Sugar - Minchan. ADAPTACI?N

[Serene]

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—Me niego a permitir que te rindas de esta manera tan fea. No, no puedes renunciar así como así, ¡tienes que luchar, Lee Minho! ¡luchar por su corazón!

—Aunque lo intente no creo ganarle a Seulgi... Es decir, ¿la has visto? ella es... —Minho guardó silencio, mirando a un punto inexacto en la cafetería. Suspirando con pesadez más tarde—. Es tan diferente a mí..., ella canta, cocina, baila, es bonita, tiene buena actitud, personalidad positiva, divertida, pero nada tímida. En fin, ella es perfecta. No soy quién para convertirme en su enemigo, es decir, mírame. Soy pequeño, gordo y... feo.

Hyunjin abrió sus ojos de manera desmedida y comenzó a toser sin parar milisegundos después de escuchar a Minho, luchando por no morir ahogado con un trozo de carne atorado en su garganta al haber ingerido un poco de su almuerzo momentos antes—. Dime que no te acabas de auto denominar con esos adjetivos tan feos. —dijo apenas, con los ojos llorosos y una de las manos en la parte baja de su cuello. Minho torció los labios.

—Lo hice, ¡pero es que es la verdad! Yo no soy nadie...

—Tienes problemas de autoestima sumamente graves.

—Oh, no. No los tengo. Solo destaco lo obvio. —balbuceó, comiendo su almuerzo. Hyunjin alzó una de sus cejas.

— "ni lis tingi" —repitió, haciendo su voz más aguda. Minho rodó los ojos—. Y no es lo obvio, Minho, la gente tiene una visión diferente a la que tienes de ti mismo. Para mí, por ejemplo, no estás gordo ni feo. Quizás... Sí eres pequeño, pero eso te hace ver completamente adorable. Es parte de tu encanto. Además, Chan puede verte de una manera completamente diferente. Quizás le gustes, ¿quién sabe?

—Yo... no lo creo. Nunca he hecho nada para gustarle así que es poco probable que se haya fijado en mí y yo... tampoco haré algo para llamar su atención. Me quedaré igual, supongo. —miró a través del cristal de la tienda, hasta llegar a la que se encontraba en frente, donde la gente no dejaba de salir –y entrar– al ser ya tiempo de almuerzo.

—Oh, no. No lo voy a permitir. No voy a dejar que te rindas así. —Hyunjin puso las palmas sobre la mesa, observando directamente a los ojos a Minho—. Escúchame, Lee Minho. Hoy, a las ocho de la tarde, Chan va a entrar por esa puerta y tú le pedirás aunque sea su número de teléfono.

Fue turno de Minho de abrir sus ojos con sorpresa esta vez. Negando rápidamente—. No puedo.

— ¿Por qué?

—No sé cómo. —carraspeó—. Además, ¿de que serviría? Si hoy Seulgi—...

—Basta de Seulgi. Hoy le pedirás su número a Chan, así, comenzarán a hablar y se harán más cercanos.

—No va a resultar... —hizo una mueca.

—No lo hará si mantienes esa actitud. Sé positivo. Además, yo te ayudaré; crearé una ocasión para ti y tú solo tienes que hacer lo que te dije. No es tan difícil.

— ¡Claro que es difícil! Con suerte puedo hablarle sin tartamudear o... sonrojarme, o ponerme nervioso. No puedo hacerlo, Hyunjin.

—Sí puedes, ¿qué es lo peor que podría pasar?

—Uh... ¿qué el diga algo como "no, no quiero darte mi número", quizás? Perdería completamente mi dignidad entonces, y renunciaría para no volver a verlo... —guardó silencio unos segundos, y cuando Hyunjin iba a quejarse, agregó—. Y regresaría con mi familia en Daegu y entonces Changbin lloraría porque lo dejé solo en el departamento y él no tiene el dinero suficiente para costear todo el piso él solo y Changbin tendrá que mudarse bajo un puente y dejará sus estudios y yo me sentiré muy mal entonces por mi amigo y... —suspiró—. No, no puedo renunciar. Necesito el dinero.