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O6

— Pero... —

— Por favor. No deseo nada más con tu persona, ya dejame solo, no deseo escucharte —

Guardo sus cosas y sólo dejo las hojas de cálculo con el presupuesto afuera ya que no quería volver a verle la cara sólo para dárselas.

Tomó aire y así se coloco su mochila para comenzar a dirigirse a la salida.

— Hyuuga-kun —

— ¿Que quie- —

Se había girado para ver al rubio, pero... Sus labios ahora estaban siendo apresados por este mismo que hacía presión para poder dominar lo cual le hacía querer separarse ya que esto no le estaba agrandando.

Separo a Teru de él, mirándole.

— ¿¡Que crees que haces!? —

— Bueno... —

— ¡¿Acaso crees que puedes hacer esto como si no importará!? —

Tomó aire y bajo la mirada unos momentos para dirigirse de manera inmediata a la puerta en donde está vez le tomaron el brazo.

Forcejeo claramente molesto de la situación. No quería ilusiones, no deseaba esas estúpidas palabras que siempre le tiende a decir para que cediera a cada acto que quería su mayor, no lo va a permitir, jamás lo hará.

— ¡Dejame en paz! ¡No te quiero cerca! —

Volvió a gritar notando... Como esta vez si fue soltado a lo que de inmediato salió de esa casa con clara molestia. No quiere más conflictos de este tipo.

Camino un poco hasta llegar a un parque en donde se sentó en una de las bancas mientras veía al cielo. No le agrada ese chico, siempre le será molesto por más que se lo nieguen, así lo ve él y siempre lo verá, al final de cuentas era Teru de quien estaban hablando.

Suspiro de nueva cuenta observando aún el cielo.

De forma inconsciente llevo sus dedos hacia sus labios unos momentos.

No sabía que pensar de lo que estaban haciendo si era sincero. No han tenido el mejor comienzo ni el mejor final de todos. Quiere creer que todo mejorará pero parece que eso no existe.

Cerró los ojos, comenzando a escuchar un poco de su alrededor, se siente bien este momento de paz...

Pronto deberá volver a ver a Teru, ya claramente, ya no tiene sentido, ni ánimos para seguir con esta estupidez.

Estaba decidido, iba a acabar todo con ese rubio.

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Suspiro mientras miraba las hojas de cálculos o lo hizo hasta que noto que tocaron la puerta a lo que tuvo una mísera esperanza que fuera el castaño quien se arrastrará para pedirle perdón.

Abrió la puerta notando a alguien sorpresivamente ahí.

— Oh, Yugi-kun, ¿Que haces aquí? —

— No, que haces tu, cabeza de bombilla barata —

El rubio se sorprendió un poco por como el gemelo menor le hablaba, Tsukasa parecía molesto, sin embargo, no entendía del qué exactamente ya que no había hecho nada, no tenía porqué estar aquí en primer lugar.

Sonrió un poco y se encogió de hombros.

— No hago nada. —

— ¿Donde está Natsuhiko? —

— ¿Como sabes que vino aquí? —

—... Corazonada —

— Oh vamos, teníamos un trato —

El peli negro bajo la mirada unos instantes. El que le recordará eso le daba mal sabor de boca y no sabía cómo reaccionar ante eso.

Hizo una mueca de completo disgusto ante ello, recordaba todo, pero, no deseaba que...

— Pero te estás excediendo —

— Eso no te importa, ni debería importarte. ¿No dijiste que no te interesaba? —

— No tiene nada que ver. —

— Vamos, si tu fuiste quien acepto. No te retractes —

— Si él se harta de ti ya no será mi problema —

— ¿En serio? No te preocupes, yo me encargaré de eso —

— ¡Eres un...! —

— No quieres que algo pase, ¿no? Así que, mejor no hables más —

El de ojos miel aparto la vista y apretó los puños. No puede hacer nada contra lo que este tenía para manipularlo. Yugi Tsukasa, quien jamás estaría al lado de ese desgraciado... Debe estarlo.

Por esto mismo, odiaba a este chico, desearía que muriera varias veces, pero, no es posible.

Se dio la vuelta y comenzó a irse escuchando una ligera risa que le hizo molestar, pero, sólo siguió con su camino. Debía volver a casa.

Comenzó a caminar por el pavimento con cuidado soltando así un pequeño suspiro ya que no había nada que pudiese hacer en ese instante.

La brisa movía sus cortos cabellos y cerró sus ojos unos instantes. Ese castaño es su amigo, lo es en parte, pero... Ya no sabía que pensar...

Suspiro con levedad hasta que llegó a el parque en donde su mirada ámbar captó a cierto chico, ese a quien ha estado engañado desde hace tiempo.

Se lo pensó un poco hasta que decidió ir y acercarse sentándose al lado de ese mayor quien estaba muy tranquilo a decir verdad.

— Hey —

Noto como el otro se asustó y casi se caía del susto, eso le hizo reír.

— ¿T-Tsukasa? ¡Enano! ¡Casi me matas del susto! —

— Bueno, bueno, no me prestes atención. —

— Ah~ Bien, ¿Que pasa? —

— Nada realmente, pasaba por aquí y te vi, es todo—

— Aw~ ¿Te sentías solo? —

— No, pudrete —

El alto acabo riendo sutilmente y así se acomodo mejor. Tsukasa era algo irritante a veces pero, no es como si le moleste realmente.

Se quedaron en silencio mientras sentía el viento. Era agradable para él estar así. No estaba con el bastado de Teru.