Sugar - Minchan. ADAPTACI?N

F i r s t s o n g

—Chan no te dirá eso. Estoy seguro de que le agradas.

— ¿Acaso te lo ha dicho?

—Él no necesita decirlo, lo sé.

—Bueno... quizás le agrado. Pero es simplemente eso, no le... agrado... de la manera que me gustaría. —guardó silencio, terminando su almuerzo. Hyunjin carraspeó luego de un rato para llamar su atención.

—Entonces tenemos que averiguarlo. —dijo sonriente—. Y lo sabremos si le pides su número.

Minho rodó los ojos. Gruñendo. — ¿No vas a rendirte, cierto?

Hyunjin negó, haciéndole suspirar de forma pesada.

—Está bien, lo intentaré. Pero si se niega renunciaré, volveré a Daegu y tú tendrás que costear los gastos del departamento que Changbin no alcance a cubrir. ¿Prometido?

—Tampoco exageres.

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— "El strudel es una masa exquisita, poseedora de una textura muy delicada, suavemente crujiente y casi transparente. La preparación es muy sencilla y económica, aunque algo laboriosa. Este famoso postre de la gastronomía mundial ya cuenta con muchas versiones: strudel de cereza, strudel con queso crema, strudel relleno de pasas, strudel de piña, strudel de banana, entre otros... " ¿A Changbin le agradará comer este postre...? Oh, pero dice diez personas y sólo somos dos. Podría invitar a Hyunjin... y darle un poco a Jisung, quizás... —Minho murmuraba para sí mismo aquello, leyendo una revista que Sunmi, una de las chicas que trabajaba como mesera en la cafetería, le había obsequiado hace un par de minutos.

Tenía algo de tiempo para sí mismo incluso en horas de trabajo porque la cafetería estaba algo vacía aquel día. Los martes solía ser de aquella manera, no tenía idea del por qué, pero no se quejaba ahora que tenía algo con lo que distraerse. Acomodó sus gafas, aquellas redondas y grandes que llevaba a todos lados para poder leer con mejor calidad, sobre su pequeña nariz, moviendo hacia el costado de su rostro su cabello negro también. Prosiguió su lectura.

—Quizás pueda hacer uno de chocolate... "Ingredientes para la masa; trescientos gramos de harina, media cucharadita de sal, un huevo-..." cierto, ya no hay, Changbin rompió una bandeja entera de ellos ayer. Le diré que lleve al departamento más tarde.

— ¿Hyunj-...? —Minho se levantó de un salto, escondiendo el libro en sus espaldas al escuchar la segunda voz. Chan dio un pequeño salto al verle aparecer repentinamente, llevando una mano a su pecho donde su corazón golpeaba con fuerza por la sorpresa. Siempre había sido sensible en esas cosas.

Minho cayó entonces en que Chan había escuchado acerca de su amigo de infancia, con quién vivía en un departamento pues de aquella manera salía más económico para ambos. Sobretodo para Seo Changbin, quién llevaba su vida en la universidad y, además, trabajaba para pagar su parte del lugar. Minho se encargaba de la comida entonces, y del orden del lugar. ¡Chan podría crearse ideas equivocadas! ¿Verdad? ¡Seguramente!.

— ¡Ah-...! —¿qué iba a decirle? quizás a Chan poco le importaba y él quedaría en ridículo al intentar dar explicaciones sin sentido. De todas maneras, estaba tan exaltado que no lograba pensar en una frase coherente que decir, y no le hacía sentir mejor el hecho de que el hombre se le hubiera quedado viendo sin decir absolutamente nada.