos, ya ha dejado una huella imborrable en el mundo.
Jayden es la única y encantadora hija de Ben Lane y Ava Coppola, dos almas que tejieron su amor en los hilos del destino.
Sus progenitores, magnates empresariales, han decidido otorgarle un regalo singular: transferir una de sus empresas a su nombre. Pero esta no es una empresa cualquiera, es un legado, un edificio de cristal y acero que alberga no solo cuentas y balances, sino también recuerdos dolorosos. Cada pasillo, cada sala, susurra historias de triunfos y fracasos, de risas y lágrimas. Para Jayden, esta empresa es un cofre de emociones, y aunque la riqueza fluye en sus venas, también lo hace la melancolía.
La decisión no es fácil. Jayden toma un respiro, mirando por la ventana de su lujoso apartamento. La ciudad se extiende ante ella, un tapiz de oportunidades y desafíos.
¿Debería vender la empresa y liberarse de su peso? ¿O debería aferrarse a ella, como un faro en la tormenta? La respuesta se esconde en el brillo de sus ojos, en la pasión que arde en su corazón.
Y entonces, Travis Gunnarghersi entra en escena. Un hombre de negocios prudente, con una sonrisa que podría derretir el hielo y una mirada que penetra hasta el alma. Padre soltero, lleva sobre sus hombros la responsabilidad de criar a su pequeña hija. Travis es un enigma, un libro cerrado con páginas arrugadas. Pero cuando sus ojos se cruzan con los de Jayden, algo cambia. El aire vibra con electricidad, y el destino se ríe en las sombras.
Travis está interesado en adquirir la empresa. No solo por su valor financiero, sino porque ve más allá de los números. Siente la pasión de Jayden, la llama que arde en su interior.
Desde el primer momento en que se encuentran en la sala de juntas, hay una atracción irrefrenable entre ellos. Como dos imanes, se acercan, se repelen y vuelven a acercarse. Travis está dispuesto a conquistar su corazón, pero sabe que no será fácil. Jayden es un enigma aún mayor que él, una combinación de fuerza y vulnerabilidad.
Con el paso del tiempo, ambos descubren que la vida los ha unido de una manera especial. Juntos, enfrentan las dificultades que se presentan en su camino. Las noches de insomnio, las decisiones difíciles, los momentos de risa y lágrimas. Jayden se da cuenta de que Travis no solo quiere la empresa; quiere su mundo, su risa, su corazón.
Pero en medio de esta historia de amor, hay un oscuro secreto. Jayden reflexiona sobre las acciones de su padre. Descubre las infidelidades y secretos que ha mantenido a espaldas de la familia. El enojo, la molestia, la impotencia y la decepción se mezclan en su corazón. Las palabras de su padre intentan minimizar la importancia de sus acciones, pero Jayden no puede ignorar la falta de lealtad, honestidad y sinceridad que esperaba en su núcleo familiar.
Y entonces, la revelación más dolorosa: un bebé inocente. Un pequeño ser que no pidió estar en medio de esta tormenta. Jayden mira al bebé, sus ojos llenos de asombro y tristeza. La responsabilidad de unos recae injustamente sobre otros, y el mundo parece un lugar despiadado.
Pero Jayden es fuerte. Decidida a no dejarse consumir por la situación, se arma con coraje y determinación. Sabe que su madre eventualmente descubrirá la verdad, y el camino no será fácil. Negándose a permitir que el peso de las acciones de su padre le impida avanzar hacia un futuro más luminoso y esperanzador.