PERDI?NDOME EN TI

•••POV Piper•••

Intento ver el regreso a la universidad como algo bueno. Después de todo, yo fui quien eligió que quería estar en Penn State, ¿No? Así que bueno, ahora aquí estoy otra vez, pretendiendo que estoy bien y me siento perfecta aunque no tengo un solo amigo en Pensilvania, o qué digo amigo, al menos alguien que me vea con buenos ojos o por lo menos sea cortés por educación conmigo.
Y qué decir de que mi esposa está a cientos de kilómetros de aquí, y que pienso en ella todo el tiempo, más aún cuando los estragos de su ausencia me calan hondo a penas consigo un momento libre.

Van al rededor de cuatro días y la situación en las clases es lo único que me gusta de todo esto. No hay pregunta que yo no pueda responder para mis profesores, y desde luego que estoy siendo la mejor de la clase en la mayoría de las asignaturas, lo que desde luego desata más el enojo de mis compañeros que solo me ven de mala manera y se alejan de mí como si estuviera contagiada de un virus mortal, pero estoy aprendiendo a que eso no me importe, y aunque es complicado y triste, sigo tratando.

Camino por el pasillo rumbo a la cafetería mientras me aferró a los tirantes de mi mochila y quiero no pensar en que hoy todos me están mirando de forma extraña.
Quizás es parte de mi propio prejuicio respecto a generalizar a toda la facultad sobre eso de que no les caigo bien, pero es que es difícil siquiera pretender mantenerle la mirada a alguien que no sé si va a burlarse de mí o verme como si fuera una plaga, gracias a los comentarios estúpidos de Malison que se ha encargado de esparcir haciendo de Stella la víctima, aunque esta última parece que solo está interesada en seguirle el juego para joderme, y creo que entre todos mis intentos por ignorar aquello, me están afectando.

Una chica que ni siquiera sé quién es, se ríe sin siquiera disimularlo a penas paso a su lado, y las otras que están junto a ella se burlan viéndome de pies a cabeza, y justo ahora comienzo a dudar respecto a mi atuendo, aunque igual que siempre, no es nada especial.
Frunzo el ceño mientras sigo avanzando, pero me he obligado a no bajar el rostro, porque yo no les debo nada a todo este montón de ignorantes que ni siquiera me conocen. Así que finjo ser muy fuerte y también desconocer que se están riendo de mí justo en mis narices, pero odio esta sensación como de no ser suficiente, como si necesitara algo de ellos o les debiera algo, cuando en realidad ni siquiera han hecho más que juzgarme según los inventos de la idiota de Malison y sus amigas.

Me veo tentada a llamar a Alex, pero al mismo tiempo no quiero interrumpir sus clases y mucho menos dejarla preocupada por algo que ni siquiera yo misma sé que de verdad está sucediendo.
Quizás es algo así como un delirio de persecución derivado de la idea de que no le agrado a nadie y precisamente eso pueda estarme causando pensamientos invasores. Así que prefiero cambiar de rumbo y dirigirme hacia los baños, en busca de un poco de tiempo para calmarme y permanecer lejos de miradas curiosas que puedan estar notando mi nerviosismo, aunque la verdad solo quisiera ir a casa y dejar de ver a todos y no escuchar más sus cuchicheos.

Empujo la puerta con rapidez y afortunadamente no hay nadie dentro del baño, lo que ya es por lo menos un golpe de suerte dada la mañana de mierda en esta semana de mierda que he estado teniendo.
Me paro frente al lavabo, donde un enorme espejo se extiende en la mitad de la pared, y observo mi rostro en el reflejo.
Ahora tengo más ojeras y mi piel incluso parece traslúcida, tanto que más que una chica feliz por estar estudiando la carrera que tanto soñó, ahora parezco una especie de zombie cuya palidez le da ese aspecto de no-viva perfecto para una historia de terror.

Mojo modestamente mis manos y luego llevo un poco más de agua hacia mi rostro que agradece la frescura como un bálsamo para calmar mi nerviosismo y trato de buscar el ritmo de mi respiración para regularlo, pero ahora parece una misión imposible, aunque no tanto como encontrar y reunir el valor para salir de aquí y volver a incorporarme al resto del receso y después a mis clases.
Solamente quiero quedarme aquí, o en cualquier sitio en el que pueda estar sola y lejos de las miradas curiosas llenas de cosas por las que culparme sin comprobar la veracidad de los hechos.