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Era sábado, un día en el cual todos descansan, aunque en su caso no era así.

El presidente del consejo; Minamoto Teru, había pedido que fuera a su casa para preparar el presupuesto de ese festival del que no había realizado este al estar centrado en odiar lo que hizo con ese rubio.

Suspiro y terminó de comerse su tostada con mermelada. El ser independiente en un apartamento no era del todo bueno, ya que debía pagar todo lo que usaba así no hacía mucho para no gastar ya que era doloroso pagar una gran cantidad cuando le muestran el recibo de luz y agua, era horrible.

Pero, bueno, mejor terminaba de arreglarse.

Se levantó al haber acabado su merienda lo que indicaba que pronto se iría.

Se dirigió a su habitación y asimismo a su closet en donde encontró toda su ropa y así comenzó a buscar alguna cosa que le llamará la atención, aunque claro, al final se lo puso a pensar mejor.

¿Porque estaba buscando buena ropa?

Iba a ir con el mayor malnacido del planeta, no a una gala de alfombra roja.

Sacó una playera de color negra con detalles blancos y un pantalón de mezclilla de color azul.

No sabía si debía darse un baño para oler bien y...

— ¡iré así! De igual manera, ¿¡Quién en su santo juicio hace que una persona llegue a una casa a las seis de la mañana!? ¿¡Acaso es un asunto muy grave y el país moriría si no hago un maldito presupuesto!? —

Comenzó a arrugar algunas de sus camisas ya que se sentía muy bien el enroscarla. Era una forma de desahogar su gran enojo hacia ese estúpido que le dijo que llegara a esa hora.

Suspiro y tomó su toalla, al fin de cuentas si se iba a bañar.

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Salió de su genuino baño caliente, a veces agradecía tener calefactor, costaba dinero, pero, lo valía para estos momentos.

Su mirada se dirigió al reloj en donde encontró la hora.

— Ya son las seis y media... —

Dijo con tranquilidad y se dirigió a donde había dejado su ropa comenzado a cambiarse con cuidado, o eso fue hasta que recibió una llamada entrante en su celular lo que le hizo tomarlo y contestar sin mucho interés.

— ¿Quién es? —

— Buenos días Hyuuga-kun. Tan sólo me preguntaba... ¿Porque no has venido aún? —

Su cuerpo se tenso ante esas palabras volviendo a ver el reloj que no mentía mostrando que ya se había pasado más de media hora de cuando se iban a encontrar.

Trago saliva, sin embargo...

— Yo llego a la hora que quiera, Minamoto –

— Oh, ya veo, entonces estaría bien que yo dijera que alguien hace buenos tratos con tal de salir de un castigo. —

— ¡Tú...! Maldito... —

Hizo una mueca pero al final terminó accediendo diciendo que pronto iba a llegar a lo que colgó e iba a tirar su celular a donde fuera pero recordó que costó mucho, por amor a su dinero no lo tiro.

Terminó de colocarse la camisa y los pantalones para luego colocarse unos tenis de color neutro. En verdad que estaba más que molesto, además, ni siquiera podía ponerse su collar ya que tenía aún la gasa en su cuello.

Gruño, aún estaba molesto con la situación que anteriormente se dio. No podía creer que haya sido tan idiota como para haber hecho esta evidente marca en esa zona.