Ella comenzó a sentir los nervios más profundos de su vida cuando se encontró frente a Tim a medio desnudar, admirando el vello de su pecho y su cuerpo excesivamente delgado.
"Espera." lo detuvo cuando él estaba a punto de quitarse la última prenda que le quedaba en el cuerpo. Él paró enseguida y la miró.
Ella se sentó en la cama y suspiró. Le miró ahí parado, esperando a que ella le dijera algo, le miró y supo que jamás iba a tener una oportunidad así en su vida de nuevo, supo que nadie, nunca, la vería como él la miraba en ese momento, con deseo, con respeto, con amor.
Se puso de pie y acercó su mano al pecho del hombre que tenía delante de ella, tocándole por primera vez, temblando sin saber si era por frío o por nervios, Tim se mantuvo quieto, esperándole, dejándole tomar su tiempo para acostumbrarse a la idea de lo que estaba a punto de hacer, sintiéndose cada vez más conmovido, lentamente Ella subió y bajó la mano por su pecho acariciándolo por completo hasta sentirse más tranquila, fue entonces cuando, sacando a Tim de su zona, ella comenzó a desnudarse también, quedando sólo con la ropa interior puesta, justo como él.
Ella le miró a los ojos, le regaló un guiño y tomó su mano, poniéndola de nuevo en su cintura. Tim recorrió su cuerpo por completo, dándole atención a cada centímetro de su piel desnuda, pálida y ansiosa, cálida y húmeda, miró como Ella disfrutaba cada roce de las yemas de sus dedos con su piel y la tomó en sus brazos, enredando de nuevo las piernas de ella en su cintura, sentándose en la cama con la chica sentada en su regazo, besándose lentamente, saboreando su deseo.
Tim y Ella hicieron el amor esa mañana. Se amaron hasta que sus cuerpos no sintieron más satisfacción, hasta que sus labios no sintieron más necesidad, hasta que sus manos recorrieron cada centímetro de sus pieles calientes.
Y mientras se encontraban acurrucados en la cama, bajo las sabanas que cada noche cubrían a Ella en sus sueños más profundos, la duda regresó a la cabeza de ella.
Esa mañana había conocido cada centímetro de la piel de Tim, había recorrido con sus manos cada pulgada del hombre que le había hecho sentirse mujer, esa mañana supo hasta donde podía llegar el deseo que llevaba dentro de sí, supo lo que era sentir con cada uno de sus sentidos, supo lo que era tocar y ser tocada, conoció un tipo de placer que nunca había conocido, conoció los límites de su cuerpo y saboreó en su garganta el néctar del placer que Tim le daba.
Pero aún no lo conocía a él.
"¿Quién eres?" susurró lentamente en el pecho de Tim mientras él le acariciaba el hombro con los dedos.
"¿Ah?" escuchó salir del pecho de Tim.
"¿Cómo te llamas?" le preguntó sin mirarle, jugando con el vello de su pecho.
"Tim." respondió.
"¿Alex?" le dijo ignorando su respuesta anterior.
"Tim..." escuchó antes de que el cansancio le ganara y se quedara completamente dormida.