Aventura inesperada (Julieta Madrigal x Lector)

Parte 14

-¡Pues toma asiento porque tomará muuuuucho tiempo!

-¡No te demores que me hago vieja jajaja!

-¡Jajaja te pasas Luisa!, okay vamos a la Casa, muero de hambre.

-Te llevo. - Luisa me cargó como novia y fue corriendo a Casita.

-Luisa ya bájame.

-Owww pero te ves tan tierna así.

-Luisa, es rochoso, ademas soy tu mayor, obedece.

-Eso no te importo mucho ¿verdad? - Luisa murmuró las palabras a mi oido.

-En el amor la edad no cuenta, esto es diferente.

-Sí, claro. - Luisa me bajó y me guiñó. - ¡Mamá! T/n esta aquí y tiene hambre.

-T/n, ¿dónde estuviste?

-Sí T/n ¿dónde estuviste? - Preguntó Agustín fastidiado.

-Ammm... yo... decidí levantarme temprano para ver el amanecer en las altas partes del Encanto y escribir un poco, b-bueno no pude porque me olvidé mi diario en la habitación pero sí disfruté la vista.

-¿Tanto te tomó eso? el amanecer fue hace 7 horas.

-Es que... me quede perdida en mis pensamientos. - Miré a Julieta. - Unos muy buenos. - Julieta se sonrojó un poco así que cubrió su rostro.

-Bueno siéntate, te serviré algo. Agustín amor, ¿podrías pasarme la harina? Está por--

-T/n conoce muy bien donde están las cosas, ¿por qué no se sirve su propio almuerzo?

-¡Papá!

-Solo digo que ella puede, mi esposa no es la sirvienta de nadie.

-Ay Agustín, mejor lo hago sola. - Julieta tomó la harina del estante.

-Papá, por favor se amable.

-Debo irme, tengo cosas que hacer. - Agustín me miró y yo sonreí un poco porque sabia que estaba enojado pero Julieta me amaba y eso era un gran éxito para mí, al parecer mi actitud lo enojó mas así que fue donde Julieta, tomó su rostro, la quedó mirando y la comenzó a besar, tomó su cintura y la acercó hacia él, ver eso solo me enojó y entristeció.

-Papi estoy aquí, por favor hagan eso en un lugar mas privado.

-Créeme que lo haremos hija, bueno lo siento, debo irme. Chau mi amor, hija, T/n. 

-Que tenga buena tarde, y aléjese de las abejas.

-Lo haré, gracias por... la preocupación.

-Es un placer. - Ambos nos sonreímos de manera falsa, esto era una competencia y no pensaba rendirme tan rápido.

El resto del día estuve muy feliz, no tuve mucho tiempo con Julieta, ella estuvo muy ocupada pero los pocos segundo que lograba verla o la espiaba me llenaban de regocijo.

La noche llegó así que fui a mi habitación para ya ir a dormir.

Como quisiera dormir en tus brazos otra vez mi querida Julieta.

-Que cansado día, no vuelvo a jugar con el Jaguar de Toñito. Espera... - Alguien estaba en mi habitación. - Ju-- ¿AGUSTIN? - Se quedó callado, estaba con algo en sus manos. - ¿Qué estas haciendo en mi habitación?

¡Mierda!

Era mi diario el que tenia en sus manos. Ahí tenia varios dibujos de Julieta y poemas que decían cuanto la amaba y deseaba.

-Solo dire esto una vez T/n. - Nunca lo sabia visto así. -Aléjate de mi esposa. - Tiró mi diario al piso y se fue de mi cuarto.

Me quede ahí en shock, caí de rodillas. Estoy en problemas, grandes problemas, no puedo pararlo, el tiene derecho pero yo también amo su esposa, ¡yo también amo a Julieta!

Recogí mi diario del piso y decidí ir donde Julieta para contarle lo que había ocurrido pero mis pasos fueron interrumpidos por Agustín, había vuelto a entrar pero esta vez tenia algo consigo.

-Me olvidaba de algo. - Me quitó mi diario y le prendió fuego.  Quise apagarlo pero no pude, Agustín no me permitió acercarme hasta que estaba casi hecho cenizas.

Ese iba a ser el único recuerdo que tenga de mi Julieta.

-¡No.. no! ¿qué hiciste? - Agustín me empujó al suelo y pisoteó mi diario, lo recogió y lo tiró a la pared. Me miró con unos ojos llenos de odio antes de irse de la habitación.

Me quedé mirando mi diario, completamente quemado, todo estaba perdido, las cenizas se resbalaron por entre mis dedos y comencé a llorar.

¿Qué voy a hacer?