¿No me quieres?
Johnny necesitaba aclarar su mente y mientras vagaba por la ciudad decidió entrar a un antro que se encontraba a unas cuadras de la universidad, tan sólo iba entrando cuando sintió a una
personita chocando contra él, iba a gritarle que se fijara por donde iba pero al ver a su amado castaño frente a él las palabras se desvanecieron de su mente.
Los ojos de Mark brillaban de confusión y él sintió como el aire se escapaba de sus pulmones. Lo tenía muy claro ahora, no podía ser su amigo, jamás podría verlo como su amigo, lo amaba demasiado para verlo de esa manera. No se podía mentir, ni podía mentirle a él.
—Te… —aclaró su garganta—. ¿Te lastimé? —preguntó sin ocultar un tono preocupado en su voz.
La voz de Mark se perdió cuando se vio reflejado en los ojos de Johnny, abrió su boca pero no salió nada y se vio obligado a contestarle negando con su cabeza. De pronto sintió como sus
ojos se llenaban de lágrimas e inclinó su cabeza para que Johnny no lo viera.
¿Por qué justamente frente a él era cuando se empezaba a sentir triste?
Los hombros de el castaño se sacudieron levemente y el modelo sabía que no tenía que decir nada así que sólo lo atrajo hacia él estrechándolo en sus fuertes brazos. Sabía que estaba triste por su ruptura con Kun y aunque no podía actuar como un amigo para ayudarlo iba a actuar como el hombre que lo amaba.
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Mark y Johnny estaban sentados sobre el cofre y sus espaldas estaban recargadas en el parabrisas del auto amarillo, que se notaba desde una muy larga distancia, mientras observaban
en silencio el cielo sin estrellas. La noche estaba helada y el castaño tan sólo llevaba unos jeans, unas botas que le llegaban casi hasta la rodilla, una camiseta negra con tirantes gruesos y sobre esta usaba un sueter blanco tejido con caída de manga larga. Johnny iba más cómodo con unos
pantalones de mezclilla, unas botas negras y una chaqueta que le recordaba un poco a Kun…
No habían hablado desde que salieron del antro, sin embargo no se fueron de ahí, seguían en el estacionamiento. De vez en cuando llegaban grupos de universitarios haciendo escándalo pero no les prestaban atención.
Mark notó que Johnny ni siquiera había intentado esconder su rostro detrás de unas gafas o cambiando su estilo de vestimenta, iba como John Seo el modelo más famoso y guapo y no
como Johnny , el chico que él quería.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó el muchacho después de un largo tiempo en silencio.
—Pensaba en ti —le contestó sin apartar su mirada del cielo y lanzó un suspiro cansado—. Quería ir a verte pero no sabía que se suponía que tenía que decirte, quería aclarar mi mente y
llegué aquí —de nuevo se quedaron en silencio—. ¿Y tú que hacías ahí?
—Jeno y Yang Yang me trajeron aquí a la fuerza pero ambos se hicieron rápidamente de compañías con completos desconocidos y ya que yo no quería estar ahí decidí salir —quería
verte, quiso decirle pero se mantuvo callado—. Kun terminó conmigo, Johnny —confesó finalmente y volvió su cabeza a él que ya lo estaba mirando—. Quise sentirme triste por eso pero
no fue así, sé que suena estúpido pero me siento confundido por mi reacción.
—Hay personas que reaccionan así…
—¿Cómo efecto retardado? —preguntó el castaño y empezaba a dibujar una sonrisa en su rostro.
—Algo así —se incorporó quedando completamente sentado en el cofre del auto y juntó sus manos—. Cambiando de tema. ¿Qué te parece si entramos un rato para divertirnos?
Mark se incorporó también y dudo unos segundos, él realmente no estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente pero iba a estar con Johnny así que ¿Por qué no?
—Sólo si me prometes que no te vas a ir con la primera chica con curvas y semidesnuda que se te ponga enfrente —bromeó y el modelo soltó una sonora carcajada. Le tomó la mano y le dio un beso sobre los nudillos.
—Te lo prometo.
Ambos bajaron del auto y caminaron de nuevo hasta el lugar lleno de música, chicos y chicas ebrios que pronto necesitarían una habitación, olor a cigarrillos y cosas que no valía la
pena ver. Siguieron caminando hacia el interior que definitivamente ya estaba más lleno que antes de que ambos salieran. Una pareja de jóvenes salió apresurada golpeando ligeramente a
Mark en el hombro haciéndolo tropezar hacia atrás y hubiera caído de no ser porque Johnny lo pudo sostener a tiempo del brazo.
Lo tomó de la mano para evitar que se separaran.
—No te alejes de mí —le habló sobre la fuerte música.
Cuando lograron llegar hasta la barra de bebidas la garganta de Mark ya estaba seca por lo que no se negó cuando Johnny le ofreció una bebida. Le dio un sorbo al vaso de cristal que tenía más hielo que bebida y sintió el liquido frio pasar por su garganta, tenía un dulce sabor a mango.
—¿Qué es esto? —le preguntó a Johnny hablándole cerca del oído para que lograra escucharlo.
El modelo le sonrió y acercó su boca hasta su oído.
—Es soda italiana de mango, la tuya la pedí sin alcohol, sé que no te gusta —se apartó de su oído y le sonrió mientras le daba un trago a su bebida.
Ambos estaban sentados en unas sillas altas junto a la barra disfrutando de sus bebidas, y como si se hubieran puesto de acuerdo dejaron sus vasos sobre la barra a medio terminar.
Intentar hablar dentro con la música y gritos era casi imposible así que sólo se veían y sonreían mientras esperaban a que la pista de baile se despejara un poco.
Una pareja se sentó justo a un lado de Mark y pidió la misma bebida, sin darse cuenta los vasos se mezclaron en la barra y cuando el castaño volvió a tomar su vaso bebió el equivocado,
uno que contenía el doble de alcohol a comparación de el de Johnny y aunque notó un sabor más fuerte lo ignoró, terminó su bebida casi de un trago y volvió a pedir otro. Se levantó de su silla para estirar sus piernas y mover en círculos su cabeza ya que la estaba empezando a sentir un poco pesada.
Johnny lo imitó poniéndose de pie, se acercó a él y simplemente unieron sus labios. Sí él se hubiera detenido a degustar el sabor de su boca hubiera notado que sabía alcohol pero estaba tan hambriento de sus besos que lo único que pudo notar fue como sus labios encajaban perfectamente.
Se separaron después de unos minutos y se sonrieron. Mark se sentía un poco aturdido pero le echó la culpa a la música y volvió a tomar de su bebida hasta que la terminó. La pista se
empezó a vaciar y el castaño tomó la mano de Johnny para bajar, buscaron un lugar para tener libertad de moverse y siguieron la música que parecía ser una mezcla de electrónica y algún hit del momento.
Los movimientos de Mark eran todo lo que Johnny no se esperaba de él, eran sensuales, llamativos, provocativos y le gustaban.
El muchacho levantó las manos moviéndolas al ritmo de la música, su sueter se levantó dejando su vientre desnudo por encima del ombligo y se dio media vuelta para quedar de
espaldas a Johnny quien se encargó de acercarse a él, colocó ambas manos sobre la piel desnuda de el castaño y escondió su rostro entre la curva de su cuello y su cabello. Lo amaba tanto. Le dio un par de besos en su sensible zona del cuello y rozó su lengua degustando el sabor de su piel, durazno, como lo recordaba.
Una suave mordida.
Un delicado gemido agudo.
No podía resistirse más, lo giró sobre sus talones y aprisionó su boca en un fuerte y profundo beso, con una mano le acariciaba la espalda y con la otra sujetaba la parte trasera de su cabeza para acercarlo más a él y profundizar el beso. No recordaba el momento en que sus lenguas habían empezado una guerra a muerte pero ahí estaban acariciándose con urgencia, pidiendo más y más.
Y entonces notó algo raro, un sabor fuerte. Deshizo el beso con toda su fuerza de voluntad y acercó su rostro al sonrojado rostro de Mark y olió su aliento. Como lo pensaba. Estaba ebrio.
Unió su frente a la de él y aspiró su aliento de nuevo ¿De dónde había bebido alcohol?
—¿Johnny? —preguntó Mark en forma casi inocente, sus ojos brillaban y su ceño estaba fruncido ligeramente. Se acercó de nuevo a sus labios pero él se echó para atrás—. ¿No me quieres? —preguntó y su labio inferior empezó a temblar, lo aprisionó entre sus dientes
fuertemente tornándolo de un rojo intenso y deseable.
—Sí, sí te quiero —le dijo rozando sus labios sobre su sien—. Ven, vámonos.
Lo tomó de la mano y lo condujo por la pista cuidando que no se lastimara.
Cuando lograron salir Mark detuvo a Johnny y lo abrazó con todas las fuerzas que su estado de ebriedad le permitía. Escondió su rostro en el pecho del modelo y le susurró:
—Quiero quedarme contigo. Por favor.
¿Qué se suponía significaba eso?
Él lo abrazó y después lo sostuvo en sus brazos para poder llevarlo hasta el auto.