En el corazón de Londres, dos mundos se colisionaron de la manera más inesperada.
De un lado, la icónica cantante y compositora, conocida por su música y su vida en el escrutinio público.
Por otro lado, la joven y elegante princesa. La hija menor...
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Kensington Palace, Reino Unido — 6AM, 7 de Octubre del 2013
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──≪•◦ ❈◦•≫── Victoria ──≪•◦ ❈◦•≫──
━━Buenos días Su Alteza Real. Es hora de levantarse.
Los pasos firmes pero suaves de Eleonor resonaban en la habitación con el mismo cuidado y calidez de siempre, ella se acercó a mi cama con una ligera sonrisa en el rostro y una voz cargada de ternura.
Mis sentidos comenzaron a captar lentamente la realidad; los rayos de sol filtrándose sin piedad por las enormes ventanas y el murmullo de la actividad matutina en el palacio que apenas y llegaba desde el exterior. Aún no estaba lista para enfrentar el día así que con un leve gemido me cubrí con las mantas en un intento inútil de prolongar unos minutos más mi descanso.
━━Cinco minutos más Eleonor. Solo cinco, por favor. –murmuré con mi voz ronca y apenas audible.
La nana soltó una pequeña risa, esa que siempre llevaba consigo un toque de cariño maternal. Desde que era una niña ella había sido una constante en mi vida, siempre la recuerdo firme y comprensiva pero también algo insoportable cuando se trataba de mantenerme en el camino correcto.
━━Sabemos que esos cinco minutos suelen convertirse en media hora alteza. Y no querrá hacer esperar a su sobrino, ¿verdad?
La mención de mi sobrino, el pequeño príncipe y luz de la familia hizo que abriera un ojo, aunque aún no me decidía a abandonar la comodidad de las sábanas.
━━¿George estará en el desayuno? –pregunté esforzándome por sonar interesada pero sin comprometerme a levantarme todavía.
━━Por supuesto. Usted misma lo solicitó ayer. –respondió con una sonrisa mientras yo me ayudaba a incorporarme lentamente.
