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Yoongi baja de su auto y estira sus brazos y piernas entumecidas debido al largo viaje en auto.
Se asegura de haber estacionado su auto en un buen lugar y con sus maletas en mano, camina hacia un pequeño barrio.
Su gorra y cubrebocas mantenían su identidad en secreto, sin ser reconocido por ninguna de las personas que pasaban a su lado. Simplemente le desean un buen día junto a una reverencia que el alfa respondía cortésmente.
Al ver la casa de su abuela a pocos metros acelera su paso, estaba idéntica, igual que la última vez que la visitó.
Con sus nudillos, toca la puerta tres veces y baja su brazo. Gira su rostro viendo a niños jugar cerca de él, aquello hizo recordar su infancia, aquella en la que jugaba en el mismo lugar que lo hacían esos niños, jugaba con sus pocos amigos.
¿Que será de ellos?
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el chilloso sonido de la puerta siendo abierta. Yoongi le sonríe a su abuela quien con una expresión de tristeza en su rostro, le abraza con fuerza.
Le reconoció fácilmente, como no iba a reconocer aquellos ojitos de gatito llenos de curiosidad.
En el abrazo le recuerda lo mucho que ha extrañado a su Gatito de miel. El alfa asiente acariciando la espalda de la mujer mayor con dificultad debido a sus manos con las maletas en ellas, trata de inhalar todo el aroma de la omega, aquel aroma que siempre le acompañaba cuando era solo un niño.
Finamente, se separan para entrar a la casa. Al parecer su abuela estaba sola, ya que su abuelo no se encontraba en la silla mecedora de siempre mientras miraba atento a la ventana o leía el períodico del día.
-Tu abuelo ha salido por verduras para el almuerzo. Esperaba que llegarás más tarde y así ya tener la comida preparada.
-Esta bien abuela, no tengo mucha hambre. -deja las maletas en el suelo, cerca de la entrada.
Quita sus grandes botas quedando solo en medias de iron man.
-Mi gatito de miel sigue usando medias de iron man. -se burla.- En televisión pareces un alfa imponente.
Yoongi se sonroja quitando su gorra y cubrebocas.
-Fueron las primeras que encontré.-se excusa.
-Si claro. Apuesto a que tienes más de esas.
El pelinegro no dice nada y su abuela ríe.
-Iré a ver algo a la habitación, puedes sentarte mi gatito de miel, es tu casa.
Yoongi asiente y la ve entrar a la habitación. El alfa aprovecha para ir a la cocina por algo de agua, no sé había hidratado desde que inicio el viaje.
Bebe el agua viendo por la ventana las montañas que se asomaban a la lejanía.
La puerta se abre y la voz de su abuelo se hace presente.
