Introvertido

Que lo disfruten...

Había un pitido de luz de un monitor de latidos del corazón trabajando, en las profundidades del hospital. En el área de cuidados intensivos, que había visto mucho más trabajo de lo normal desde el comienzo de los exámenes, una figura solitaria vestida con un traje de spandex verde vigilaba el cuerpo en coma de su orgulloso estudiante.

No pudo evitar sentirse culpable por no haber convencido a Rock Lee con palabras. Al mismo tiempo, se sintió contento de que todavía estuviera vivo. Incluso la extremidad dividida no fue un problema, y con suficiente entrenamiento, el niño podría volver al servicio activo en unas pocas semanas.

Maito Gai salió de la habitación con cuidadosos escalones de puntillas. Podía ser ruidoso cuando quería, pero también sabía cuándo callarse. Fue mientras caminaba por el pasillo para llegar a la habitación de Neji que se topó con un kunoichi de pelo rosa, que literalmente estaba ignorando a una enfermera que intentaba convencerla de que regresara a su habitación.

"Haruno-san, no deberías moverte", la enfermera se mordió el labio mientras intentaba una vez más mover la mano sobre el hombro de la chica, solo para que gruñera en su dirección.

"Estoy bien", se rompió, sosteniendo el estómago con la mano derecha. "Dijiste que estaba en el cuarto piso, ¿verdad?"

"Sí, pero Haruno-san no deberías..."

"Soy un kunoichi, ¡puedo vivir con este dolor!" gruñó en un silbido de tono bajo, mostrando sus dientes, antes de detenerse a mirar largo y con fuerza con sus ojos esmeralda la forma de Maito Gai, el Jounin se había quedado para ver cómo se desarrollaba la escena. "¿Has visto algo que te gusta, friki de cejas?"

"Esa es una acusación muy poco juvenil", respondió Maito Gai con calma. "Y eres muy poco juvenil en..."

"Eres el sensei de Rock Lee, ¿verdad?" Sakura lo interrumpió entonces, y esta vez, su mirada era cautelosa.

"Lo estoy", respondió con un asentado. "Pero no tienes que preocuparte, estoy por encima de la mezquina venganza".

"¿De qué estás hablando?" Sakura frunció el ceño. Había una ignorancia genuina detrás de sus ojos, algo que hizo que Maito Gai se quedara quieto por un segundo. "¿Qué pasó durante el torneo? Nadie quiere decirme nada, por eso voy a obtener la respuesta de Sai. El pervertido probablemente está dibujando porno o se está quedando ciego si no hay nadie allí para vigilarlo de todos modos". El kunoichi jadeó, su voz baja y garganta.

"¿Tu compañero de equipo no te lo dijo?" Maito tuvo que admitirlo para sí mismo: en la palabra "compañero de equipo" había bajado la voz un momento con una ligera muestra de emoción... pero no esperaba que la chica se pusiera al día con eso y de repente cambiara su postura.

"No", gruñó ligeramente. "¿Tienes un problema con Naruto?" ella encontró sus ojos de frente, como si fuera una bestia que buscaba una confrontación.

"No apruebo su conducta inofensiva con respecto a mis estudiantes", respondió Maito Gai con heladas. "Mató a uno de ellos y trajo al otro a cuidados intensivos".

El kunoichi se desoció. "¿Qué? No, Naruto nunca haría algo así". Ella agitó la cabeza con firmeza.

"¿Por qué no le preguntas entonces?" Maito Gai comentó. "Ahora, si me disculpas, me reuniré con el único estudiante que me queda que no necesitará meses de rehabilitación y capacitación para regresar con eficacia".

Desapareció después, dejando atrás a Sakura, que se sintió desaparecida de sus fortalezas. Naruto... no, Naruto tenía que tener una buena razón para hacer eso. Ella le preguntaría después.