- ¿Pero estará bien?... ¿por qué le hicieron daño a mi papá? – preguntó la pequeña, desabrochándose el cinturón y aferrándose al regazo de su madre, quien la envolvió en un cálido abrazo.
- No sé por qué hija, pero ya está mejor y podrás verlo, aunque sea rápido, y eso le hará mucho bien. – dijo cariñosamente la abogada, provocando una leve sonrisa en los labios de la chica.
Todo el trayecto desde la escuela hasta el hospital fue muy tranquilo, Márcia sabía que la forma en que su hija afrontaba las situaciones difíciles era encerrándose en su propio mundo, lo que la preocupaba, pero prefería respetar el espacio de la niña. Las pequeñas esmeraldas de Rafaela se concentraban en los botones de su blusa, que seguía abotonando y desabotonando con impaciencia.
Cuando llegó al hospital, Márcia se encontró con Inês en la cafetería, la morena aparentemente estaba cansada y triste. En cuanto Rafita vio a su tía, corrió hacia ella dándole un cálido abrazo y obteniendo una genuina sonrisa de su tía; Márcia observó la escena con asombro, era impresionante el poder que tienen los niños para hacer sonreír a cualquiera.
- ¡Hola tia!
- Hola mi amor, no esperaba verte por aquí tan pronto – dijo la morena, inclinándose a la altura de la niña.
- Mamá me recogió antes, pero tengo muchas ganas de ver a mi papá, ¿realmente está bien?
- Más o menos, cuando entré a verlo estaba sedado. – respondió Inês mirando a Márcia, quien inmediatamente cuestionó;
- ¿Sedado?, ¿por qué?, ¿empezó a sentir dolor otra vez?
- No, no fue por nada grave. Parece que le dieron un sedante porque estaba muy inquieto, pero ya debe haberse despertado.
- Ah… menos mal, bueno a ver si permiten la visita, ¿tuviste algún problema para visitarlo?- Preguntó la abogada tomando la mano de su hija.
- Al principio no querían dejarme entrar, pero terminaron dejándome entrar, Esteban estaba sedado y esposado en la cama por lo que consideraron que no había riesgo.
- ¿Por qué esposarlo a la cama?, está débil, aunque quisiera no podría hacer nada. – dijo indignada la pelirroja – Voy a llevar a Rafaela a verlo, espero que no haya ningún problema, ven hija – le habló a la pequeña.
- Te acompañaré y esperaré afuera, te debo un helado princesa y después de ver a tu padre, te llevaré a tomar un helado. ¡¿Qué dices?!
- ¡Sí, quiero tía! – respondió la pequeña con entusiasmo.
Los tres caminaron hasta la habitación, donde había un policía custodiando el lugar, el hombre los observó con indiferencia y dijo;
- Están prohibidas las visitas al detenido.
Márcia sintió que la ira se apoderaba de ella, pero antes de que pudiera darle una paliza de derechos humanos al insolente policía, Rafaela se acercó al hombre y respondió espontáneamente;
- Él no es un detenido, es mi papá y si no nos dejas verlo, mi mami te demandará y tú serás el que pasará a ser “detenido” – concluyó la pequeña señalando con el dedo al guardia.
El policía no se atrevió a responderle de inmediato a la niña, sino que dio algunos pasos hacia ella, lo que hizo que Márcia se alertara y se pusiera entre la niña y el hombre; Cuando vio claramente quién era la mujer, retrocedió unos cuantos pasos. Era el mismo carcelero que arrastró a Esteban a la enfermería y quiso a toda costa dejarlo morir allí.Antes de que el hombre pudiera siquiera formular una respuesta, la abogada lo miró con una indiferencia intrínseca que hizo que el guardia dejara de mirarla a los ojos.

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Ciclo infernal
FanfictionModificando totalmente el final original, en esta historia,Esteban es condenado por asesinato y Márcia sigue con su vida reconstruyendo la relación con sus dos hijos mayores, criando al menor que tuvo con Esteban junto a I?aki. El crimen por el que...
Capitulo 9
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