Después de todo aquello, todo volvió a la normalidad. Ana tenía una orden de alejamiento y no podía acercarse a ninguno de nosotros ni de los familiares de Gavi.
Tras aquello Aurora había estado viniendo más a menudo para hablar con su hermano y conmigo, que se empeñaba en querer organizar alguna fiesta de las dos familias juntas.
A mí no me parecía mala idea, así que al final Gavi acabó cediendo.
El día que ambas familias se encontraron fue increíble. Aurora se casaba y no podía estar más contenta.
Javier y ella llevaban muchos años ya, y creo que nadie iba a querer más al otro como ellos.
Gavi se había vuelto loco con su hermana pululando por aquí para pedirme ayuda con los decorativos y preparativos de la boda.
Aunque en el fondo estaba emocionado por ver a su hermana mayor casarse.
– ¿Puedes cambiar la cara?– murmuré alisando las hombreras de la chaqueta del traje.– Es una boda, no un partido de Champions.
– Es que tengo calor.– bufó.
– Gavi, solo será en la misa, después puedes quitártela.
Lloriqueó como un niño pequeño y entonces lo besé.
Estaba para comérselo aquel día.
Se había afeitado aquella noche y tenía la cara suave como la piel de un bebé.
Se había dejado el pelo algo largo y rizado y llevaba un traje negro con una corbata roja a conjunto con mi vestido.
Al llegar a la Iglesia me senté a su lado y entonces vi a los primos pequeños de Gavi ir hasta Javier y saludarlo.
Entonces entró Aurora y empecé a llorar como una niña.
Iba preciosa.
Me pasé el resto de la misa llorando y limpiándome con pañuelos.
Al salir Gavi se acercó a sus amigos y yo abracé a Aurora.
Entonces fuimos al restaurante y vi a Gavi despojarse de la chaqueta.
"Mucho había durado"
Comimos bastante bien y entre risas de los amigos y amigas de los novios.
Estuve con las amigas de Aurora casi todo el tiempo, y Belén a veces se sentaba con nosotras a hablar.
Estaba sentada cuando sentí unas manos acariciar mis hombros. Levanté la cabeza y vi a Gavi mirarme con una sonrisa desde arriba.
– Estás preciosa.
– Pues para estar preciosa llevas todo el rato sin hacerme caso.– murmuré.
Me sonrió y entonces agarró una de mis manos levantándome.
– Te recuerdo que no necesitas mi ayuda para ser igual de guapa.
– Deja de pelotearme.– murmuré sonriendo.
Llevó sus manos hasta mi espalda baja y las dejó allí torturándome un poco.
– ¿Bailas, Irina?
Asentí y entonces agarró mi mano y mi cintura. Yo dejé mis manos en su cuello y empezamos a movernos al ritmo de "Can't Help Falling in Love"
Nos miramos fijamente y entonces se acercó a mi oído para hacerme algún chiste.
Después de aquello agarró mis mejillas y me besó.
Me alejé en cuanto le dio un apretón a mi culo y lo miré con los ojos entrecerrados.
– Te amo.– murmuró.
Sonreí.
– Y yo a ti.– murmuré.– ¿Quién iba a decir que tú y yo acabaríamos juntos?
– La verdad es que opino lo mismo que tú. Aguantarte es un trabajo muy duro.
Sonreí y pellizqué su brazo haciéndole reír.
Después de aquello la música suave dejó de sonar y al rato vi a Gavi y a sus amigos jugando con los niños pequeños al fútbol.
Belén se acercó a mí bailoteando y sonreí uniéndome a ella.
– Gracias por todo lo que haces por él. A veces pensaba que no iba a estar con alguien seriamente.
– Has criado a un niño guapo y dulce, no puedes pensar eso.– murmuré sonriendo.
– Lo hice con amor.– murmuró riendo.
Asentí sonriendo. Entonces miré a donde estaba él y abrí los ojos.
"Ni de coña"
Gavi venía lleno de barro por todos lados y traía los brazos abiertos mientras me miraba.
Empecé a recular y entonces solté una risa y eché a correr, aunque no sirvió de mucho, porque me alcanzó y tras agarrarme y levantarme, me llevó con él y de un momento a otro acabó tirándome con él al charco que había.
– ¡PABLO!– grité.
Lo miré y le di un golpe en el brazo.
Al final acabamos usando toallas para subirnos al coche al final de la boda y lo miré fijamente.
– No voy a perdonarte esto en la vida.– murmuré.
– Sí que lo harás.– dijo riendo.
Al llegar a casa me cogió en volandas y tras subir las escaleras empezó a besarme.
Nos metió a ambos en la ducha y abrió el grifo dejando caer agua caliente sobre nosotros, limpiándonos.
Me pegó a la pared y tras enrollar mis piernas alrededor de su cintura siguió besándome.
Después de aquello se deshizo de mi vestido, que acabo tirado en el suelo de la ducha, arrugado.
El beso se profundizaba aún más.
Hasta que entonces se apartó de mí un segundo, dejando que el agua cayera entre medio de nuestras caras.
– Irina, cásate conmigo.– soltó.
– ¿Qué?– murmuré creyendo que estaba alucinando.
– Que te cases conmigo.– repitió y para que le creyera, hincó una de sus rodillas en el suelo de la ducha y me miró desde abajo.
– Pablo Páez, estás loco.– murmuré sonriendo.
– Loco por ti.
Me reí y entonces se levantó y volvió a besarme.
Estuvimos unos minutos besándonos bajo el agua de la ducha, hasta que la ropa empezó a molestar, y esta acabó también tirada por el suelo de la ducha.
Aquella noche creo que hablamos poco acerca de nuestros sentimientos, pero es lo que pasaba con él, que no necesitábamos hablarnos de lo que sentíamos.
Nunca necesitó que le dijera el "sí, quiero", porque aquella noche me entregué a él completamente. Dejándole ver que estaba dispuesta todo con tal de tenerle a mi lado toda una vida, que haría todo por él y que jamás había sentido por Jairo lo que sentía por él.
Porque aunque al principio todo se había tratado de una ayuda mutua, al final nos había llevado a algo mucho más importante.
Más mágico.
Más real.
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LLOREMOS. UN APLAUSO PARA ESTA PAREJA QUE ESTÁ ENAMORADAAAA 😭💗

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?????? ???? +18 | Pablo Gavi
Teen FictionIrina y Gavi se conocen desde hace a?os y siempre han sido como familia, hasta que ella acaba pidiéndole ayuda para conquistar a uno de los amigos de Gavi.