De: Harry_Styles@Styles.Jewelry. com
Fecha: 2008, 4 de agosto, 23:28 hrs.
A: Bambolina@formitore.it
Asunto: Contrato matrimonial, condiciones prematrimoniales... Apéndice
Olvidé mencionar... he de solicitar que mis abuelos no sepan jamás la existencia del contrato firmado entre mi padre y el tuyo.
Condición nº 2: Mantén una fachada convincente de felicidad romántica en presencia de mis abuelos.
H.
De: Bambolina@formitore.it
Fecha: 2008, 5 de agosto, 09:17hrs.
A: Harry_Styles@Styles.Jewerlry. com
Asunto: Contrato matrimonial, condiciones prematrimoniales... Apéndice
Perfecto, perfecto. Tus dos condiciones son aceptables. A mí también me gustaría evitar que mi madre y mi abuela se enteraran de la causa de nuestro matrimonio. No se trata de un secreto, por supuesto, ya que tú no crees en ellos. Sólo es una mentira piadosa (por la que ambos iremos al infierno). Les he dicho que nos conocimos y nos enamoramos loca y apasionadamente durante mi última visita a San Francisco. ¿Funciona esa versión para ti?
____.
28 de Agosto de 2008
La mañana de su boda, ____ despertó en un mundo lleno de bruma. Salió a la terraza de la habitación que tenía en el hotel Le Premier y sintió como si entrara en una nube. El rocío la envolvió en una fresca humedad que centelleaba como mil diamantes.
Carolina llegó a su lado y le entregó a su hija una aromática taza de café.
—¿Cómo has dormido? —preguntó con un bostezo.
—Realmente bien. Entre que demoraron nuestro vuelo todas esas horas y el cambio de horario, caí muerta nada más acostarme.
—Deberíamos haber venido antes —indicó Carolina—, jamás debí dejar que nos convencieras de presentarnos el mismo día de la ceremonia.
—No tomé en consideración la posibilidad de que el mal tiempo nos demorara en el aeropuerto —concedió ____—. Y debería haberlo hecho.
Para sus adentros pensaba que ni planeado habría podido salir mejor. No sólo se habían perdido el ensayo, sino también el ensayo del banquete. Ya quedaba únicamente la ceremonia. Hasta entonces, cualquier cosa que pudiera parecer algo rara, se podría achacar a los nervios. Después, Harry y ella sólo necesitarían mostrar una fachada amorosa el tiempo suficiente hasta que acabara la recepción.
—¿Seguirá así de brumoso? Había esperado que hubiera sol.
—Se levantará a tiempo —le aseguró ____. Miró más allá de su madre en dirección a su abuela—. Ven a ver esto. Es sorprendente.
Penélope salió a la terraza. ____ se puso en cuclillas para pasar un brazo en torno a los hombros de su abuela mientras Carolina le tomaba la otra mano... tres generaciones de mujeres unidas.
—Es tan extraño pensar que no regresaremos juntas a Italia... —murmuró Carolina—. En unas horas, estarás casada y viviendo en un país desconocido con un marido al que apenas has visto.
—Cuando está bien, está bien —repuso ____ con ligereza.
No había tiempo para más charla. Cada segundo contaba mientras las tres se preparaban para la boda. Poco a poco, el orden dio lugar a la confusión, que a su vez cedió al caos y éste al drama emotivo. Se derramaron lágrimas y a medida que pasaban las horas y se acercaba el momento de que pusieran rumbo a la iglesia, la tensión se convirtió en risa y en recuerdos agridulces.
