ヽLindo gatito | ONEUS ∵ SeoJo ?

Afuera llovía sin cesar.

El sutil toque en la puerta de enfrente del pequeño apartamento del humano Lee SeoHo llama la atención.

El propietario se levanta del sofá de su sala, dejando de lado el chocolate caliente que estaba por servirse. Se encamina al recibidor y abre la puerta, encontrándose con la malhumorada expresión de lo último que quería ver irrumpir su tranquila vida: un híbrido.

Específicamente, un híbrido que jamás había soportado por más que se conociesen de toda la vida. Se trataba nada más ni nada menos que de Kim YoungJo, su antiguo compañero de clases y actual concuñado,  puesto que los respectivos hermanos menores de cada uno se encontraban saliendo desde hacía un par de meses atrás.

—Kim —murmura, con un poco de desprecio.

No lo soportaba, nunca lo había hecho.

Odiaba todas esas veces que, durante la secundaria, aquel híbrido lo único que hacía en la clase de deportes era quedarse observando a sí mismo todo el rato frente al gran espejo del gimnasio.

Aquel castaño, asqueroso y gatuno ser sólo le importaba él mismo. O al menos así era como SeoHo lo veía.

—Lee —farfulla el otro, con un poco de hastío.

Por parte de YoungJo tampoco era que le agradase mucho. Puesto que a qué ser vivo con una mísera neurona funcional se ponía a correr como loco y a hacerle caso a todo lo que el profesor de deportes dijera. ¡Era absurdo!

El híbrido chasquea la lengua antes de, siquiera, armar la oración. Su cuerpo estaba completamente empapado y por si fuera poco su nariz ya le anunciaba un muy querido resfriado:

—Sabes que si no fuese de urgencia no te pediría este favor —las palabras salen muy en contra de su voluntad—, pero déjame aguardar aquí hasta que la lluvia pare, por favor.

Movió sus orejitas respingadas, un poco incómodo bajo la atenta mirada de aquel humano de ojos pequeños. Esperaba una negativa, a final de cuentas no se soportaban más de cinco minutos cerca.

SeoHo largó un suspiro y se perdió tras la puerta de su hogar, dejando al pobre híbrido gato bastante desconcertado.

A los pocos minutos volvió al campo visual del minino y le lanzó en la cara una suave toalla seca.

—Sécate y entras —ordena con simpleza y vuelve a perderse tras la puerta.

Kim, por su parte, se quita sus zapatos y los deja en el recibidor. Termina de secarse y se deja la toalla en la cabeza, absorbiendo la humedad de su ya esponjosa cabellera marrón.

Se planta a mitad de la sala mientras observa al menor beber de una taza. Este le regresa la mirada y la posa en una taza contigua, idéntica a la que tenía entre sus manos, dándole a entender que bebiera de allí.

《Es leche caliente》, pensó el mayor, un poquito enternecido. Debido a aquello, su larga cola dejó de ocultarse tras su chaqueta y comenzó a menearse suavemente de lado a lado, disfrutando del lactoso sabor de la bebida caliente.

Lee lo observaba de reojo, quizá un poco curioso. Jamás lo había visto tan de cerca y tan... indefenso; al parecer se volvía menos rudo cuando se mojaba el cabello por accidente.

Se puso de pie, notando la curiosa mirada gatuna sobre él. Fue a su habitación en busca de algo y, en cuanto regresó, lo envolvió en el cuello del moreno mayor, se trataba de una bufanda.

—Que sepas que aún te odio —murmura el menor,  alejándose de inmediato.

Una sonrisa de burla se asoma en los labios del híbrido, quien simplemente suelta un suspiro luego de la acción.

—Descuida —contesta con despreocupación—, el sentimiento es mutuo.

Sus ojitos se entrecierran, tiernamente, al sonreír. Aquello causa una muy mala espina en el corazón del humano.

O al menos creía que se trataba de una espina y no de algo más.

Uy, como que este par ni se soporta🙈🙈🙈

Que alguien les diga que igual van a acabar juntos jiji👀😼