—¡Siguiente! —gritó la orientadora desde su despacho para que otro alumno entrara en el interior.
Los alumnos de último curso habían ido llegando poco a poco hasta su despacho para que la señorita Williams les dijera los resultados del test que habían hecho hacía una semana. Algunos habían decidido pasarse otro día y otros, los más impacientes, habían preferido hacer cola para saber cuál sería el destino que la orientadora les tenía preparado.
Tyler había sido uno de esos impacientes. Necesitaba saber sus resultados. Había respondido de la forma más honesta posible y quería saber si sus planes eran los más adecuados para él. Aunque quizás no necesitaba un papel para saber lo que realmente sería bueno para él, tener una confirmación de ello, le ayudaría a aceptarlo.
Sus amigos no eran tan impacientes. Ryan decidió ir al día siguiente junto con Mary, su novia, y Scott, simplemente pasaba de ir. Sabía perfectamente lo que iba a estudiar y un papel no le iba a hacer cambiar de opinión.
Apoyado sobre la pared, esperando a que llegara su turno, el castaño se entretenía mirando las fotos que había tomado el pasado fin de semana. Había ido a la fiesta de inicio de curso que Scott realizaba todos los años. Su casa se llenaba de alumnos de todos los cursos y la mayoría de ellos salían bastante perjudicados de allí. Lo que nadie podía negar era que aquella fiesta siempre era una de las mejores del año. En general, todas las fiestas en las que Scott era el anfitrión (y eran muchas, por la cantidad de veces que sus padres se iban de viaje de negocios) solían ser de las mejores, pero aquella tenía el listón muy alto.
Levantó la vista hacia la puerta de la orientadora.
Todavía tenía a dos personas delante de él y la señorita Williams estaba al menos quince minutos con cada alumno, así que por lo menos le quedaba media hora. Empezaba a arrepentirse de haberse colocado en la fila. Lo bueno era que, los alumnos que fueran a hablar con ella, estaban exentos de ir a clase o de llegar tarde, así que se libraría de tener clase de Historia.
Odiaba Historia.
Sobre todo, por la forma que su profesor la enseñaba. La hacía terriblemente aburrida y tediosa. Los minutos no corrían durante aquella asignatura, así que al menos, allí, esperando su turno, podría entretenerse en mirar el móvil u otras cosas para que el tiempo pasara más rápido.
Detrás de él (más bien a su lado), estaba Cassie Miller, quien hablaba con su amigo, Alex Wilson. Los conocía desde hacía bastantes años, había compartido más de una asignatura, de hecho, todavía, iban a más de una clase juntos, pero no tenía una estrecha relación con ellos. Nunca había tratado con ninguno de los dos mucho más allá que alguna palabra cruzada en clase y de la foto que se hicieron juntos en la feria, así que no podía entretenerse hablando con ellos.
Sin embargo, mientras miraba su móvil, los escuchó parlotear. La intención de Tyler no era cotillear la conversación que los dos amigos estaban teniendo, pero al tenerlos al lado (y estar tan aburrido) se le hizo inevitable escuchar.
—No lo sé, no lo veo claro.
—¡Oh, vamos Cass! Es una buena opción —insistió Alex—. Te recuerdo que todavía no tienes ninguna extraescolar.
—No me lo recuerdes, ya lo sé —dijo con desgana.
—Solo ven, haz una prueba y ya está. Es una buena oportunidad, querida —insistió Alex.
—No me convence eso de estar en una obra de teatro.
—No es una obra es un musical, mejor dicho, EL musical —dijo haciendo mucho énfasis.
—Pensaba que EL musical era Mamma Mia —respondió Cassie.
—Por supuesto. Meryl Streep siempre será la diosa a la que rezo todas las noches antes de acostarme —dijo santiguándose—. No me distraigas, Cass —le dio un golpe en el hombro—. El Gran Showman también es un gran musical y te encanta.

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?ltimo curso en Westhill River
RomanceEl último curso de instituto parecía ser igual que los demás. Sin embargo, una charla con la orientadora hace que Tyler y Cassie se replanteen su futuro. Tyler Danforth es uno de los mejores jugadores del instituto, pero si quiere ir a una buena un...