Estoy en casa de Dinah, la fiesta está increíble, pude llegar a tiempo. Toda su familia está reunida menos Reed.
Los padres de Reed al llegar me saludaron como siempre solían hacerlo, sin embargo ellos no están al tanto de lo que Reed me había hecho, su madre me sigue preguntando porque hemos terminado, y no quiero ser la que se lo diga ni mucho menos lo haré.
No he dejado de pensar en el señor Gunnarghersi, es un hombre instruido, sabio, cauteloso, y cortés. Pero me es imposible creer que le es infiel a su esposa.
El lunes nos reuniremos nuevamente y finalmente será suya.
Nos encontramos en la sala de la casa de Dinah y podemos ver que su mamá está bailando y riendo con un admirador.
La madre de Dinah siempre ha sido una madre soltera, el papá de Dinah nunca vió de ella y me gustaría que se diera la oportunidad con su admirador, es destacable como el hombre la adora.
FlashBack
—No es molestia, no se preocupen.—Se ofrece el señor Travis acompañarnos hacia la salida.
Nos reuniríamos por última vez en casa para finalizar con la venta el próximo lunes, nunca me había sentido tan bien como me siento ahora. Mis padres dejarán de sentirse mal por el pasado.
Nos encontramos en el estacionamiento. El abogado del señor Gunnarghersi se había ido hace cinco minutos por una emergencia.
Joshua se despide del señor Travis.
—Fue un placer conocerlo.—Extiendo mi mano con una sonrisa torpe.
—El placer fue mío señorita Lane.—Contesta Travis con una mirada directa para luego estrechar nuestras manos.
Podía darme cuenta que no paraba de mirarme discretamente.
Fin FlashBack
Reed acaba de llegar a la fiesta, al verme se sonroja.
Quizás está sintiendo vergüenza por todo lo que me hizo, quisiera hablar con él para que entienda de una buena vez y acepte que ya no estaremos juntos. Se acerca a Dinah y la saluda con un beso en la mejilla.
—¿Podemos hablar?—Me pregunta preocupado.
Es hora de hacerlo.
Me levanto de la silla y asiento caminando hacia el jardín solitario junto con Reed.
—Lamento de corazón haberte tocado y arruinado tu vestido, estaba muy ebrio. Solo quiero que estemos bien y nos demos la última oportunidad Jayden, no te arrepentirás.—Murmura tranquilamente.—Te amo.—Toma mis manos.
¿Por qué ahora si está arrepentido?
¿Por qué ahora si quiere cambiar?
Pudo haberlo hecho cuando lo perdoné la primera vez pero no, siguió haciéndome daño emocional y físicamente.
La noche de mi cumpleaños fue la primera y última vez que me agredió porque no lo voy a permitir más.
Me duele mucho haber aguantado tanto y darme cuenta que nunca me quiso.
—Te quiero pero no para mi vida.—Le contesto conmovida.
Es inevitable que mis ojos no se cristalicen, lo quiero mucho pero también me quiero y no debo volver a permitir que me haga daño.
—Jayden por favor.—Suplica con lagrimas en sus ojos.
Ya no volveré a confiar en ellas.
—Solo quiero que me dejes continuar con mi vida tranquilamente que yo haré lo mismo.—Le pido calmada.
No dice nada por unos segundos.
Camino hacia la puerta de la entrada de la casa para dejarlo solo.
—Lo haré, lo haré.—Escucho detrás de mí.
Me giro un poco para verlo y sonríe con lágrimas en sus ojos.
—Sé que estarás preparado para la mujer que deseas.—Le dedico una media sonrisa inquietante.
Lunes
Estoy en el living, sentada en el sofá con un poco de migraña.
Me siento más tranquila, el haber hablado con Reed me trae paz. Hemos quedado en buenos términos y es como debimos hacerlo desde un principio.
—Señorita, aquí tiene—Dice Amely entregandome la taza de té y una píldora.
—Gracias Amely.—Le agradezco haciendo un mohín de dolor.
A lo mejor tengo esta migraña debido a que me acosté tarde y me acabo de levantar temprano. Últimamente no he dormido bien, cómo se debe.
—Buenos días a todos, cómo estás linda?—Escucho la voz de mamá
¿No se supone que debería estar viajando con papá?
—Creí que te encontrabas con papá.—Le menciono.—Solo tengo un poco de migraña.
—Tuve que devolverme, viajaré esta noche para encontrarme con Madeline.—Me comenta emocionada
Mi madre está súper feliz porque verá a su única hermana, tienen muchos años que no se ven. La primera y última vez que vi a mi tía Madeline tenía diez años de edad ahora tengo veinte años. Solo hablamos por mensajes a veces, también tiene una hija llamada Abigail, no la conozco pero me gustaría poder conocerla y tenerlas cerca todo el tiempo.
—Me gustaría poder ir contigo pero debo ir a la universidad.—Le contesto.
Si que me gustaría, pero espero que algún día nos volvamos a ver y conocer a mi prima Abigail.
—Linda, no puedes. Recuerda que hoy tiene reunión con el Travis Gunnarghersi.—Dice tomando asiento al lado de mi.
—Así es.—Suspiro.—Por cierto debo contarte que antes de ver a ese hombre, creí que era un señor como papá.
Mamá ríe a carcajadas.
—Cariño es joven, no creí que fueras a idealizarlo así, es un hombre adorable.—Murmura.
—Su esposa debe estar sufriendo, admito que es amable y muy dado solo eso.—Le comento.
Dudo que sea un buen hombre puesto que obtiene servicios de damas de compañía teniendo esposa.
—Es un buen partido, Travis es soltero hija.—Suelta una risita.
¿Soltero?
Nunca creí que fuera soltero, ya que un hombre así puede estar recién casado.
—No lo sabía.—Reí a carcajadas.—Al llegar me confundieron con una mujer, ya sabes.—Le comento mientras me tomo un sorbo de té ya tibio para luego tomarme la píldora.
—No puede ser.—Mamá se ruboriza y vuelve a reí a carcajadas.
Amely aparece con un jugo de naranja.
—Aquí le traje un juguito de naranja señora Lane.—Le extiende el jugo gentil.
Amely siempre ha sido muy atenta con toda mi familia, la apreciamos mucho. Trabajará hasta hoy ya que tendrá el otro fin de semana libre, ella y Denisse me ayudan a que la casa esté en orden, hay veces que se quedan y compartimos, nos llevamos muy bien.
Denisse no pudo venir hoy porque su bebé se enfermó, la llamé esta mañana ofreciéndome para ayudarla con los gastos de su bebé y no me aceptó.
Me gustaría que más adelante ella acepte.
—¿Sabes cómo sigue el bebé de Denisse?—Le pregunto a Amely.
—Ya se encuentra mucho mejor, ya está en su casa.—Contesta Amely con una enorme sonrisa.
—¿Le ha pasado algo al bebé de Denisse?—Le pregunta mamá a Amely preocupada.
Denisse tiene un bebé de un año, el hombre que la embarazó la dejó y evidentemente yo siempre estaré para ella. El niño es hermoso, es su único hijo.
—Se ha enfermado, tenía mucha fiebre y vomito.—Le contesta.
—Me alegro que ya el niño se encuentre bien.—Dice mamá paciente tomando su jugo de naranja.
—Le he dado la semana para que esté al tanto con su bebé, me gustaría ir a verlos mañana.—Murmuro.
—Señorita, Denisse está muy agradecida con usted y no creo que eso haga falta. Denisse sufre en silencio y lo he visto.—Nos confiesa.
Será mejor que esperemos.
Mi teléfono suena, es papá.
—Hija, Travis y su abogado llegarán en una hora, ¿Estás con tu madre?
¿Tan pronto?
Aunque es mejor porque en la tarde tengo clases y saldré muy tarde. Será mejor que me vaya arreglando.
—Está bien, me estaré preparando. ¿Quieres hablar con ella?
—Si, ponla al teléfono y no olvides darles una buena atención.
Me levanto del sofá entregándole el teléfono a mamá.
—Ya vuelvo.—Les aviso caminando hacia la puerta.
Más tarde llamaré a Denisse para preguntarle si puedo ir a verlos, me preocupa que la esté pasando mal, ahora más que nunca necesita apoyo, debe tenerme confianza.
Camino hacia mi hacía mi habitación y comienzo a buscar que colocarme y consigo rápidamente.
Me colocaré estos jeans negros y una camisa formal color blanco, muy semi formal.
Papá debió notificarme a tiempo que el señor Gunnarghersi vendría a estas horas, porque el señor Joshua no ha venido y probablemente esté por venir.
Hemos culminado con la venta, finalmente ha pasado a nombre del señor Gunnarghersi. Durante las firmas podía ver a mamá con sus ojos cristalizados, sabía que causaba dolor y que ya no cargarían con eso.
Pienso que papá no viajaba por motivos de negocios, si no porque no quería estar presente.
Estoy acompañando al señor Gunnarghersi a la salida, y de repente me tropiezo con una piedra y caigo al suelo.
Realmente venía distraída.
El señor Gunnarghersi se acerca a mi rápidamente para levantarme.
—¿Se encuentra bien señorita?—Me pregunta Travis.
Rio a carcajadas.
Solo quiero que la tierra me trague en estos momentos, todos me vieron caer.
—Estoy bien, no se preocupe.—Le contesto ruborizada.
—¿Está segura señorita?—Me cuestiona.—Eric puedes traer el botiquín por favor.—Le pide a uno de sus hombres.
Puedo ver mi pierna derecha con bastante grande.
No lo había notado
—Estoy bien.—Le contesto una vez más.
El señor Gunnarghersi me tiene cargada en su regazo y me lleva a tomar asiento en una silla que está cerca de la entrada.
Estoy muy avergonzada, pero gracias a Dios su abogado se fue hace unos cuantos minutos.
El hombre le entrega el botiquín al señor Gunnarghersi, saca alcohol y poliéster y comienza a limpiar mi área lesionada.
Solté un gemido de dolor.
—Enhorabuena, no necesitarás puntos.—Dice sin quitar la mirada de la lesión.
—No lo soportaría, nunca me han tomado puntos.—Le comento respirando profundo.
Ahora si me dolía por el alcohol.
—No se siente, solo las limpiezas.—Me responde terminando.
—Gracias señor Travis.—Le agradezco con una sonrisa.
Me mira fijamente a los ojos.
Me siento intimidada, tiene unos ojos muy hermosos, efectivamente Travis es un hombre atractivo.
—Deseo que se mejore pronto, dado que me gustaría volverla a ver.—Considera inclinado sujetando mi pierna.—Me interesaba la propiedad ahora me interesa conocerla.—Me confiesa.