Sexo Explícito entre
✧✧Felix/Changbin/Minho.✧
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Si no os gustais, saltar esta parte.
Felix soltó un gemido.
Apretó su mano contra su boca, avergonzado por completo mientras Changbin, sobre él, sonreía perversamente, como si disfrutara el verlo así, todo sudado, desnudo y colorado.
─Bastardo ─murmuró en voz baja.
Changbin se rió, frotando su nariz contra su cuello, y ambos miraron hacia la puerta cuando fue abierta. Minho se quedó quieto, observando a los dos mayores en la cama, obscenamente desnudos y sin lucir asustados por haber sido descubiertos en pleno acto. Las feromonas que Felix soltaba no tardaron en llegar a su nariz, sintiendo de pronto calor en su cuerpo.
─¿Necesitan... privacidad...? ─ preguntó tratando de lucir impasible aunque fallando miserablemente.
Changbin soltó una risa ronca, volviendo a agarrar la cintura estrecha de Felix y tirando de él, penetrándolo un poco más profundo. Felix dejó salir otro gemido, su goteante miembro erecto y duro contra su estómago.
─¿No quieres unirte? ─preguntó Changbin con tranquilidad─. La boca de Félix está desocupada y Lix ha estado maldiciendo toda la mañana porque se acabó su leche de fresa.
─¡Sa─sabes que yo... me pon─pongo de mal humor si no... no te─tengo mi le─leche...! ─chilló Felix antes de jadear por la nueva embestida.
Minho mordió su labio inferior, viendo el lío que eran los dos chicos frente a él, y tragó saliva mientras sentía su propio miembro duro en sus pantalones, sin saber qué hacer. Por sobre todo, porque si se acercaba, significaba tener su primer contacto sexual.
Sí, Minho era un chico virgen, pero no tonto: cuando se sentía caliente, por supuesto, se masturbaba en la oscuridad de su habitación, y nunca antes tuvo contacto deese tipo con otra persona porque le avergonzaba un poco.
Sin embargo ahora, con Felix y Changbin follando delante de él, sentía la necesidad de desnudarse y permitir que hicieran lo que quisieran con él.
─ Minho te dará tu lechita, ¿no es así, MinMin?─gruñó Changbin sonriéndole.
Minho había ido para conversar sobre ellos sobre el viaje, pero bueno, siempre podía hacerlo después. Caminó, observando al omega lloriqueando, y abrió la bragueta de sus pantalones. Las manos de Felix lo agarraron de la playera, atrayéndolo, para luego agarrar su ropa interior y bajarla lo suficiente como para sacar su polla ya erecta.
Soltó un jadeo bajo cuando la mano de Felix envolvió su miembro, húmedo por el líquido pre seminal, y el omega lo miró con ojos grandes y expresivos, fingiendo una inocencia que contrarrestaba enormemente con el hecho de que estuviera siendo follado por dos alfas.
─¿Eres... virgen, MinMin...? ─balbuceó Félix mientras movía su mano de arriba hacia abajo.
Desvió la vista, avergonzado.
─Sí ─murmuró mordiendo su labio inferior.
─Eso es adorable ─gruñó Changbin levantando los ojos─. Con Lix nos aseguraremos que lo disfrutes mucho.
Antes de poder decir algo, Félix comenzó achupar el glande, llenándolo con saliva, mamando de forma superficial, y jadeó por la corriente de placer que recorrió su espina dorsal.
Sus manos se deslizaron por el cabello rubio de Felix, oyendo su ronroneo mientras Changbin separaba más sus piernas, viendo el momento exacto en el que el alfa se hundía más duro en su interior, gruñendo con excitación.
El omega jadeó contra su miembro, sus ojos llorosos por el placer, para después abrir más su boca, metiendo ahora todo el miembro entre sus labios mientras con su mano lo agarraba de la base para sostenerlo en tanto Changbin comenzaba a embestirlo de forma seguida, el sucio sonido resonando en el cuarto con cada nueva penetrada seguido del ruido que provocaban los labios de Felix a medida que chupaba más y más.
Minho había escuchado varias veces a sus compañeros hablar sobre lo genial que era eso, que un omega te chupara el pene porque se veían sucios y calientes, llenos de lujuria y perversa inocencia que podía hacerlos correr sólo con una probada, pero nunca le había dado demasiado crédito a aquellas historias hasta ese momento; aunque, por otro lado, Minho estaba seguro de que era la boca de Felix la que lo estaba provocando de esa forma, porque si hubiera sido cualquier otro omega, habría salido corriendo por el miedo.
Pero si eran Changbin o Félix quienes lo tocaban de esa forma, entonces estaba bien.
Mordió su labio inferior mientras la cabeza de Felix subía y bajaba por el largo de su miembro al ritmo de las embestidas que recibía su culo, viendo cómo se auto─lubricaba sin problema alguno, y al levantar la vista, Changbin lo agarró del cuello de la camisa, tirando de él, y de pronto los labios del alfa mayor estaban sobre los suyos en un beso sucio, caliente, dominante, y le siguió el ritmo torpemente, sintiendo como metía la lengua en su boca sin encontrarse resistencia alguna.
Al separarse un hilo de saliva conectaba sus labios con los de Changbin, que sonreía salvajemente mientras follaba a Felix que no dejaba de jadear y gemir con la polla metida en su garganta, y al oír el gemido del omega cuando se corrió, terminó eyaculando en su boca también, respirando aceleradamente antes de recibir otro sucio beso de Changbin.
Se alejó, tratando de recuperarse, viendo a Changbin corriéndose sobre el estómago de Felíx, y el omega gimoteó con su rostro manchado de blanco, obscenamente sucio y contento. Antes de poder decir algo, Changbin lo agarró del brazo y tiró de él, sentándolo en la cama.
─No... no tuvimos que hacerlo... ─murmuró Minho aturdido.
Changbin gruñó en señal de desaprobación, sorprendiéndose cuando Minho contestó también con un gruñido: a veces olvidaba que Minho era alfa.
Felix jadeó.
─Hagan eso otra vez ─soltó el omega─, es caliente.
El mayor rodó los ojos, sacudiendo su cabeza.
─Ve a limpiar tu rostro, bebé ─le dijo y Felix le sacó la lengua, obedeciendo─. No sé por qué dices eso, MinMin. Felix y yo estuvimos de acuerdo.
Minho le miró, temblando.
─Pero es tu omega ─dijo con voz débil─. Felíx es tu omega, no el mío, tiene tu marca, no la mía, ¿no ves que...?
─¿Lo puedes marcar por accidente? ─ ?miterminó de decir Changbin con una expresión impasible.
El menor asintió, pero antes de darse cuenta, el alfa estaba sobre él, sobre su cuerpo, entre sus piernas, volviendo a sonreír de forma astuta. Minho parpadeó, tragando saliva, para después humedecer sus labios, Changbin agarró su labio inferior, sus ojos oscurecidos.
─ Felix es nuestro, así como tú eres de nosotros y yo soy de ustedes ─dijo con voz ronca.
Minho jadeó, sintiendo los labios de changbin contra su boca, sin poder dejar de mirarlo.
─He estado haciendo algunas averiguaciones─prosiguió Changbin─, y en algunos países existen alfas que comparten omega, marcándolo los dos al mismo tiempo. Podríamos intentarlo ─los ojos de Changbin brillaron─. Podríamos estar los tres juntos si sale bien.
Minho sintió su garganta seca por las palabras de Changbin, su alfa interior quejándose por lo que planteaba el mayor. Minho no era tonto: sabía que sentía una inusual atracción por Changbin, por querer ser tocado, su corazón latiendo como desbocado al tenerlo tan cerca, pero sabía también que esa otra parte, su lado alfa, no estaba totalmente de acuerdo por lo que significaba: los alfas eran dominantes por naturalezas, salvajes y posesivos, y ser dominado por otro,ser el sumiso, significaba total y absoluto rechazo.
─¿Se van a besar otra vez? ─preguntó Felix entrando al cuarto, su rostro ya limpio─. ¿Por qué están coqueteando cuando yo no estoy aquí? Son horribles.
Changbin se quitó de encima, echándose a su lado mientras Felix se acercaba, colgándose del cuerpo del alfa más grande, y Minho pensó, por un momento, que si quizás no tuvieran esas naturalezas, todo sería más fácil.
Jodidamente más fácil.
JiMin a veces se recordaba a sí mismo cuando acababa de llegar a China, desorientado, perdido, sin saber qué hacer con su vida de ahora en adelante.Se recordó bajando del avión, viendo los rostros desconocidos de todo el mundo, como su omega gritaba en señal de auxilio pero sólo respondía el silencio.
Esa noche había dormido en el aeropuerto, siendo consciente del dinero que tenía, y a pesar de que en el bolsillo estuviera la llave del viejo departamento que Shinkie había comprado tiempo atrás, no sentía la fuerza necesaria para ir hacia allá.
Además, ni siquiera sabía en qué zona de Pekín quedaba, y mucho menos sabía cómo hablar chino. Era un inútil, un bastardo inútil, un maldito omega de sólo dieciocho años que lo había perdido todo y no sabía qué más hacer.
Al día siguiente, gracias a las vagas indicaciones que logró conseguir, llegó a la embajada coreana de la ciudad, inventando una vaga historia sobre su alfa muerto y el comienzo de una nueva vida lejos de su lugar de origen.
Logró que lo aceptaran en un curso gratuito para aprender chino con la promesa de conseguirle un empleo lo más pronto posible, y luego partió a buscar el departamento, agradeciendo al controlador de Shinkie cuando llegó por haberlo amoblado.
Pero, por supuesto, se derrumbó por completo cuando se dio cuenta de que incluso la habitación que iba a ser de Minho estaba amoblada, con una cuna, ropa y juguetes.
Los días siguientes habían sido un remolino de oscuridad, lágrimas y dolor, sin salir del departamento ni de la cama, levantándose sólo para beber agua e ir al baño, incapaz de hacer otra cosa excepto llorar y dormir, rogando para que todo eso acabara, para que esa pesadilla desapareciera.
También había escrito muchas cartas, llenas de pensamientos y divagues sin sentido que ni él mismo podía comprender en su totalidad, pidiendo perdón por haberlo dejado, tratando de explicarle que lo amaba, que siempre lo amaría, que era su pequeño bebé precioso que amaba más que a nada en el mundo.
No las había enviado enseguida, por supuesto, porque estaba tan sumido en su mierda que no hacía nada, absolutamente nada, sólo permanecer acostado.Sólo cuando se dio cuenta de que no había más comida tomó la fuerza suficiente para bañarse: fue dos semanas después de haber llegado.
Olía asqueroso, lo sabía, pero no le interesaba, y cuando terminó de ducharse salió a la calle, buscando algún Supermercado cercano en el que comprar cosas para la alacena.Fue allí cuando se encontró por primera vez con Liu XieFei, cuando estaba siendo agredida por su alfa en mitad de la calle y nadie la estaba ayudando.
Ese bastardo la estaba abofeteando, sosteniéndola del cabello, ignorando su llanto y sus súplicas, y JiMin se quedó quieto mientras el resto de las personas caminaban, fingiendo no ver a la pareja a pesar de los gritos de la pobre omega, y algo hirvió en su interior.
Algo hirvió porque se vio a sí mismo en XiuFei.
Sí, quizás Shinkie nunca fue tan agresivo como ese alfa, quizás Shinkie nunca lo golpeóde tan brutal manera frente a otras personas (pero a veces lo había hecho, como cuando salían a comer y JiMin tropezaba o se reía o se comportaba como un niño malcriado según Shinkie), pero reconoció el miedo que exhalaba XiuFei porque él también sintió tanto miedo que a veces sentía que iba a ser consumido por completo.
Así que antes de darse cuenta estaba agarrando una roca, gruñendo por el odio, y golpeó a ese alfa en el rostro, aturdiéndolo el tiempo necesario como para agarrar la mano de XuiFei, corriendo lejos de allí entre todas laspersonas atónitas, hasta su departamento donde estarían a salvo.
─Deberías dejarlo ─le había dicho JiMin a XiuFei, pero la omega sólo lo contempló, atónita, diciéndole con esa mirada que no le entendía.
JiMin se limitó a servirle un té, sin decir cosa alguna, y XiuFei tampoco se molestó en mantener una conversación.
La chica se había ido horas más tarde y JiMin no la vio de nuevo diez años después, cuando estaba trabajando en la biblioteca y la mujer entró con una expresión decidida
─¿Piú Zhímin? ─le preguntó XiuFei.
JiMin la miró, parpadeando: cinco años atrás había decidido usar el nombre que le ofreció el Ministerio de Migración, sólo adaptar su nombre a la fonética china, porque eso simplificaba un montón los trámites pero, por sobretodo, le ayudaba a fingir ser otra persona que no había sido pisoteada miles de veces.
─¿Sí? ─preguntó parpadeando.
XiuFei le sonrió ampliamente para luego comenzar a recordarle quién era ella y si quería formar parte un movimiento social queluchara por los derechos omegas.
XiuFei siempre le sonreía, aunque todo estuviera mal.
Incluso antes de morir, XiuFei le había sonreído y dicho que estaba orgullosa de él. JiMin frotó sus ojos llenos de lágrimas cuando recordó a XiuFei, su pecho ensangrentado, la vida escapándose de sus ojos pero la sonrisa permanecía en su rostro, y se maldijo por seguir siendo tan débil, por seguir llorando cuando ya no podía hacer nada, por seguir siendo, en el fondo, ese tonto omega sensible y asustadizo del que todo el mundo se aprovechaba.
─¿Dóne etá mamá? ─escuchó decir a YoungLiu en mitad de la noche.
Sus ojos revolotearon por el vagón que usaban como dormitorio, siendo consciente que casi todas las personas estaban durmiendo, y en medio de la oscuridad vio la figura de Jackson sosteniendo a YoungLiu mientras entraban para acomodarse entre XiuJie y CaoLu.
Fingió dormir para así no ser descubierto, sus dedos picando por el deseo de sostener al pequeño niño en sus brazos.
Se estaba haciendo difícil. Sin YoungLiu a su lado, su omega lucía más perdido y muerto que nunca: el pequeño servía como una especie de ancla para mantener a raya a esos sentimientos confusos y deprimentes que le invadían de vez en cuando, pero ahora, al tenerlo lejos...
Bueno, se sentía más débil y desorientado que nunca.
─Mamá está fuera, YoungLiu, ya va a volver ─ le susurró Jackson en voz baja, recostándose y dejando al niño sobre su pecho.
─No ─sollozó YoungLiu─, mamá etá aquí. ¿Po qué no me... no me deyas con ella?
JiMin quería romper a llorar también.
─JiMin no es tu mamá, mi vida ─murmuró Jackson con cariño─, no lo ha sido, no lo es y no lo será, ¿está bien? JiMin es sólo tu tío.
─Pelo...
─Vamos, a dormir, YoungLiu.
Luego de eso, sólo hubo silencio.
¿Por qué JiMin sentía que las cosas sólo estaban empeorando?.
─¡Están locos!
Felíx y Changbin se sobresaltaron cuando Hoseok gritó, enojado, mientras Yoongi se encogía en su asiento tratando de hacerse pequeñito y desaparecer.
Minho, por otro lado, miró a Jungkook cuando éste se lanzó al suelo, como si quisiera ocultarse de la ira del beta de pie frente a ellos.
─Papá... ─balbuceó Changbin
─¡¿Creen que iba a dejarlos ir así como así?! ─le interrumpió Hoseok Colorado por la rabia─.¡Se los prohíbo, no van a acompañar a Minho a China!
─Pero tío Jungkook ya compró los pasajes... ─ dijo débilmente Felix.
─¡Me importa una mierda! ─escupió Hoseok─.¡No tienen nada qué hacer allí! ¡Y menos...! ─ Hoseok tomó aire, tratando de calmarse─.¿Saben lo que ocurrió la última vez que nos metimos en medio de todo este embrollo?
Hubo un silencio tenso en el comedor.
─Papá Hoseok tiene razón ─apoyó Yoongi con cuidado─. Si la madre de Jungkook o Solar se entera de que están involucrados, no va a tardar en meterse en nuestra familia otra vez.
─¡No pueden hacer eso! ─gritó Felix─.¡No vamos a dejar a Minho solo!
─Sus padres están en lo cierto ─secundó Jungkook poniéndose de pie─. Voy a devolver los pasajes, así que...
─¡No! ¡Iremos con Minho! ─estalló Changbin enojado.
─¡No nos grites, Min Changbin! ─gruñó Hoseok.
─¡No es justo! ─gritó Felix.
─¡A callar! ─levantó la voz Yoongi.
─¡Minho es también mi Alfa! ─soltó Felix.
Hoseok palideció mientras Yoongi se atoraba con su saliva en tanto Jungkook parpadeaba por el aturdimiento.
Avergonzado, Minho bajó la vista.
─¿Qué? ─balbuceó Hoseok─. Oh, dios, ¿estás bromeando, Lix? ─el beta dio un paso, tomando por el hombro a Felix, pero el omega se echó hacia atrás con una expresión enojada.
Hoseok, al ver que no iba a conseguir nada con su hijo, se giró hacia Changbin.
─.¿De qué está hablando? ¡¿Vas a dejar que Minho lo marqué?! ¡Saben lo peligroso que es eso!
─¡Puedo tomar mis propias decisiones, papá!─gritó Felix enfurecido─. ¡Chang puede ser mi alfa, pero si quieres saber sobre mí, sólo debes preguntármelo!..
─¿Por qué mejor no nos calmamos? ─
balbuceó Minho en voz baja.
─Papá, lo estás malinterpretando, es que... ─ Changbin habló con tono nervioso─, es que los dos queremos a Lix y Lix nos quiere a los dos, y yo también quiero a Minho y Lix y Minho nos quiere también,¿bueno?
El beta parecía a punto de desmayarse por las palabras que le estaba diciendo Changbin y Yoongi estimó conveniente ponerse de pie para sostenerlo.
─Oh mierda... ─murmuró Hoseok─, y yo creía que la relación de Jungkook y JiMin era complicada...
─¿Disculpa? ─farfulló Jungkook.
Hoseok se sentó en el sofá mientras Yoongi le imitaba, sosteniendo su mano para tratar de calmarlo un poco, notando que estaba realmente afectado por la situación, y nadie dijo nada por varios minutos, esperando a que el matrimonio se calmara lo suficiente.
─¿Lo han hablado? ─preguntó entonces Hoseok─ en tono duro─.¿Han hablado sobre cómo lo harán? ─una pequeña pausa─. ¿Son conscientes de que si Felix quedara embarazado, sus instintos alfas se alteraran sino saben quién es el padre?
Felix parpadeó, abrazándose, mientras Changbin bajaba la vista y Minho mordía su labio inferior, afectados por las palabras que estaba diciendo el beta.
Hoseok levantó la vista.
─Ya son grandes ─declaró mirando a sus dos hijos─, así que supongo que ambos sabrán lo que están haciendo ─se giró hacia Jungkook─. Si no los cuidas, Jungkook, prometo cortarte las bolas y obligarte a comerlas, ¿está bien?.
Jungkook se atragantó con su saliva, pero asintió lo más rápido que pudo.
Hoseok apretó su mandíbula.
─Espero que cenen con nosotros esta noche ─dijo Yoongi con tono firme hacia sus hijos─, ¿a qué hora partirán mañana?
─A las diez de la mañana ─contestó Minho.
─Bien ─ Yoongi suspiró, poniéndose de piey dirigiéndolos hacia la puerta de salida─. Espero que seas consciente de tu decisión, Minho.
Minho no sabía cómo decirle que no estaba seguro ni siquiera de ese viaje.
Asintió, fingiendo una confianza que no sentía, y arregló la corbata de su traje mientras salía detrás de su papá hacia el auto, subiéndose al asiento del copiloto.
Jugueteó con sus manos en tanto su papá se ponía a conducir camino a la casa de sus abuelos para esa jodida última fiesta donde de seguro se aprovecharían para comprometerlo con Haerin, y miró de reojo a Jungkook, que lucía tranquilo a pesar de todo.
No lo soportó por mucho tiempo.
─¿No dirás nada? ─preguntó, y no pudo evitar el tono acusador─. ¿Sobre mi relación con Changbin y Felix?
Su papá le observó por el rabillo del ojo, sin cambiar su expresión a pesar de que Minho luciera algo alterado.
─¿Quieres que te dé un consejo acaso? ─dijo Jungkook─. Creo que ya estás bastante consciente de tus decisiones, Minho, y sobre todo, de lo que quieres para ti ─hizo una pequeña pausa pero Minho no dijo nada porque sabía que su papá no había acabado de hablar─. ¿Deseas realmente estar en una relación con otras dos personas?
Minho humedeció sus labios, inseguro, pensando en el rostro sonrojado de Felix, en su toque descarado y juguetón, sus labios envueltos en su miembro mientras le miraba inocentemente.
Pensó en la boca de Changbin sobre la suya en ese beso tan demandante, tan duro, tan exigente, y cómo su interior se removió ante el pensamiento de que el alfa lo dominara: una parte suya se negaba a aquello, pero tenía que admitir que también lo deseaba.
Pero...Pero ¿era suficiente como para una relación?
─No lo sé ─admitió.
Jungkook asintió, comprensivo.
─No soy nadie para juzgarte, MinMin─
prosiguió su papá estacionándose fuera de la casa─, así que sea la decisión que tomes, voy a apoyarte ─miró la fachada del hogar para luego hacer una mueca─. Ahora, acabemos con toda esta mierda.
Minho asintió, saliendo del auto, y le envío un breve mensaje a Yewon deseándole las buenas noches.
Jungkook y él habían acordado no llevarla a esa fiesta de mierda, sabiendo que era lo mejor para que Solar o su abuela la usaran y la pasara mal.
Ambos la iban a proteger, así que la dejaron en el hotel con la promesa de volver temprano, y al día siguiente, si todo salía como lo habían planeado, se quedaría con Hoseok y Yoongi hasta que volvieran.
Gracias por Leer.
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