Mis ojos repasan lentamente el siniestro dibujo que me obsequió la niña en el hogar de Axel. Aún estoy procesando la información a pesar de que fue hace unas horas, antes de que amaneciese, que fuimos a Masacrus. No todas las interrogantes en mi cabeza han sido despejadas, pero otras si fueron contestadas. A pesar de eso, no me siento tan tranquila como esperaba.
Es decir, ahora sé que Axel y los suyos no son traidores, pero eso no borra el hecho de que Newt nos mintió y Axel no hizo nada para evitar la muerte de Shadow cuando pudo hacerlo.
Recuerdo el rostro ojeroso de la niña y su fría mirada. Miro de nuevo el dibujo sobre mi regazo, posándome en cada trazo y detalle. Cuando volteo la hoja, capto unas palabras garabateadas de color rojo:
Ten cuidado.
El peligro te rodea.
Mi corazón se acelera un poco mientra leo una y otra vez el mensaje de la niña. Pero por más que trate de negarlo, presiento que esas palabras son reales por más que una nina lo haya escrito. El peligro me rodea. Siempre lo ha hecho.
La puerta de mi habitación se abre, sobresaltándome. Escondo el dibujo bajo la almohada y miro a Newt, quien se encuentra bajo el arco de la puerta. Su mirada es inexpresiva, más bien algo culpable. Da unos pasos dentro de la habitación. Mira hacia alrededor y vuelve a avanzar, ésta vez llegando al frente de mí y tomando asiento sobre un espacio libre de la cama. Entrelaza sus dedos y apoya sus codos sobre sus rodillas, dándome una mirada. Cuando lo hace, noto las grandes ojeras en su rostro y lo cansado que luce.
—Así que... ya lo sabes —dice simplemente.
—¿Me lo vienes a restregar en la cara o es que quieres algo? —voy directo al grano. La impaciencia siempre será una parte de mí.
Suelta un suspiro y enreda sus dedos sobre su cabello, sus ojos claros mirando un punto en el piso.
—Zonyei, sé que estás molesta. Pero era necesario que... —lo interrumpo, jodidamente molesta:
—¿Que muriera Shadow? —cuestiono con rabia—. ¿Que nadie supiera la verdad? ¿Que te folles tranquilamente a Ginger mientras no sabías lo que hacías?
Su mandíbula se aprieta y su mirada se transforma en molestia. Según Tax, lo que salió mal fue que los guardaespaldas por los que nos hicimos pasar para secuestrar al ministro pudieron escapar, por lo que Newt y los demás tuvieron que improvisar sabiendo que en pocos minutos la puta autoridad de Vilword se enteraría. Pero, ¿cómo pudo pasar algo así? ¿Cómo escaparon tan fácil, teniendo en cuenta que estaban encerrados y encadenados? La respuesta es obvia: alguien lo hizo. Hay un traidor.
Ahora no confío en nadie. Sólo confiaba en una persona, y murió.
—¿Crees que quería que esto pasara? —pregunta Newt, exasperado—. ¿Crees que no me calcome la culpa? —se altera, levantándose de la cama. Tenía mucho tiempo que no lo veía así. Cuando me mira, casi siento lástima. Sus ojos están vidriosos y su rostro notablemente decaído—. Sé que esto se está viniendo abajo y, siendo sincero, no sé qué mierda hacer. Y Destruction nos pisa los talones.
—¿Eso es lo único que te preocupa? Newt, murió Shadow —digo amargamente, sacando las palabras a rastras.
—Lo sé —suspira de nuevo y mira hacia arriba—. No sé cómo pasó. Estaba todo bien planeado. Todo estaba donde debía estar... —cierra por un momento sus ojos—. No sé qué demonios pasó.
La puerta se abre nuevamente, recibiendo a Ginger junto a Rax. Ella me da una mirada y luego mira a mi hermano.
—Rey, tienes que ver esto —la urgencia en la voz de Ginger no pasa desapercibido para mí—. Ahora.
Cuando se va, Newt me da una mirada y camina hacia la puerta.
—No importa lo que haya pasado. Shadow murió. —escupo con desprecio, con un nudo que me impide respirar con normalidad.
Cuando se va, suelto la respiración que estaba conteniendo. Sé que eso no fue su culpa, pero el cuerpo de Shadow sin vida en mi mente me impide pensar con cordura. Newt es el líder, y estoy segura de que tiene una gran presión sobre sus espaldas, pero eso no impide que lo culpe. En estos momentos puedo culpar a todos, hasta a mí misma.
Sin pensarlo mucho y guiándome por la curiosidad, salgo de mi habitación. La insistencia en la voz de Ginger y el tono que sólo usa cuando es algo urgente hace que los siga. Algo debe estar pasando y tiene que ser lo suficientemente grave para que Ginger y Rax estuvieran tan asustados y sólo lo notificaran directamente a Newt. Empiezo a bajar las escaleras, pero cuando me percato de las voces en la sala principal, me detengo. Cruzo hacia el pasillo y me escondo detrás de la pared, ya que desde la sala se puede ver mi habitación y por ende, yo.
—¿Simplemente estaba ahí? —escucho la voz de Newt y, cuando me muevo sigilosamente para ver, señala una caja de tamaño promedio.
—Cuando negociamos con Destruction el intercambio del cuerpo de Shadow por el del alcalde por segunda vez, como sabes, aceptaron —habla Ginger. En la sala está Rax, Tax, Hern, Ginger y Newt, mirando el interior de la caja—. Entonces fuimos a hacer el intercambio y estaba esto, ni reclamaron el cuerpo del alcalde.
Yo sólo trato de no respirar pesadamente para poder oír su conversación.
—¿Cómo fue el intercambio... o el intento de ello? —pregunta mi hermano.
—Como indicaste, les hicimos llegar las coordenadas donde iba a ser y fui con Hern y Tax, y el cuerpo sin vida del alcalde. Cuando llegamos, ya se habían ido. Nos aseguramos de que nadie estuviera siguiendo o que hubiera alguna cámara escondida, y en medio de la carretera en donde iba a ser el intercambio estaba la caja —informa Ginger, luce afligida.
—¿Habían dispositivos de rastreo? ¿Micrófonos? ¿Algún mensaje o algo? —cuestiona Newt, impaciente.
—No. —Habla Ginger de nuevo—. Sólo la caja. Ah, y ésta nota.
Ella le tiende un papel y Newt lo toma, lo desdobla y lo mira. Percibo en las manos de Ginger un ligero temblor.
—¿Qué dice? —pregunta Rax, al igual de impaciente que yo.
Newt se paraliza por un momento, pero luego cita la frase: —"El cuerpo se lo dimos a los perros".
Entonces, cuando Rax se tambalea por la impresión, la caja se cae de la mesa, al piso. Y lo que estaba dentro de ella sale rodando, dejando un rastro de sangre sobre su trayectoria.
La cabeza de Shadow.
Mi pecho se aprieta cuando reconozco su cabello azúl y sus ojos de par en par. Aparto la mirada y me recuesto sobre la pared detrás de mí mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas. No puedo respirar con normalidad, mi respiración se estanca en la garganta. Cubro mi boca para apaciguar el sonido de mi respiración acelerada.
—¡Mierda! —exclama Rax.
—Ginger, llevala al congelador del sótano. Tax y Rax, trasladen el cuerpo del alcalde también al congelador hasta que decidamos qué hacer con ellos —ordena Newt—. Esto no se lo diremos a Zonyei. La alterará.
Pero ya yo estoy alterada. Camino hasta el final del pasillo y entro en el cuarto de Axel, abriendo bruscamente la puerta.
—Necesito tu ayuda —informo nada más entrar. Está recostado sobre la cama con un libro en sus manos. Me mira inexpresivo sin hablar—. Me lo debes, no hiciste nada cuando pudiste ayudar a que Shadow no muriera. Tú mismo lo dijiste.
Y luego de varios segundos, dice:
—Está bien.
(...)
Cuando le conté mi plan a Axel, por más perverso y horrible que fuera, mantuvo su expresión de costumbre. Para mi sorpresa, me advirtió que yo estaría en problemas luego. A mí no me importó. Ahora lo único que quiero es venganza.
Quiero joderlos más de lo que me jodieron a mí.
Quedamos en encontrarnos en la madrugada luego de que él hiciera lo que le había dicho. Era parte del plan que lo hiciera. Era fundamental. Ahora me encuentro en el patio a las dos de la madrugada, para acabar antes del amanecer. Cuando observo una silueta entre la noche saliendo de la mansión con una bolsa negra cargada entre sus manos, sé que es él. Caminamos en silencio, adentrándonos en el bosque, y llegamos al mismo sitio donde Axel aparcó la moto ayer en la madrugada.
Será un viaje de una hora a la capital, así que recuesto mi cabeza en la espalda del chico frente a mí cuando nos posicionamos correctamente sobre la moto. Me aseguro de que el pote cilíndrico de pintura roja que usan para hacer grafittis no se caiga y lo pongo entre mis piernas; eso también es parte del plan.
Cuando enciende el motor y se pone a andar, paso mis brazo por su cintura y cierro los ojos para recibir el viento a gran velocidad que tanto extrañaba. El viaje transcurre más rápido de lo normal, quizá porque no salía de mi mente donde lo único que veo es la cabeza ensangrentada de Shadow. Cuando llegamos a la capital, nos dirigimos a la casa del presidente. Axel aparca cuando hemos llegado, sin intercambiar palabra. Observo la maravillosa arquitectura de la casa del presidente, mejor conocida como La casa roja.
Todo está en silencio y la seguridad se hace presente. Hay varios guardias detrás de las vallas de seguridad que rodean la casa del presidente, pero no nos captan debido a que están algo apartados. Ni siquiera me tomo tiempo para apreciar la hermosa mansión frente a mí y pasamos a lo que sigue. Caminamos hasta las vallas —no tienen corriente electrica, ya que la función de éstas son aislar la casa para impedir la entrada, de igual modo, como mayor seguridad, están los guardias en su interior—. Me apresuro entre las sombras del árbol sobre nosotros y de la noche para seguir a Axel, quien va a paso más apresurado que yo.
Entonces toma la bolsa y saca la cabeza del alcalde, clavándola en una estaca sobre la parte superior de la valla que impide el paso por arriba.
Cuando va a caminar nuevamente hacia la moto para largarnos antes de ser descubiertos, lo detengo.
—Quítate la camiseta —le ordeno.
Me mira confuso, pero saca su camiseta blanca sobre su cabeza, tendiéndomela. La tomo y la tiendo sobre la valla, bajo la cabeza del alcalde, como una exhibición en las tiendas de ropa. Tomo la pintura de spray y rocío la misma en la camiseta, escribiendo las palabras:
Somos la Élite.
En memoria de Robert, Alias Shadow.
Y como último toque, la sangre de la cabeza del alcalde cae sobre la camiseta, creando una terrorífica escena ante mis ojos.
Y así fue como la cabeza del alcalde terminó en la casa del presidente.
Nota de la autora: ¡capítulo veintidós!
Particularmente me gustó mucho este capítulo porque demuestra lo que una persona llena de dolor y desesperación es capaz de hacer.
¿Se imaginaron lo de la cabeza de Shadow, lo de la cabeza del alcalde en la casa del presidente como venganza de Zonyei?
Ay Dios, puras cabezas...
Noticias: ya resumí los capítulos restantes de la historia. Decidí que la misma llegará hasta treinta y dos capítulos, aparte del epílogo y los extras que publicaré, si ustedes así lo desean.
Pero no se desesperen, aún faltan muchas cosas para la historia y la finalización de ésta. Y mira que faltan muchas cosas que los dejarán impactados...
Instagram: soy_tyyy
¡Gracias por leer, amores lindos!
—TyX.