Parallel - Sirius Black

Sirius estuvo sorprendido de que Samantha le dejase ir adelante en aquel automóvil muggle, el cual debía admitir era hermoso. Les había dicho que era de su padre, algo que su abuelo le dejó tener en herencia y ante tanta insistencia según sus palabras. El trenzado en el cabello, obra de Lily, le enmarcaba el rostro de una forma preciosa y el pelinegro se encontró observándola mas de lo normal.

La mirada preocupada de Theodora cuando encendió el auto era solo comparada con la emoción en los ojos de Samantha cuando comenzó a alejarse a una velocidad que Sirius pensó, era mucho más rápida de lo que seguramente estaba permitida.

Lily se había fijado en la entrada cuando se alejaban y ella giró. La inscripción que había dicho Theodora se levantaba visible y aquellas letras plateadas brillaban con el rocío de la mañana, buscando ser vistas.

— Entonces, ¿comenzamos por el ayuntamiento? — preguntó ella en voz alta — ¿Tienen alguna manera mágica de detectar cosas?

— Puede ser, ¿nos harás ganar tiempo? — preguntó James acercandose al asiento del conductor.

— Si, creo que puedo hacerlo — asintió con seguridad.

—  A todas estas, Spellman, ¿por qué irás a ver a un juez? ¿Estas tan metida en problemas? — Sirius le miró con mas atención y ella solo se encogió se hombros con la vista en la carretera.

— Los problemas me encuentran fácilmente, Black. Pero siempre logro salir de ellos — sus ojos se fijaron en él por un instante para luego soltar un suspiro cansado — Antes, debo hacer una parada importante.

El pelinegro reconoció el lugar, aunque con mucha mas luz se veía pintoresco. Notó que varios se habían quedado observando el automóvil con miradas incrédulas. Samantha por su parte, disminuyó la velocidad y tocó la corneta a un chico que parecía distraído con un cartel.

— ¡Eh guapo! ¿Quieres un aventón?

El joven de cabello castaño claro, se giró rápidamente y Sirius al igual que todos en aquel auto, notaron el brillo en sus ojos y la sonrisa de Samantha al detenerse.

— ¡Sam! ¡Sam! — casi no la deja salir del auto cuando se abalanzó sobre ella y le abrazó, alzándole unos centímetros y dejando besos por todo su rostro. El muchacho parecía feliz de verla, emocionado y su brillante sonrisa, le recordó a Lily mucho a la de James cuando terminaba de hacer alguna de sus travesuras en la escuela.

— ¡Agh! ¡Jacob suéltame! Quita tus asquerosas babas de mi rostro y reservalas para tus novias — le empujó divertida y él solo ensanchó su sonrisa y volvió a besar su rostro.

—¿Cómo sabías que estaba por aquí? — preguntó él con rápidez — Un momento, ¿qué haces aquí? ¡Ah ni respondas! Al fin saliste de Blackwood. ¿Por qué no contestas ninguno de mis mensajes? ¡Ni mis llamadas! Cassiopeia — le gruñó preocupado — Encerrarte en esa casa solo te hará mal. Además, te hemos extrañado y lo menos que puedes hacer es salir con tus mejores amigos.

— Tan parlanchín como siempre Jacob, definitivamente extrañaba tu parloteo — dijo con una media sonrisa — Ven, te llevaré al instituto.

Lily observó a Jacob y se fijó en que era un muchacho guapo de cabello castaño, revuelto y algo largo. Sus ojos, eran verdes, pero mucho mas claros que los de Samantha y cuando sonrió, dos hoyuelos se marcaron dándole un aspecto adorable.

— Cargas el auto de Artie, ¿y tu moto? — preguntó con el ceño fruncido — Espera, ¿quienes son ellos?

Jacob había señalado a todos con un movimiento de su cabeza, y aquella expresión amable se convirtió de pronto en una mirada amenazadora.