抖阴社区

O4.

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«¡Hola Jinnie! La otra vez tuve cosas que hacer, por lo que dejé la carta y tuve que salir corriendo a ver los asuntos. Mi madre me obligo a enseñarle hiatos a mi primo dos años menor que yo. Y ya sabes cómo son los niños de quince años. Rebeldes sin ganas de estudiar. Es todo un caos. Debes de hacer magia para que ellos te otorguen un poco de su "preciado tiempo"

Yo no entiendo por qué siempre los jóvenes que quince o dieciséis prefieren no hacer nada. Estudiar no es tan aburrido, pero tienes que tomar la práctica y crearte ciertos hábitos. A mí me gusta ir al patio a estudiar. Coloco música en violín y me traslado a mi propio mundo.

Solía ser así, pero tuve que madurar por orden de mi madre. No me vayas a malinterpretar. Mi madre me ama y quiere demasiado. Pero se enfoca en que sea el mejor en todo.

Hoy en luego de la clase de educación pude verte ligeramente sonrojado. Te logre observar fuera de los vestidores luego de las prácticas de deporte. Pase a tu lado con mi equipo, notándote claramente tenso. Quise preguntarte si todo estaba bien, pero opté por mantener mi distancia. A lo lejos voltee a echar una última mirada y aun permanecías en ese lugar, observando tus pies con tus mejillas carmín.

Eso me hizo recordar rápidamente a la primera carta que recibiste. Sus mejillas estaban rojitas, tus labios formando un ligero puchero y frunciendo tu ceño en muestra de con función. Siempre cuando te doy una, te apoyas en los casilleros, dándoles la espalda y pasas tu peso a un pie. Se te ve bastante bien.

Te vez tan tranquilo y despreocupado.

Tal vez te preguntes porque hoy no te he llamada por el apodo. Pues mi amigo, que se queda hasta las últimas horas para quedarse a solas con su piano, me comento algo ayer. Al parecer luego de que acabaras de leer la carta gritaste a tu amigo que lo odiabas empezando a regañarle por llamarte de ese nombre.

¡Perdón! ¡No quiero que te sientas acosado!

Cuando me comento aquello le grite que no vuelva a hacerlo, pues podía verse incomodo y sonar mal. Hasta podía hacerme quedar con una imagen que no deseo que tengas. Perdón si te llego a molestar con mis extrañas acciones, Lo digo enserio. No quiero peleas.

Espero que te vaya bien en tu exposición de mañana de biología. ¡Te quiero mucho!»

Att: El príncipe de tus sueños.

SeokJin paso su mano por su cabello, soltando un suspiro pesado y tirando su cabeza en la almohada. Paso sus dedos por el papel, admirando la hermosa letra que se usaba para plasmar los pensamientos de una persona la cual aún desconocía la identidad. Doblo nuevamente la carta y la metió en su sobre correspondiente.

Tomo las otras cartas que habían llegado entre semana, hablando de temas triviales, pero notándose un dulzor y cariño especial en su decir. Tanteo entre las cartas, levantándose para ir al calendario. Tacho ese día, observando que llegaban dos cartas semanales.

Ordeno las cartas, dejándolas en el último cajón de su mesa de noche. Busco su cuaderno de anillos, yendo a sus últimas páginas, escribió con un lapicero el alias de aquel joven de las cartas. Debajo de este apunto nuevas casillas, rellenándolas con lo siguiente.

Nombre: Desconocido.

Año: Ultimo.

Edad: 17 años

Sección: A

Gustos: Letras, inglés y SeokJin.

Disgustos: Molestarme u ofenderme.

Primera carta: martes.

Segunda carta: viernes

Tercera carta: miércoles

Cuarta carta: viernes.

— Misterioso. — murmuro mordiendo la punta de lapicero mientras pensaba en algo que le podía sacar pistas. Debía saber quién es. — ¡Historia!

Tiro su cuerpo en toda la cama, quedando boca abajo mientras apoyaba sus codos en el colchón. Empezó a golpear su cabeza con el lapicero, recordando cada uno de los trabajos que tubo ese año y el anterior. La segunda guerra mundial. Habían tratado ese tema en dos cursos y en ese año y el anterior. Se nota que pensó ese tema. Él chico no parecía tan tonto como para escribir sobre un tema en el que lo atraparan fácilmente. Escribió los nombres que se acordaban, optando por separarlos en grupo y cursos. Al terminar, tenía un total de doce nombres. Uno de esos era el amigo de su admirador.

En otro espacio apunto el nombre de todos los jóvenes que eran partes del equipo de básquet. Paso de nombre a nombre, sintiendo que ninguno de eso podía darle una pista. No se hablaba con ninguno de los siete del equipo. Decidió dividirlo a por secciones, acabando con tres nombres:

Choi BeomGyu, Kim NamJoon, Kim WooSung.

Nada, no se hablaba con ninguno de ellos, en si él se creía invisible antes el 90% de todo el instituto. La gente siempre lo fastidiaba con su rareza y sus chistes homofóbicos. Por otro lado, ninguno de esos tres podría ser, porque los había visto coqueteando con las porristas de la escuela.

De pronto a su mente llego el incidente que se mencionó en la carta. Había pasado ayer, durante la hora de educación. Su cara te torno roja al instante, obligándolo a tomar una almohada y hundir su rostro ahí, mientras gritaba.

El, ese día, se había acercado a los vestidores, pues se había olvidado su botella de agua. Fue una mala idea. Pues, mientras entraba a donde su casillero, pudo visualizar el torso desnudo de un joven de piel moreda. El ajeno secaba su cuerpo lleno de sudor, pasando la toalla por su cabellera teñida de turquesa. Tenía un cuerpo bien trabajado, haciéndolo ver masculino e imponente, ocasionando que las mejillas del mayor se coloren totalmente rojizas. Obligándolo a salir corriendo, olvidado el hecho de su botella, limitándose a cubrirse su rostro color carmín en el momento en el que el equipo de Básquet salió por de los vestidores.

—  ¡Idiota! — grito pataleando. Era muy avergonzado con todos esos temas. Decidiendo por mantenerse tranquilo, guardo el cuaderno luego de haber apuntado todas las pistas que hubiera podido tener.

Lo que el cerebro de SeokJin no relaciono fue la posibilidad de preguntarle a JungKook quienes habían sido los finalistas del examen. 

??? ?????? ?? ??? ?????? || ??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora