Todos x Perú (historias cortas)

Rusia x Perú x Bolivia (parte 2)

Su alfa interior se lamentaba... Por no haberlo detenido ese día. Por no haberlo conocido antes. Por no ser suficiente para su omega. Porque sabía que había perdido un buen omega.

Sí, no se conocían de nada. Pero los días previos a la ceremonia pudo verlo trabajando en la empresa. Ahí pudo notar lo habilidoso que era, su seriedad al trabajar, su responsabilidad ante todo, sus virtudes, valores y forma de ser. Ese omega tenía mucho potencial.

Eso sin mencionar la belleza que contaba. Cabellos sedosos y medio ondulado, piel suave y bien cuidada, no tan alto, con buenas curvas sin exagerar en volumen, pestañas largas, sonrisa cálida y ojos que te trasmiten sinceridad. Ese era su tipo. Ese era el omega que el destino le dio.

Rayos, en tan solo un mes se había enamorado del peruano. No solo por su figura, sino por toda su persona. Pero nunca lo tendría entre sus brazos...

- Estás distraído... -le susurró su padre.

- No es nada -respondió tomando un sorbo a su bebida.

- No te veo convencido de que sea nada... -le sonrió divertido- ¿Acaso se trata de Perú? ¿Es porque te rechazó?

El ruso se tensó.

- Cómo sabes...

- No eres tan difícil de leer -rio por lo bajo- Nunca imaginé que llegara el día en que mi hijo mayor, el más frío y seco de todos, se llegue a enamorar

- ... ¿Te estás burlando?

- Quizá un poco -soltó una carcajada- Aunque tengo una duda... -Rusia volteó a verlo- ¿Contratarás a otro asistente?

- Yo... -su mirada se posó en el peruano, el cual salía del salón.

- La verdad, no me gustaría que lo despidas. Perú es un buen muchacho... Pero ahora tú eres el que está al mando, así que esa decisión es tuya

- No lo voy a despedir... Perú es muy bueno en lo que hace, no podré encontrar un mejor asistente que él

- ¿Eres consciente de que si Perú es tu asistente tendrás que verlo todos los días?

- Sí, lo soy

- Entonces tendrás que conversarlo con él

- Así será

Rusia se levantó de su asiento, iba en dirección hacia Perú, pero el llamado de su padre lo detuvo.

- Una última cosa...

- Dime, padre

- Solo recuerda: hay más de una manera para amar

El ruso se sorprendió por las palabras del mayor y asintió con su cabeza antes de retirarse del salón. Realmente no sabía a qué se refería su progenitor, pero por ahora no lo pensaría mucho. Iba hacia el peruano. Si está en lo correcto, lo vio dirigirse al baño.

Caminó a pasos lentos hasta allá, pensando en lo que diría. A mitad de su caminata, escuchó ruidos dentro de una de las oficinas. Además, parecía desprender un aroma raro de ahí. Le pareció raro, así que se acercó y con cautela abrió la puerta. Su asombro fue enorme ante lo que veía.

Bolivia estaba sentado sobre el escritorio, con el pantalón abierto, siendo besado apasionadamente por el peruano. Este último tenía una de sus manos en el escritorio mientras la otra jugaba con el miembro del boliviano.

- P-Perú~ -lagrimeaba el menor, teniendo un fuerte sonrojo en sus mejillas.

- Tranquilo, estoy aquí -le decía con cariño mientras seguía moviendo su mano, jugando también con la clitoris de su pareja.