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SunKi

La música resonaba en aquel lugar, las luces neón parpadeaban de manera constante haciéndole sentir mareado. Sin embargo, se adentró en la masa de personas con cuerpos sudorosos moviéndose al compás de la música.

Sunoo estaba determinado, conseguiría un buen polvo antes de irse a casa eso estaba seguro. Después de haber llorado dos semanas por Niki, merecía tener su propio momento de felicidad. Oh, ¿me estoy adelantando mucho? Tranquilo, esta historia no es demasiado compleja de explicar, solamente trata de un ingenuo coreano confiando en alguien que no debería. Maldición, debería ser hasta ilegal que las personas sean tan clichés.

Odiaba un montón a Niki, por haberse acostado con su hermana. Justo cuando estaban cumpliendo su primer año como pareja, como consecuencia de este atroz acto cometido por su ex novio, se encerró dos semanas a llorar como un idiota. Quizás él hizo algo mal. Actualmente le repugnaba su manera tan inocente de ser.

¡Pero hey! No estamos para hablar de eso, sino de nuestro precioso coreano avanzando por la pista de baile como si fuese el rey del mundo —aunque técnicamente lo es—, las miradas llenas de envidia, e incluso lujuria se posan sobre él. Y solamente puede sonreír mientras se apoya sobre la barra, de manera estratégicamente coqueta, mirando al tipo que atendía con una de esas brillantes sonrisas que tiene.

—¿Qué deseas tomar esta noche, niño bonito?—Preguntó el barman, con una casual sonrisa mientras limpiaba uno de los vasos con un pequeño trapo. En el gafete se podía leer "Eric".

—Sorpéndeme. —Murmuró de manera coqueta.

El tipo se volteó a preparar el trago, mientras por dentro, Kim Sunoo hiperventilaba. Jamás fue seguro de sí mismo y ahora actuaba de una manera en la que no se la podía creer. Vaya, Niki, tu partida hizo cambios para bien en este hermoso ser; luego de unos minutos el barman le dejó una copa sobre la barra y junto a esta un papel, el cual suponía que se trataba de su número.

Bebió el contenido de la copa, lentamente, al terminar, guardó el papel en su bolsillo. Pidió otra copa. Y otra. Otra. Y otra. Después de unos minutos ya sentía como su mundo daba vueltas, y como unas manos se aferraban en su cintura.

Antes de sentir que estaba flotando sobre las nubes y perder el conocimiento de sí mismo oyó una voz conocida susurrar en su oído:

—Dame solo una vez más, bebé.

(...)

—¡Oh fuck!—Probablemente el grito de Jake se escuchó en todo Corea. —¡Te acostaste con Niki!

Algunas personas que estaban presentes en la cafetería de la Universidad le quedaron viendo mal al australiano.

—Dilo más alto, Jake, en Australia no te escucharon. —Dijo sarcástico el rubio. El domingo a la mañana, cuando se despertó, se halló a sí mismo durmiendo cómodamente entre los fuertes brazos de su ex novio.

Ese mismo que se había revolcado con su hermana, no tuvo más opción que levantarse rápido y tomar sus cosas para irse de allí. Había hecho una total estupidez otra vez; ya ni siquiera había que sorprenderse porque estaba acostumbrado a su capacidad para arruinar todo con solo respirar. Sin embargo, su mente se mantenía divagando, tenía unas extrañas ganas de buscar a Nishimura, hablar con él y quién sabe qué más.

Eso no estaba bien. Alguien llame a un doctor, Kim Sunoo está teniendo problemas en su cabeza.

—Fue un accidente, estaba ebrio, eso no cuenta. —Dijo después de un rato. Mirando su ensalada con poco apetito.

—Yah, todos dicen eso. Cuando TaeHyun se acostó con SungHoon por despecho también dijo lo mismo. — Sunoo abrió los ojos sorprendido, mientras el mayor hacia un ademán restándole importancia al asunto. —; el punto es: si entre ustedes dos queda algo.

—Claro que no. —Negó. —¡Se acostó con mi hermana!

Nuevamente todos le miraron mal. Kim se encogió avergonzado.

—Como decía, ese bastardo no merece mi perdón. Ni en esta vida ni en la otra, así es. —Murmuró.

—Pues yo creo que deberías mirar atrás tuyo porque ese bastardo del que hablas se acerca.

—¡¿Ahora qué hago?! —Gritó desesperado volteando hacia atrás y en efecto, viendo como el de baja estatura y ropa negra se acercaba. —¡Jake ayúdame!

El de cabello rojo saltó de su asiento, escondiéndose en un bote de basura cercano.

—¡¿Qué coño haces, Jake?!

—¡Estoy teniendo un pánico gay!—Gritó desde dentro del bote.

Sunoo suspiró.

(...)

—Has estado evitándome y vamos a hablar, Sunoo. Tienes dos opciones: Sí o sí. —Sentenció el mayor, sosteniendo las caderas del coreano.

Quien se encogió avergonzado en su lugar, dejando salir un pequeño chillido, después de ese vergonzoso día —donde SooBin, el director del periódico escolar, los había convertido en memes durante una semana—; él había estado evitando a Niki lo mejor posible.

Sentía que iba a terminar haciendo una estupidez si lo veía.

—Supongo que sigues enojado conmigo por lo que pasó con tu hermana, pero si te hubieses quedado un poco más de tiempo, te hubieras dado cuenta como ella traía la ropa puesta y estaba llorando. En realidad solo la consolaba... —Se rió al recordar a la ruda Chaeryeong llorando sobre su hombro. —Pero tu mentecita creó dramas innecesarios, me llamaste idiota, me golpeaste y déjame decirte que dolió porque sé que entrenas artes marciales y eso, también pegaste un foto mía por toda la universidad en donde decía: "Se perdió un idiota". ¿No crees que ya es suficiente?

—¡No! ¡Aún si solo la estabas consolando, sufrí mucho!—Chilló él rubio.

—Pero yo solo quiero que me perdones. —Murmuró Niki, haciendo un puchero. —Te busqué como no tienes idea. Y SungHoon amenazó con golpearme, y no es porque soy cobarde, sino que es demasiado alto. Yah, al punto es, ¿podríamos intentarlo de nuevo, esta vez sin consolaciones?

Sunoo se lo pensó. Quizá no estaba mal intentarlo de nuevo. Pero su parte raciona-- Al diablo.

Tiró del cuello de la camisa del mayor, rozando sus narices antes de decir:

—¿Puedo tener una vez más?—Dijo con voz grave.

—Puedes tener todas las que quiera. —Respondió.

Y se besaron.

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▣Gracias al autor/a original por permitirme adaptar la historia uwuuwuw 🤡🛐💕✨